El cambio climático es un importante problema de salud pública ante el que los diferentes gobiernos trabajan para reducir sus efectos. Y es que se estima que solo en Europa se producen 300.000 muertes al año de forma prematura, de las cuales la mitad de ellas se podrían evitar reduciendo la emisión de contaminantes como las partículas inferiores a 2,5 micras. ¿Cómo reducir esta contaminación en sectores especialmente contaminantes como el de la salud?
Esta pregunta y diferentes respuestas se han realizado a lo largo de los últimos años en todo el mundo. El objetivo: reducir el 60% las emisiones para 2030. En los hospitales y sistemas nacionales de salud las diferentes iniciativas han virado desde la movilidad o la formación de los profesionales sanitarios a la alimentación o la gestión energética, como señala la ‘Hoja de ruta hacia la descarbonización de los hospitales’ de ‘Sanidad por el clima’. En España existen muchas iniciativas realizadas por los propios centros sanitarios o por los sistemas sanitarios para reducir su huella de carbono, pero también muchos desafíos y pasos que dar.
Desde la UE inciden en la importancia de infraestructuras sanitarias más sostenibles, apostar por el transporte público o la telemedicina
Pese a los grandes avances realizados en este campo a nuestro país todavía le queda mucho por hacer para conseguir los objetivos definidos. Un camino que recorren otros países tanto europeos como de otras latitudes y que deja modelos muy interesantes de cómo alcanzar la descarbonización del sector sanitario y de los hospitales.
ECOLOGIZAR INFRAESTRUCTURAS SANITARIAS SOSTENIBLES
Como recoge el informe de ‘Sanidad por el clima’ a la hora de reducir las emisiones del sector salud existen diferentes iniciativas que parten de forma supranacional hasta regional. En la Unión Europea, el Consejo Asesor Científico de las Academias Europeas (EASAC, por sus siglas en inglés) y la Federación Europea de Academias de Medicina (FEAM, por sus siglas en inglés) publicaron en 2021 ‘Descarbonización del sector de la salud: un comentario de EASAC y FEAM’, un ensayo en el que incidieron en la importancia de hacer infraestructuras sanitarias más sostenibles, que desde Atención Primaria se reduzca la presión sobre las cadenas de suministro o se fomente la sostenibilidad de los pacientes o que desde el ámbito hospitalario se mejoren las infraestructuras para reducir el uso intensivo de energía.
También señalan la importancia de apostar por transporte público, por modelos innovadores dirigidos a reducir la huella de carbono o a generar medicamentos con menos emisiones. La telemedicina, la salud digital y la formación de los profesionales son otros puntos en los que inciden en el documento. Y es que son muchos los puntos que modificar en el sector para borrar su huella de carbono.
En Francia se creó una Convención Hospitalaria por el Clima en el que se puso el foco en los anastésicos contaminantes, repensar los cuidados, compras locales, la subcontratación, usar energías renovables, mejorar las infraestructuras para hacerlas más eficaces energéticamente, trasporte de profesionales, mercancías, residuos y pacientes sostenibles o reducir la generación de residuos. La guía de ‘El hospital trabaja por el planeta’ del mismo año creó un fondo para ayudar económicamente a la rehabilitación energética de los centros sanitarios o la reducción del IVA en edificios de alta calidad medioambiental y que usan energías renovables.
Francia se estableció como objetivo reducir hasta un 40% las emisiones en las compras de productos alimentarios, disminuir un 75% las producidas con el consumo energético; un 50% y un 47% menos en la compra de gases médicos, fármacos y dispositivos médicos
En 2022, en el país galo, se establecieron una serie de propuestas en las que se tenía como objetivo reducir hasta un 40% las emisiones en las compras de productos alimentarios, disminuir un 75% las producidas con el consumo energético; un 50% y un 47% menos en la compra de gases médicos, fármacos y dispositivos médicos.
En Estados Unidos se calcula que el sector salud es el responsable del 8,5% de las emisiones nacionales de carbono, siendo las cadenas de suministros las que más contaminantes causan (responsable de aproximadamente el 80%). En el país se han creado distintas iniciativas y hojas de rutas que por ejemplo recomiendan construcciones más eficientes energéticamente. Ejemplos de ello es Gundersen Health System, que añadió a sus almacenes y oficinas almacenamiento solar, geotérmico y de baterías; el UWhealth que construyó un parque solar que reduce un 20% sus emisiones de carbono; o la reducción de 190 mil dólares en agua por parte de la University of Utah Health por una optimización de la energía.
En Australia el objetivo es reducir un 80% de las emisiones de CO2 de la atención primaria y hospitalaria para 2030. Un objetivo complicado de alcanzar sin una hoja de ruta. En este sentido, “Doctors for the Environment Australia” presentó una serie de recomendaciones como el suministro de electricidad 100% renovable para los hospitales australianos para 2025, creación de una Unidad de Salud Sostenible o generación de modelos de atención sostenible.
Ideas que han inspirado a su vez la ‘Hoja de ruta hacia la descarbonización de los hospitales’ española. En estos países, así como en España, el objetivo de reducir la huella de carbono en el sistema de salud y en los centros sanitarios es una meta para la que es esencial contar con una guía. A través de modelos nacionales e internacionales cada Gobierno e Instituciones sanitarias trabajan para formar a los profesionales, fomentar la salud digital, generar infraestructuras ecológicas, sostenibles y con eficacia energética y reducir las emisiones de la adquisición de alimentos, medicamentos o transporte.