Ya se conoce la fecha, aunque ni mucho menos el resultado. El lunes 22 de julio comienza en el Congreso de los Diputados el debate de investidura de Pedro Sánchez, candidato a repetir como presidente del Gobierno. Tras ello, será el día 23 cuando se realice la primera votación y, en el caso de que no haya mayoría absoluta, habrá una segunda votación el jueves 25 de julio en la que sólo será necesaria la mayoría simple. Y que haya gobierno pronto o no repercutirá sobre el futuro de la sanidad española.
Para esa semana de julio habrán pasado ya casi tres meses después desde que se celebraran las elecciones generales, el 28 de abril. Pero antes, el 5 de marzo, se diluyeron las Cortes Generales, y después, el Gobierno entró en funciones. Periodo en el que el departamento sanitario ha estado prácticamente paralizado, pendiente de la formación de un nuevo Ejecutivo.
El equipo de Sánchez ha llegado a estudiar que se divida el Ministerio de Sanidad en dos para dárle el área social a Unidas Podemos y que apoye la investidura
Por una parte, desde marzo no se presenta ninguna iniciativa sanitaria en el Congreso o el Senado. Además, al estar en funciones el Ministerio de Sanidad no ejerce su labor completa. Cabe recordar también que están en vigor aún los Presupuestos Generales del Estado (PGE) de 2018, por lo que las cuentas sanitarias están limitadas por el departamento de Hacienda. A pesar de ello, el ministerio que preside María Luisa Carcedo ha tratado de continuar con su labor, en la medida de lo posible.
SIN ACUERDO CON UNIDAS PODEMOS
El resultado de la votación dependerá de si en estas semanas, el PSOE y Unidas Podemos llegan a un acuerdo de Gobierno. Por el momento, estas formaciones continúan firmes en sus posiciones: los socialistas quieren un Gobierno en el que miembros de la formación morada estén en la administración pero no en el Consejo de Ministros; por su parte, Pablo Iglesias sí que reclama asientos en La Moncloa.
Varios presidentes autonómicos han recordado a Pedro Sánchez que afronte la renovación del sistema de financiación autonómica
Ante este escenario, el equipo de Pedro Sánchez se plantea estudiar diferentes alternativas. Por ejemplo, tal y como publicó en exclusiva ConSalud.es, la de dividir el Ministerio de Sanidad para que sea Unidas Podemos quien gestione el área social. Sin embargo, esta posibilidad ha despertado malestar entre los técnicos de Sanidad ya que existen múltiples proyectos en vigor que atañen a los dos departamentos.
Mientras, están guardadas en el cajón varias iniciativassanitarias. A destacar, las leyes para regular la muerte digna y la eutanasia, el baremo de daños derivados de la asistencia sanitaria, la incorporación de nuevas especialidades al sistema de formación, el Marco Estratégico de Atención Primaria, las ayudas a las víctimas de la talidomida o la actualización del acuerdo entre Sanidad, Hacienda y Farmaindustria.
Asimismo, uno de los asuntos que sin duda más preocupan a los dirigentes sanitarios es la reforma del sistema de financiación autonómica. Varios presidentes regionales, recién reelegidos, han reclamado ya a Pedro Sánchez que afronte su renovación para que se pueda prestar con la mejor calidad posible y con garantía los servicios públicos.