Las prisiones españolas podrían contar próximamente con un nuevo método para controlar la agresividad de ciertos presos. El Ministerio del Interior ha "paralizado cautelarmente" una investigación científica que desde 2016 aplicaba en las cárceles de Huelva y Córdoba estimulación eléctrica cerebral a 41 prisiones violentos, 15 de ellos homicidas, para estudiar su agresividad según ha publicado El País.
El experimento consistía en suministrar una leve corriente de 1,5 miliamperios a los reclusos en la frente para poder evaluar antes y después sentimientos como la hostilidad y la rabia.
Instituciones Penitenciarias paralizó esta semana la segunda fase del proyecto hasta recibir un informe solicitado a la subdirección general de Sanidad Penitenciaria
Según la información de El País, Instituciones Penitenciarias paralizó esta semana la segunda fase del proyecto hasta recibir un informe solicitado a la subdirección general de Sanidad Penitenciaria. La autorización para llevar a cabo este estudio se concedió con durante el Gobierno de Mariano Rajoy.
La investigación está pilotada por Raquel Martín, una joven doctoranda, y coordinada por los psicólogos Andrés Molero, de la Universidad de Huelva, y Guadalupe Nathzidy Rivera, de la Universidad Autónoma de Baja California, en México. Los primeros resultados se publicaron en enero en la revista Neuroscience y fueron divulgados el pasado miércoles en la revista británica New Scientist. Estaba previsto que este mismo mes se iniciasen nuevas labores del estudio en la cárcel de Huelva.