“Europa, a pesar de lo que se ha hecho, está lejos de estar preparada para las consecuencias económicas y sociales que representan los impactos del cambio climático”, ha avisado la ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera. Y es que, la ministra ha participado este lunes en el Consejo de Medio Ambiente de la Unión Europea, en el que los ministros del ramo de los países comunitarios han debatido y adoptado nuevas medidas con respecto a la lucha contra el cambio climático.
A su llegada a la reunión, Ribera ha destacado que la Organización Meteorológica Mundial advirtió de que el calentamiento global está “fuera de todo rango”. Concretamente, “durante el año 2023 hemos alcanzado 1,45 grados por encima de la temperatura en la era preindustrial en superficie terrestre, y un calentamiento de la temperatura del que nos lleva a escenarios enormemente preocupantes”. De hecho, ya se ha demostrado también que Europa se calienta más deprisa que otros continentes, con las nefastas consecuencias que eso tiene para la salud.
Por ello, la ministra ha celebrado que hoy se tendrá ocasión de debatir simultáneamente sobre el objetivo de contaminación para 2040 y sobre “la necesidad de fortalecer las políticas de adaptación al cambio climático” de una manera “transversal”. Además, ha añadido que, a su juicio, la Ley de restauración de la naturaleza no debe olvidarse, ya que “los ecosistemas sanos favorecen a todos los europeos, ayudan a reducir los impactos del cambio climático, a absorber las emisiones de gases efecto invernadero y sobre todo sobre todo a los pequeños agricultores”, ha señalado.
“Europa no se puede permitir el lujo dejar caer la Agenda Verde Europea, como no se puede permitir el lujo de dejar morir sus ecosistemas”
En este sentido, Ribera ha recalcado que sería “un fracaso para Europa” si esta ley finalmente no llega a su fin puesto que “la naturaleza y sistema climático no admiten pausas”. De hecho, ha señalado, “sería una enorme irresponsabilidad hacer caso a quienes reclaman que la agenda verde se frene o vaya hacia atrás, porque en realidad todo el ciclo químico y físico de la naturaleza y del sistema climático se desentiende completamente de las pequeñas peleas que puedan tener los distintos actores políticos”.
Por otro lado, la ministra también ha hecho referencia a la importancia de “llevar a la práctica lo que acordamos en Dubai: dejar atrás los combustibles fósiles lo antes posible”. En este sentido, Ribera ha hecho hincapié en que la seguridad climática genera beneficios para las personas, especialmente a los más vulnerables y que dependen en mayor medida del buen estado de su entorno por ser más vulnerables, por ejemplo, a las olas de calor o a las inundaciones.
“Europa no se puede permitir el lujo dejar caer la Agenda Verde Europea, como no se puede permitir el lujo de dejar morir sus ecosistemas”, ha destacado. No obstante, “sabemos lo que tenemos que hacer”, es decir, dejar atrás los combustibles fósiles, conservar y restaurar naturaleza, y prestar atención a los impactos sociales, según sus palabras.
"Tenemos que dejar atrás los combustibles fósiles, conservar y restaurar naturaleza, y prestar atención a los impactos sociales"
Uno de los debates que han mantenido los ministros ha sido al respecto de la propuesta de la Comisión para prevenir las pérdidas de pellets de plástico al medio ambiente. El reglamento propuesto tiene como objetivo reducir aún más la contaminación por microplásticos, abordando específicamente la liberación involuntaria de microplásticos durante la manipulación de gránulos de plástico.
La propuesta que han tratado los ministros establece una obligación general para los operadores y los transportistas de la UE y fuera de la UE de prevenir las pérdidas de pellets de plástico e incluye mejores prácticas de manipulación para los operadores, un sistema de certificación obligatorio y una metodología armonizada para estimar las pérdidas.
Finalmente, los mandatarios también han intercambiado puntos de vista sobre el objetivo climático de la UE para 2040. Concretamente, se recomienda reducir las emisiones netas de gases de efecto invernadero (GEI) de la UE en un 90% de aquí a 2040 en comparación con 1990.