El ministro de Consumo, Alberto Garzón, había anunciado hace unas semanas que el Gobierno preparaba la próxima subida del IVA a las bebidas azucaradas con el fin de reforzar los hubitos saludables. Y así ha quedado reflejado en el Plan Presupuestario del 2021 que el Ejecutivo central ha enviado a la Comisión Europea y que recoge las líneas generales del proyecto de Presupuestos Generales del Estado (PGE) para el próximo año.
Según este documento, se va a establecer una nueva figura tributaria centrada en “eliminar la aplicación del tipo reducido del IVA para bebidas refrescantes, zumos y gaseosas con azúcares o edulcorantes añadidos” de forma que se incrementará el tipo del 10% actual al 21%. La estimación es recaudar con esta medida un total de 400 millones de euros en los próximos dos años: 340 millones en 2021 y 60 millones en 2022.
El gabinete que preside Pedro Sánchez espera con esta subida del tipo impositivo favorecer a que haya "habitos más saludables" entre la población
El Ministerio de Hacienda recalca que uno de los objetivos de esta actuación es “internalizar la externalidad negativa generada por el consumo de dichas bebidas, favoreciendo hábitos más saludables de la población”. Y, por otro lado, el Gobierno central se propone “seguir las recomendaciones de numerosos organismos internacionales que recomiendan a España limitar la aplicación de tipos reducidos en el IVA”.
INGRESOS POR VALOR DE 9.170 MILLONES
Esta es solamente una de las medidas de ingresos que el Ejecutivo prevé introducir para “incrementar la recaudación agregada con el objetivo de ir acercando los niveles de tributación de España a la media de los países de nuestro entorno”. En concreto, proponen diferentes figuras tributarias que tendrían un impacto total de 9.170 millones de euros: 6.847 millones se recaudarían en 2021 y 2.323 millones en 2022.
El Gobierno también incorpora en su plan impuestos a las transacciones financieras, a servicios digitales y a los envases de plástico no reutilizables, entre otros
En esta línea, el gabinete que dirige Pedro Sánchez apuesta por “medidas fiscales coordinadas en el ámbito de la Unión Europea en sectores relacionados con las transacciones financieras, la economía digital y la fiscalidad verde”. Así, se proponen avanzar hacia “un sistema tributario adaptado y moderno, a la par que justo y eficiente, que contribuya a la transformación del modelo de crecimiento económico y garantice el Estado del Bienestar”.
Junto al incremento del IVA a las bebidas azucaradas, el Gobierno incluye nuevas figuras: el impuesto sobre las transacciones financieras, el impuesto sobre determinados servicios digitales y el impuesto sobre los envases de plástico no reutilizables. Además, introducen actuaciones en el ámbito de la fiscalizad medioambiental, de la imposición directa, de la imposición indirecta y de la lucha contra el fraude.