Los ministros de Medio Ambiente de la Unión Europea se han reunido en el Consejo Europeo para tomar importantes medidas en favor de la salud pública. Así, se han adoptado nuevos acuerdos en materia de sustancias químicas y de calidad del aire.
El primero de estos acuerdos tiene que ver con un nuevo reglamento sobre clasificación, etiquetado y envasado de sustancias químicas (CLP). Se trata de un compromiso enmarcado dentro del Pacto Verde Europeo y que ya es una realidad. De hecho, la regulación se publicará en el Diario Oficial de la Unión Europea y entrará en vigor en los próximos días.
El nuevo reglamento viene a acualizar la legislación que llevaba vigente desde 2008 y aclara las normas sobre el etiquetado de las sustancias químicas para adaptarlas, por ejemplo, al comercio online. De esta manera, se pretende que la información de los productos sea más clara y fácil de leer para garantizar que nuestra salud esté protegida de los peligros químicos.
La información de los productos será más fácil de leer para garantizar que nuestra salud esté protegida de los peligros químicos
También se han incluido consideraciones que en la anterior legislación no se contemplaban, como la presencia de disruptores endocrinos o el efecto de larga duración de determinadas sustancias. Además, el nuevo reglamento introduce normas específicas para las estaciones de recarga de productos químicos.
Un importante paso para la salud humana, ya que las sustancias químicas con propiedades peligrosas pueden tener efectos perjudiciales como el cáncer, las alteraciones en los sistemas corporales, el debilitamiento de la resiliencia a las vacunas o una mayor vulnerabilidad a las enfermedades. No obstante, en 2018, Europa fue el segundo mayor productor de productos químicos, representando el 16,9% de las ventas mundiales, por lo que era necesaria una actaualización de la normativa.
CONTAMINACIÓN DEL AIRE
Por otro lado, se ha adoptado formalmente otra directiva que establece normas actualizadas de calidad del aire en todos los países de la Unión. El horizonte que se han marcado los países europeos es el de alcanzar una contaminación cero de aquí a 2050, lo que ayudará a prevenir muertes prematuras debido a la contaminación atmosférica, explican.
Es por ello que se ha dado luz verde a esta nueva regulación que fortalece los estándares y homogeneiza los criterios para toda la UE. Los contaminantes que se han regulado, entre otros, son los que más enfermdedades respiratorias provocan: las partículas PM10 y PM2,5, el dióxido de nitrógeno y el dióxido de azufre.
Se ha incluido, además, la posibilidad de que los ciudadanos de la UE reclamen una indemnización por los daños a su salud en caso de que no se respeten las normas de calidad del aire de la UE. "Los Estados miembros deben garantizar que los ciudadanos tengan derecho a reclamar y obtener una indemnización", se explica.
TARJETA EUROPEA DE DISCAPACIDAD
Por otro lado, también en el seno del Consejo Europeo, se ha celebrado la Reunión informal de ministros de empleo, política social y salud. En este caso se han adoptado medidas para mejorar la calidad de vida de las personas con discapacidad. Concretamente, el Consejo ha adoptado dos nuevas directivas que facilitarán a las personas con discapacidad viajar dentro de la UE.
Así, se han establecido la tarjeta europea de discapacidad y la tarjeta europea de estacionamiento para personas con discapacidad. Ambos documentos "garatizarán la igualdad de acceso a condiciones especiales o un trato preferente para las personas con discapacidad durante estancias de corta duración en toda la UE".
"Garatizarán la igualdad de acceso a condiciones especiales o un trato preferente"
Además, estas disposiciones se aplicarán también a los ciudadanos no pertenecientes a la UE que residen legalmente en estos países, lo que significa que también podrán utilizar estas tarjetas durante estancias de corta duración en otros estados miembros.
Cabe recordar que, en 2023, el 27% de la población de la UE mayor de 16 años tenía algún tipo de discapacidad. Esto equivaldría a 101 millones de personas, es decir, uno de cada cuatro adultos europeos. Es por ello que la medida tendrá una gran impacto positivo en la ciudadanía europea.