En la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros celebrado este viernes, una periodista le ha preguntado a Isabel Celaá, portavoz del Gobierno, sobre las opciones que manejan para evitar situaciones como la que se ha dado esta semana en Ucrania, donde unas treinta familias españolas no han regresado al no poder inscribir en el consulado español a los bebés que han tenido en dicho país por gestación subrogada.
Sobre este asunto, Celaá se ha ceñido a afirmar que la Embajada de España en Ucrania “está trabajando con las familias, una a una”. Asimismo, aunque ha anunciado que “no hay resultados todavía”, sí que ha asegurado que van a mantener dicho trabajo “y esperamos resultados a corto plazo”.
La portavoz del Gobierno ha tratado el caso de las familias en Ucrania como un asunto puntual; así, no se ha referido a la posible legalización de la gestación subrogada en España
A pesar de este anuncio, la portavoz del Ejecutivo central ha tratado el asunto como una cuestión puntual y no como un problema que afecte de manera general. De esta manera, no se ha referido en ningún momento a la posibilidad de que esta práctica pueda llegar a legalizarse en España. Hasta el momento, la gestación por sustitución no está permitida, según la Ley 14/2006 sobre técnicas de reproducción humana asistida.
CIUDADANOS INSISTE
En España, la única formación política que hasta ahora ha reclamado su legalización es Ciudadanos. Su presidente, Albert Rivera, ha anunciado esta semana que volverá a presentar en el Congreso de los Diputados su proposición de ley para la regulación de la maternidad subrogada. Por ello, ha solicitado el apoyo del resto de fuerzas para intentar su regulación “de una forma garantista, altruista y con tutela judicial”.
Otros miembros del Gobierno sí que se han pronunciado al respecto. La ministra de Sanidad, Carmen Montón, considera que “no es admisible el intercambio de una cantidad (de dinero) por un niño”. Mientras, la vicepresidenta y ministra de Igualdad, Carmen Calvo, cree que se trata de “un debate de envergadura ética que no puede resistirse a cuatro eslóganes”.