Las próximas elecciones en el País Vasco han desvelado finalmente su fecha, el próximo 21 de abril. El actual lehendakari, Iñigo Urkullu, abre las puertas a unos nuevos comicios en los que no volverá a concurrir como candidato, tal y como avanzó el pasado mes de noviembre. La fecha escogida no ha coincidido, como solía ser habitual, con las elecciones gallegas, celebradas este pasado domingo con la reelección por mayoría absoluta del popular Alfonso Rueda. De esta manera, dese el PNV esperan poder revalidar también su histórica hegemonía en Euskadi, aunque el empuje de EH Bildu se presenta como una seria amenaza a dos meses vista del 21-A.
Si bien la confirmación de la fecha se ha producido este mismo jueves, el tablero electoral tenía definidos sus diferentes candidatos desde hace un tiempo: Imanol Pradales, actual diputado de Infraestructuras y Desarrollo Territorial de la Diputación de Bizkaia, será el encargado de tomar el relevo de Urkullu en las listas del PNV; Pello Otxandiano encabezará la candidatura de EH Bildu; Eneko Andueza se presenta como la apuesta del PSE-EE; Javier de Andrés, como candidato del Partido Popular; Miren Gorrotxategi, por Podemos-Ahal Dugu; y Alba García, única candidata con formación sanitaria -psicóloga-, como aspirante de Sumar. Finalmente estos dos partidos se presentarán por separado tras no llegar a un acuerdo.
Tuvo que lidiar con las consecuencias de la pandemia desde el mismo momento de su llegada al cargo, para tratar de impulsar después políticas que sirvieran para reflotar Osakidetza de los estragos que dejó
De esta manera, Euskadi cerrará una etapa política de tres legislaturas bajo las riendas de Iñigo Urkullu y abre la puerta a un posible relevo en la Consejería de Salud, dirigida por Gotzone Sagardui desde la confección del último Ejecutivo autonómico en 2020. Un ciclo sanitario en el que la actual responsable de Salud tuvo que lidiar con las consecuencias de la pandemia desde el mismo momento de su llegada al cargo, para tratar de impulsar después políticas que sirvieran para reflotar Osakidetza de los estragos que dejó el tensionamiento de la sanidad vasca. Antes de Sagardui, estuvieron otros dos consejeros. Nekane Murga que estuvo al frente tan solo un año, en lo peor de la pandemia, y Jon Darpón, que ha sido el más longevo con siete años liderando la sanidad vasca, de 2012 a 2019.
Con todo ello, el propio Iñigo Urkullu, haciendo balance, aseguraba recientemente que la sanidad pública vasca, “fuera de toda duda, es la mejor de todo el Estado”, si bien reconocía también que “no es suficiente, tenemos que seguir mejorando”. En esta línea, una de las últimas aportaciones que el actual Gobierno autonómico pretende dejar como legado es la transferencia a Euskadi de las competencias para homologar los títulos universitarios de ciudadanos extranjeros –aplicables a sanitarios-. Una medida acordada con Pedro Sánchez en el marco del último acuerdo de investidura nacional entre el PSOE y PNV tras el 23-J.
ESTRATEGIAS MÁS RECIENTES
Este último tramo de la legislatura, como la propia Sagardui ha revelado, ha servido como un "periodo de tránsito" para el departamento de Salud y para Osakidetza, encaminado a la recuperación de la normalidad, de la reducción de listas de espera, de los tiempos de demora. Unas incidencias heredadas desde la crisis sanitaria por Covid-19, y de las que la región viene recuperándose todavía. “La pandemia nos llevó a un pico máximo de 85 días de demora media para una intervención quirúrgica; el pasado mes de noviembre esa cifra había descendido hasta los 60 días”, señalaba la consejera vasca a ConSalud.es.
Este mismo febrero la Comisión Europea reconoció un proyecto de Osakidetza con adolescentes como “Mejor Práctica” de promoción y prevención primaria de Salud Mental
En concreto, entre las últimas estrategias puestas en marcha para la sanidad pública vasca quedará la Ley de Salud Pública; el Plan Estratégico de Osakidetza; la renovación del Plan Estratégico de Atención Primaria o el desarrollo del Plan de Salud 2030. Igualmente, la Consejería de Salud ha puesto el foco de manera especial en la población más joven y las problemáticas emocionales de la población a través de una nueva Estrategia de Salud Mental. No en vano, este mismo febrero la Comisión Europea reconoció un proyecto de Osakidetza con adolescentes como “Mejor Práctica” de promoción y prevención primaria de Salud Mental.
De la misma manera, los últimos meses han deparado también la llegada de un Plan de Adicciones, un nuevo Plan de Seguridad del Paciente, un Plan de Cuidados Paliativos, un Plan del ICTUS o una Estrategia de Enfermedades Neurodegenerativas y Neuromusculares. Todos ellos, quedarán ahora pendientes de desarrollo por parte del próximo responsable sanitario vasco, que todavía no se ha descartado que pueda ser la propia Gotzone Sagardui, de renovarse el Gobierno por parte del PNV. Igualmente, los próximos cuatro años exigirán abordar importantes desafíos capitales como la falta de personal, la sobrecarga asistencial o el creciente envejecimiento y cronicidad de la población.
MALESTAR PROFESIONAL
La última legislatura sanitaria no ha sido un camino de rosas para el lehendakari Urkullu ni para la consejera Sagardui. De hecho, el malestar de los profesionales de Osakidetza ante sus condiciones laborales y la “crítica situación” de la AP se ha hecho patente de manera recurrente en forma de protestas y huelgas. Sin ir más lejos, la Coordinadora de Plataformas Ciudadanas en Defensa de la Sanidad Pública en Euskadi ha convocado para el próximo 16 de marzo –apenas un mes antes de las elecciones- manifestaciones en las tres capitales vascas para exigir cambios estructurales y que la inversión sanitaria se dirija a la Atención Primaria.
Osakidetza es uno de los servicios de salud más aventajados de nuestro país, pero, aún así, no es ajeno a los importantes retos que aguardan a la asistencia sanitaria de una población cada vez más necesitada de atención
De esta manera, estas movilizaciones a favor de la sanidad pública servirán como un aviso claro, a todos los partidos políticos y al próximo Gobierno, para que no escatimen esfuerzos a la hora de plantear soluciones en este ámbito. Osakidetza es uno de los servicios de salud más aventajados de nuestro país, pero, aún así, no es ajeno a los importantes retos que aguardan a la asistencia sanitaria de una población cada vez más necesitada de atención, y para la cual se prevén menos efectivos humanos disponibles para asistirla.