Gestión de residuos sanitarios, una actividad para la que es “urgente” unificar las normas actuales

Asegre y Agersan trasladan a ConSalud.es su celebración de la aprobación de la Ley de Residuos y suelos contaminados, pero denuncian la necesidad de más medidas ante unos criterios no armonizados

Una enfermera se deshace de residuos sanitarios en un contenedor especial en el Hospital General “Nuestra Señora del Prado” (Foto. Sescam)
8 agosto 2023 | 17:45 h

El sector sanitario es uno de los que más residuos genera. En España, donde no existe un registro, se desconoce la cantidad que resulta de la actividad sanitaria, pero solo un laboratorio como CATlab produce al año 36.500 kg de residuos sanitarios sin riesgo, 1.000 kg de envases impregnados con residuos químicos peligrosos, 360.000 litros de residuos infecciosos, y 6.000 litros de citotóxicos, entre otros, tal y como señaló a este medio la Dra. Inma Caballé, especialista en Análisis Clínicos.

Nuestro país se caracteriza por que la gestión de estos residuos la realiza cada Comunidad Autónoma. Cada una de ellas cuenta con una legislación propia, aunque tres CC.AA., Castilla-La Macha, la Región de Murcia y Asturias, no tienen ninguna normativa aprobada. Esto supone que entre las regiones con una legislación haya importantes disparidades en el tratamiento de los mismos deshechos: en su clasificación, las características de las bolsas o contenedores donde son depositados, la frecuencia de recogida o las condiciones de transporte. Y en aquellas sin normas de referencia, las diferencias de criterios se dan entre los propios centros hospitales de una misma provincia.

Tal y como explican desde la Asociación de Gestores de Residuos Sanitarios (Agersan) a ConSalud.es, “estas disparidades en la clasificación dificultan enormemente la obtención de datos reales sobre la cantidad de residuos sanitarios que se producen y gestionan a nivel nacional. Por ende, esto se traduce en una gestión desigual de dichos deshechos en cada Comunidad Autónoma, y si estos no son clasificados correctamente, se complica su reciclaje”.

Asegre: “Vamos a hacer todo lo posible para que esos criterios se unifiquen porque la falta de armonización legislativa hace perder eficiencia en los procesos y trazabilidad de los residuos"

En 2022, las Cortes Generales sacaron adelante la ley 7/22, de 8 de abril, sobre residuos y suelos contaminados para una economía circular. Una norma con la que finalmente se da respuesta a las reivindicaciones del sector, como explican desde la Asociación de Empresas Gestoras de Residuos y Recursos Especiales (Asegre). “Es una ley largamente esperada porque la anterior es de hace más de una década”, subrayan. Como indican, esta ley supone un cambio de modelo por el cual los productores “ya no podrán delegar su responsabilidad una vez entregado el deshecho al gestor y deberán asegurar y documentar un tratamiento final adecuado”.

Desde Agersan celebran que esta ley recoge “parcialmente” las demandas del sector, al contemplar que en el plazo máximo de tres años desde la entrada en vigor de esta ley, se llevará a cabo un estudio comparado de la normativa autonómica reguladora de los restos sanitarios, el cual se presentará en la Comisión de Coordinación en materia de residuos, para la evaluación de la necesidad de desarrollo reglamentario de ámbito nacional.

Ambas asociaciones, ante la urgencia de dar una solución a la actual falta de armonización, trabajan conjuntamente para desarrollar un estudio comparativo de toda la normativa autonómica, con el que hacer cumplir lo recogido en la ley. “Vamos a hacer todo lo posible para que esos criterios se unifiquen porque la falta de armonización legislativa hace perder eficiencia en los procesos y trazabilidad de los residuos y, en este caso, estamos hablando de restos peligrosos que afectan a la salud y al medioambiente si no reciben una gestión adecuada”, reiteran desde Asegre.

URGENCIA DE UN SISTEMA INTEGRAL Y FINANCIADO

Con la preocupación de conseguir una economía climáticamente neutra, desde los últimos años los gestores trabajan en la “recuperación, reciclaje y valoración” de los deshechos para reducir su impacto ambiental. En el caso concreto de los restos sanitarios, la falta de consenso nacional en su clasificación y trabajo tiene un impacto medioambiental y económico que dificulta la consecución de la economía circular.

La norma ISO 14001 permite implantar sistemas de gestión medioambiental que cada vez más agentes están adoptando. Las empresas españolas, de hecho, son las quintas en el mundo y terceras en Europa en número de certificaciones en ISO 14001 del sector según el último informe ISO Surver, elaborado por la Organización Internacional de Normalización. Según datos de Asergan, 21.000 empresas e instituciones españolas han adoptado la norma de gestión ambiental.

Agersan inciden en la necesidad de implantar un sistema integral “que determine las responsabilidades, la asignación de recursos y los procesos de manipulación y evacuación de desechos”

Sin embargo, la particularidad de los residuos sanitarios, la desarmonización de la legislación en el entorno español, la inexistencia de una norma internacional (aunque los países aplican distribuciones similares) y el desconocimiento de las normativas existentes suponen un desafío al que es necesario hacer frente como mostró la pandemia. En 2020, con la Covid-19, las empresas gestionaron un 70% de toneladas de material plástico, biológico y tóxico más que en 2019. Esto dejó patente la necesidad de contar con sistemas de gestión fuertes capaces de afrontar una crisis de semejante envergadura.

La mayor concienciación dio paso a la aprobación de la ley de abril de 2022 en la que se incluyó finalmente un apartado dedicado al sector sanitario. Además del estudio de las diferentes normativas autonómicas recogidas en la norma, desde Asegre señalan la importancia de poner en primer plano la cuestión de los restos sanitarios. “Creemos que es urgente una unificación de las normas actuales para establecer métodos de gestión y tratamiento, plazos, definición de las enfermedades consideradas infecciosas, una recogida selectiva que evite riesgos durante la gestión y un establecimiento de los contenidos mínimos de los contenedores”, indican.

Por su parte, Agersan inciden en la necesidad de implantar un sistema integral “que determine las responsabilidades, la asignación de recursos y los procesos de manipulación y evacuación de desechos”. Una medida a largo plazo que permitiría introducción mejoras graduales, especifican. También manifiestan la importancia de sensibilizar acerca de los riesgos ligados a los residuos sanitarios y generar mayor conocimiento de las prácticas seguras y fiables. Por último, indican que se ha de prestar atención a la selección de métodos de gestión seguros y ecológicamente inocuos, a fin de proteger a las personas de todo peligro en los procesos de recogida, manipulación, almacenaje, transporte, tratamiento o eliminación de restos.

Medidas a corto y largo plazo con el que remodelar la gestión de deshechos sanitarios. “Con ello, se favorecería la innovación y el desarrollo tecnológico, la competitividad y la aplicación de la economía circular en una actividad que se ha mostrado esencial durante la pandemia”, concluye Asegre.

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