El uso de la Inteligencia Artificial será un importante elemento para la atención médica del futuro próximo. Esta nueva tecnología contribuye a la investigación, descubrimiento y desarrollo de muchos tratamientos, y agiliza muchos procesos que, anteriormente, sólo podían ocurrir dentro de un laboratorio y en periodos que podían llevar años. Es por ello que la IA es una poderosa herramienta para los profesionales sanitarios. No obstante, y si bien muchos de ellos lo consideran así, también encontramos algunas reticencias entre los sanitarios a la hora de implementarla.
Así lo ha determinado un nuevo estudio realizado por la OCDE, que ha medido las perspectivas de los profesionales sanitarios con respecto a la integración de herramientas de IA. Según esta encuesta, los profesionales parecen estar de acuerdo con las mejoras que traerá la tecnología a su trabajo, pero se muestran dubitativos al respecto de su propio papel a la hora de implementarlas.
En este sentido, tenemos que “el 72% de las asociaciones médicas encuestadas cree que los beneficios de la IA en la atención médica superan los riesgos”. No obstante, los profesionales parecen tener claro cuáles serían estos riesgos: “la falta de comprensión, comunicación y gestión eficaz de los riesgos relacionados”. Así, tenemos que los sanitarios confían en esta tecnología pero siguen reticentes ante la falta de conocimiento de una herramienta que todavía está emergiendo.
Los algoritmos se nutren de datos muy sensibles que, en ocasiones, pueden incluso estar sesgados
Por otro lado, y si bien los profesionales reconocen que la inteligencia artificial va a transformar significativamente el campo de la medicina, pero no creen que los podrá reemplazar. Así, hasta un 70% de los encuestados por parte de la OCDE afirma que el papel de los sanitarios “seguirá siendo central”. De hecho, ninguno de los profesionales que han participado en el estudio cree que la IA podría reemplazar a los médicos.
Con estos datos vemos que el papel de la IA es innegable, pero los riesgos no serán pocos. Y es que, los algoritmos se nutren de datos muy sensibles que, en ocasiones, pueden incluso estar sesgados. De hecho, una de las grandes preocupaciones de los sanitarios tiene que ver con la ética y la responsabilidad. En este sentido, un 94% de los sanitarios asegura que le inquieta esta cuestión, y un 71% cree que la responsabilidad de los médicos aumentará con el uso de esta tecnología.
Igualmente, otro de los puntos en los que hacen hincapié es la accesibilidad de los propios datos y la infraestructura que estos requieren, teniendo en cuenta desde las políticas de cada país en este sentido hasta los propios procesos o equipos técnicos. Esto, afirma el 74%, puede ser una barrera. “Esto es preocupante en la medida en que la calidad y cantidad de datos/tecnología/personas disponibles para la capacitación, prueba y validación de soluciones de IA afectan significativamente la capacidad de esos algoritmos para ser efectivos y posteriormente evolucionar”, explica la OCDE.
Otro de los puntos en los que hacen hincapié es la accesibilidad de los propios datos y la infraestructura que estos requieren
Finalmente, encontramos como última barrera la aplicación de esta tecnología por parte de los sanitarios pero también por parte de los pacientes, pues si no se usa no puede ser efectiva. Es por ello que la entidad pide establecer “normas, políticas y procesos que permitan el desarrollo de soluciones de IA responsables, escalables, equitativas y sostenibles y, al mismo tiempo, garantizar que se implementen las salvaguardas para la privacidad, la seguridad y la protección”.
Puesto que son medidas muy complejas, la OCDE plantea también una serie de líneas de trabajo que los países deberían tener en cuenta para llevar a cabo todo este proceso. Destacan, por ejemplo, la necesidad de desarrollar las habilidades de los propios profesionales para que sepan cómo manejar estas tecnologías. Una formación continuada sería clave para esta cuestión.
También se propone integrar nuevos puestos dentro de los sistemas sanitarios, como científicos de datos o ingenieros de datos centrados en la IA. “El establecimiento de unidades internas y puestos de liderazgo para coordinar las aplicaciones”, comentan, “será importante”. Por último, se deberá gestionar de manera segura la implementación de estos sistemas.