“Por el bien de nuestros ciudadanos y sociedades, debemos adelantarnos a los futuros riesgos climáticos”. Así lo ha recalcado Wopke Hoekstra, comisionado europeo para la Acción Climática. Y es que, la Comisión presenta este martes en el Parlamento Europeo su nuevo estudio sobre ‘Gestión de los riesgos climáticos: protección de las personas y la prosperidad’. Esta presentación “es un gran llamamiento a la acción a todos los niveles”, afirma también Maroš Šefčovič, vicepresidente ejecutivo responsable del Pacto Verde Europeo.
El cambio climático es una realidad que también tiene graves efectos para la salud y que “requiere medidas urgentes”. Como se afirma en el estudio, “los impactos climáticos ya están aquí y los riesgos seguirán aumentando en las próximas décadas”. No en vano, hace tan sólo unos días conocíamos en el nuevo boletín climático de Copernicus que febrero de este año ha sido el más caluroso de toda la historia. La población europea, no obstante, está concienciada con esta realidad. Tal y como reflejan los datos aportados por la Comisión, el 77% de la población de la UE ve el cambio climático como un problema muy grave y el 37% ya se siente personalmente expuesto a los riesgos climático.
Pese a que este problema no recae sólo en la UE, y ya tiene consecuencias mundiales, hay países que se van a ver incluso más afectados. Este es, precisamente, el caso de España. En nuestro caso todos los indicadores muestran las peores tendencias junto a otros países mediterráneos. Según el estudio vamos a afrontar “temperaturas generales más elevadas, olas de calor más intensas y frecuentes, sequías prolongadas, y precipitaciones más intensas”.
En España todos los indicadores muestran las peores tendencias junto a otros países mediterráneos
Por tanto, el impacto en la salud humana será notable. Por ejemplo, en el año 2022 sólo en Europa se contabilizaron entre 60.000 y 70.000 muertes prematuras a la ola de calor. Además, tanto el calor como los fenómenos meteorológicos extremos empeoran muchas enfermedades no transmisibles. La Comisión alerta también de que “la crisis climática impacta severamente la salud mental”, y de que “la incidencia de enfermedades infecciosas sensibles al clima aumentará” en los casos del virus del Nilo Occidental, el dengue y el chikungunya, que se volverán endémicas en algunas partes de Europa.
Por otro lado, los patógenos que se transmiten por el agua y los alimentos, y las bacterias y hongos resistentes van a proliferar con mayor facilidad. “Estos y otros riesgos ejercerán una presión adicional sobre los ya sobrecargados sistemas de atención de salud, los profesionales sanitarios y el gasto sanitario”. Así, vemos que los riesgos están claros. Sin embargo, “en la mayoría de los casos, las contramedidas médicas eficaces para responder a estas enfermedades son escasas o aún no se han desarrollado”.
Con este estudio la Comisión ha querido también incluir algunas recomendaciones e instar al Parlamento Europeo a atender estas necesidades y las posibles soluciones que aminoren el impacto que ya está teniendo la crisis climática en nuestra salud. “Los remedios principales residen en políticas que puedan reducir las vulnerabilidades y limitar la exposición humana”.
En el año 2022 sólo en Europa se contabilizaron entre 60.000 y 70.000 muertes prematuras a la ola de calor
En este sentido, una de las principales medidas es la de garantizar que los trabajadores expuestos a riesgos climáticos estén adecuadamente protegidos. Es decir, atender a los riesgos laborales que se relacionen con el calor. En España concretamente varias personas murieron el pasado verano por golpes de calor durante su jornada laboral. Algunos de los sectores más afectados en este sentido serían la construcción o el sector primario, en los que los trabajadores estás más expuestos.
También se insta a mejorar el Observatorio Europeo del Clima y la Salud y a aplicar el Reglamento sobre amenazas transfronterizas graves para la salud interconectándolo con los sistemas de alerta climáticos. “El nuevo Grupo de Trabajo sobre Salud de la UE apoyará la respuesta a nivel de la UE a amenazas graves para la salud, incluidos los fenómenos relacionados con el clima”, se ha comprometido la entidad.
Por otro lado, se reclama una mejora en la movilidad de los profesionales sanitarios por Europa, así como el traslado de pacientes “mediante el desarrollo de un marco para apoyar a los Estados miembros cuya sanidad esté más saturada”. Finalmente se pide un accesoseguro a las medidas médicas y un mejor desarrollo de las mismas, ya que los fenómenos meteorológicos extremos pueden alterar la fabricación o limitar el acceso a las materias primas. Además, los cambios en los patrones de enfermedades pueden provocar aumentos inesperados en la demanda de ciertos medicamentos, o crear demanda de productos completamente nuevos.