La OMC ha creado un observatorio y un grupo de trabajo para denunciar el uso de las pseudociencias que no cuenten con evidencia científica
Esta especial atención viene también motivada por la aparición de casos en los que se ha utilizado este tipo de prácticas y que se han envuelto en polémica. Algunos de ellos son, por ejemplo, el uso de productos homeopáticos, pacientes que abandonan terapias convencionales contra la leucemia o el cáncer y apuestan por terapias alternativas o la decisión de algunos padres de no vacunar a sus hijos.En este sentido, tanto partidos políticos como organizaciones de profesionales sanitarios están promoviendo medidas para delimitar cuáles son estas pseudoterapias y cómo se podrían perseguir. Así, por ejemplo, desde la Organización Médica Colegial (OMC) han creado un observatorio y un grupo de trabajo para denunciar el uso de estas pseudociencias que no cuenten con evidencia científica.
Asimismo, desde 2015 existe una asociación en España que lleva denunciando los diferentes casos que aparecen. Es la Asociación para Proteger al Enfermo de Terapias Pseudocientíficas (APETP), presidida por Elena Sánchez-Campos.
COMISIÓN DE SANIDAD
Por su parte, este asunto va a ser uno de los que protagonicen la vuelta del curso sanitario al Congreso de los Diputados. Y es que, en la primera Comisión de Sanidad de después del verano, que se celebrará el próximo 21 de septiembre,se van a debatir hasta dos Proposiciones no de Ley (PNL) sobre esta cuestión, una de Ciudadanos y otra del Partido Popular.
Ciudadanos y PP han presentado dos PNL en las que instan al Gobierno a actuar para detectar "malas prácticas" y "falsas actividades curativas"
La de la formación naranja, presentada en febrero, instaba al Gobierno a proteger a los pacientes frente al uso de aquellas terapias que no estén avaladas y que podrían llegar a perjudicarles y, por otra parte, pedían al Ejecutivo que obligasen a los médicos a denunciar a los compañeros de profesión que recomienden estas pseudociencias. Mientras, la iniciativa del PP, mucho más escueta, solicitaba el impulso de “la promoción y educación para la salud” y de “campañas de sensibilización y formación para los pacientes” con el objetivo de “evitar posibles fraudes y manipulaciones pseudocientíficas”. No obstante, la propuesta popular dirige su mirada a las comunidades autónomas, “las competentes en este ámbito”, para que promuevan “un mayor control y vigilancia sobre centros y personas que no estén oficialmente acreditados y publicitan falsas actividades curativas”.