Innovación, inmunización… ¿en qué se debe invertir para mejorar el futuro de la salud mundial?

Los desafíos sanitarios actuales son vastos, sin embargo, para 2050 se podría conseguir una mejora sustancial de la salud mundial. Expertos explican qué hacer

Un niño recibe la vacuna oral contra la polio en una de las campañas claves para la salud mundial (Foto: Europa Press)
Un niño recibe la vacuna oral contra la polio en una de las campañas claves para la salud mundial (Foto: Europa Press)
Paola de Francisco
17 octubre 2024 | 11:00 h

Cada vez se hace más patente que los desafíos sanitarios son muchos y complejos. Envejecimiento, salud mental, zoonosis y patologías emergentes, enfermedades cardiovasculares, respiratorios, muerte prematura… Numerosos problemas que afrontan sistemas sanitarios agotados y colapsados, con falta de recursos humanos y económicos, y sobre los que hay que actuar para mejorar las condiciones de salud de la población. Algo, que como señala el informe ‘Global Health 2050’ de la Comisión The Lancet para la Inversión en Salud, se puede conseguir: “Es posible lograr mejoras espectaculares en el bienestar humano para mediados de siglo”. La siguiente pregunta es clara, ¿cómo? La respuesta, conocida: inversión.

Sin embargo, como destacan los autores, a nivel mundial la inversión en sanidad no puede ser general, sino que ha de ser específica para atajar problemas compartidos que existen, como es la muerte prematura. Con esto, “para 2050, aquellos países que tomen estas medidas podrían reducir en un 50% la probabilidad de muerte prematura de sus poblaciones, es decir, las muertes antes de los 70 años”, indican.

La receta de los expertos incide en lo consabido, la importancia de lacobertura sanitaria universal: “Se han de fortalecer la Atención Primaria y la hospitalaria, es el primer nivel sobre el que es crucial trabajar para mejorar la capacidad de abordaje de los problemas sanitarios”. Como destacó el informe de Seguimiento de la cobertura sanitaria universal de 2023 realizado por la OMS, desde 2015, se han producido muy pocos avances en el campo de cubrir todas las necesidades de salud, solo se ha progresado de forma continuada en el tratamiento del VIH. Un estancamiento al que se han sumado “gastos catastróficos en materia de salud que son cada vez más comunes”.

El objetivo es que para 2050, el gasto sanitario se aumente un 1,1% más del PIB respecto de 2019 en los países de bajos ingresos y un 2% más del PIB de 2019 en los países de ingresos medios-bajos

Además de una inversión en salud y un fortalecimiento de la cobertura sanitaria universal que permita abordar las enfermedades infecciosas, la salud materna y las enfermedades no transmisibles, la Comisión de The Lancet sobre Inversión en Salud propone que, para poder abordar las principales problemáticas de salud, es necesario tomar un enfoque modular que permita centrarse primero en los problemas prioritarios, los citados grupos de enfermedades, y las principales morbilidades que tenga cada país.

Asimismo, llama a una financiación pública paulatina, que primero comience por unos pocos medicamentos y productos básicos para realizar las intervenciones sanitarias de alta probabilidad, y después aumentar los recursos públicos destinados a “disponibilidad y asequibilidad de medicamentos, vacunas, medios de diagnóstico y otros productos básicos específicos necesarios”, incluidos la subvención de medicamentos, la compra conjunto o el compromiso a largo plazo con los fabricantes. El objetivo es que para 2050, el gasto sanitario se aumente un 1,1% más del PIB respecto de 2019 en los países de bajos ingresos y un 2% más del PIB de 2019 en los países de ingresos medios-bajos.

Otro de los puntos que recogen los autores como prioritario es el control del tabaco, una medida que se suma a otras intervenciones médicas más costosas para reducir el impacto de las enfermedades no transmisibles. “En vista del número de muertes causadas por el tabaco, se trata de la política intersectorial más importante para conseguir mejorar la salud mundial”, subrayan. Subir los impuestos sobre su consumo, crear leyes como la prohibición del uso de carbón sin procesar o regulaciones sobre su consumo según la edad, regular la publicidad, la promoción, el empaquetado o la disponibilidad son medidas que ayudan a frenar el consumo de una de las principales causas del empeoramiento de la salud de las personas. Pasos que en Europa se están empezando a dar.

Para enfrentar una futura pandemia, como se ha visto con la Covid, las rápidas medidas de salud pública y la vacunación son puntos en los que se han de trabajar. Por último, llaman a la solidaridad financiera con los países con menos recursos y la financiación de bienes públicos mundiales para afrontar retos como la resistencia a los antimicrobianos, la prevención de pandemias y la implantación de nuevas tecnologías sanitarias.

SEGUIR AVANZANDO

Además de los siete puntos sobre los que trabajar expuestos en el informe, un grupo de investigadores ha profundizado en las medidas que tomar. Como destacan en este comentario al informe los autores, son muchos los avances que se han realizado en la reducción de las patologías más frecuentes, pero hay que seguir incidiendo principalmente en aquellas patologías no transmisibles cada vez más frecuentes: diabetes, obesidad, cáncer, dolor… Invertir en el desarrollo de los sistemas nacionales de salud es esencial, pero es importante “que cada país conozca sus prioridades nacionales o locales”.

En este sentido, los investigadores son muy críticos con las iniciativas de salud mundial, un concepto que esconde, señalan, “desequilibrio, fragmentación” y que debe “adaptarse a las necesidades y los contextos cambiantes”. Es decir, a las medidas a nivel político que cada país lleve a cabo en el contexto de inversión. Y en este sentido, profundizan, “se necesita liderazgo político para alcanzar la reducción de un 50% de la muerte prematura para 2050” tanto internacional como nacional, pues, ahondan, es la política nacional la que “marca la diferencia” en garantizar la protección, promover conductas saludables, brindar acceso equitativo a una atención de calidad efectiva y regular y crear sinergias entre los actores de la salud públicos y privados para contribuir a resultados de salud equitativos. “El progreso dependerá de los esfuerzos nacionales para duplicar las asignaciones financieras nacionales a la salud, al tiempo que se centra la inversión en un paquete limitado de servicios como los grupos de enfermedades identificados por la Comisión de The Lancet”.

"La financiación nacional y mundial de la salud se está volviendo más compleja e interconectada”

Los países con menos recursos son los que tienen más dificultades para poder llevar a cabo esta realidad. En este sentido, “los desafíos transnacionales en materia de salud, los bienes públicos globales y las externalidades de las respuestas insuficientes a las emergencias sanitarias implican la necesidad de inversiones “más allá de la ayuda” para abordar cuestiones globales como la seguridad sanitaria y la gestión de la contaminación. La financiación nacional y mundial de la salud se está volviendo más compleja e interconectada”, señalan.

Ante ello llaman a crear nuevas asociaciones y cooperaciones para avanzar en nuevos tratamientos, con el impulso de redes coordinadas de ensayos clínicos y el aumento para el desarrollo de plataformas que han demostrado poder ser usadas para distintos problemas de salud, como las terapias ARN. Una innovación que ha de conllevar un esfuerzo en accesibilidad. “Es necesario tomar medidas para acelerar el acceso equitativo a productos de salud asequibles y de calidad, incluso mediante cadenas de fabricación y suministro más resilientes y distribuidas regionalmente”.

Un esfuerzo ímprobo y complejo, como reconocen los autores tanto del informe como del comentario posterior, pero no imposible. “Hay países que ya están en vías de lograr esta mejora de salud mundial, por lo que con todas estas medidas es posible lograrlo”, indican. “Juntos, los gobiernos, las sociedades civiles, las comunidades de salud e investigación y el sector privado pueden reducir a la mitad la mortalidad prematura para 2050 y ser testigos de una convergencia más amplia hacia vidas más largas y saludables para todos los ciudadanos”, concluyen.

Los contenidos de ConSalud están elaborados por periodistas especializados en salud y avalados por un comité de expertos de primer nivel. No obstante, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.
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