Este jueves comienza la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2023 (COP28). Esta 28ª conferencia de la ONU se celebrará hasta el 12 de diciembre en Dubái, y se espera que en ella los distintos países y agentes tomen importantes medidas en cuanto al abordaje del aumento de la temperatura mundial y al impacto del cambio climático. Concretamente, este año el encuentro pivotará sobre siete temáticas: cambio climático y salud; economía; energía; transporte y urbanismo; juventud; naturaleza y mar; alimentación, agricultura y agua.
Este año, además, España va a tener un papel crucial en este encuentro, ya que se encuentra presidiendo el Consejo de la Unión Europea, que actúa como una entidad única en la COP. Así, será la vicepresidenta y ministra de Transición Ecológica y Reto Demográfico, Teresa Ribera, la que dirija la unidad de actuación europea. De hecho, nuestro país contará con su propio pabellón, el Spain Pavilion, como se ha indicado desde el ministerio. Igualmente, el Ministerio de Sanidad también estará presente en estas conferencias, pues el domingo día 3 se celebra la I Reunión Ministerial de Salud y Medio Ambiente. En este sentido, José Miñones, exministro de Sanidad, ya avanzó que España presentará una guía de recomendaciones para la reducción de la huella de carbono en el sector sanitario.
Con la importante participación que tendrá España en esta cumbre cabe preguntarse cuáles son las políticas que ha estado llevando a cabo nuestro país en materia de abordaje del cambio climático. ”Nuestro país ha sido pionero en la toma de decisiones, con la aprobación del I Plan Estratégico de Salud y Medio Ambiente 2022-2026; una hoja de ruta de referencia a nivel internacional que ya cuenta con su primer Programa de Actuación y que, entre las acciones prioritarias en materia climática, incluye precisamente la necesaria reducción de la huella de carbono del sector salud”, decía Miñones a finales de octubre. Igualmente, ponía de manifiesto la apuesta del Ejecutivo por la inclusión de la perspectiva One Health en las políticas públicas.
España va a tener un papel crucial en este encuentro ya que se encuentra presidiendo el Consejo de la Unión Europea
En cuanto al plan estratégico, se destaca que su gran objetivo es el de disminuir los riesgos para la salud de la población derivados de los factores ambientales y sus condicionantes, disminuyendo la carga de enfermedades causadas por ellos, identificando nuevas amenazas derivadas y facilitando el desarrollo de políticas en materia de salud ambiental. Para ello, una de las estrategias del plan es la aplicación efectiva de la Ley 33/2011 de Salud Pública en el ámbito de la salud ambiental. Igualmente, se pone de manifiesto la necesidad de identificar y evaluar los nuevos riesgos y problemas emergentes, y reducir la morbilidad y mortalidad atribuible a estos factores y determinantes ambientales. Asimismo, el PESMA propone organizar sistemas de información y vigilancia de salud ambiental que aporten un mejor conocimiento científico del impacto de los factores ambientales, promover la investigación, y construir entornos más saludables.
Además de los objetivos estratégicos, el plan tiene cuatro bloques con distintas áreas temáticas. El primero de ellos es el del Cambio climático y salud. Dentro de este bloque se incluyen los riesgos del clima y de las temperaturas extremas. En este punto, cabe recordar que, para el conjunto de toda España, el valor medio del incremento de la mortalidad por grado centígrado sobre la temperatura umbral es del 9,9%; siendo mayor el impacto para las causas respiratorias (15.3%) que para las circulatorias (9,9%). Asimismo, se habla de los vectores transmisores de enfermedades, que pueden proliferar gracias al cambio climático. Las principales enfermedades transmitidas por vectores representan el 17% de la carga mundial relacionada con enfermedades transmisibles, causando más de 700.000 muertes al año.
También entran en este bloque la calidad del agua, que está amenazada por contaminantes emergentes, ya sean patógenos o químicos; y la calidad del aire, puesto que la contaminación fue causante de la muerte de más de 93.000 personas entre los años 2000 y 2009. De hecho, según datos del ISCII, el dióxido de nitrógeno provoca más de 6.000 muertes evitables cada año en España, a las que habría que sumar casi otras 500 causadas por los niveles de ozono troposférico. De esta manera, hasta el 3% de las muertes anuales en España podrían deberse a la contaminación atmosférica. Según los datos del ISGlobal, este dato sería mucho mayor en las principales ciudades como Madrid y Barcelona, alcanzando un 6 y 7% de la mortalidad natural debido a la contaminación.
El objetivo del plan es el de disminuir los riesgos para la salud de la población derivados de los factores ambientales y sus condicionantes
Otro de los puntos que se abordan en este plan es la contaminación por productos químicos, por residuos, y por la actividad industrial. En este caso se destaca que el 98% de las actividades económicas precisan de productos químicos en su cadena productiva, algunos de ellos muy perjudiciales como el mercurio o los productos fitosanitarios. Las sustancias nocivas emitidas de forma constante al medio ambiente por muchos tipos de instalaciones industriales pueden afectar a la salud de las personas. Aunque no todos los casos de enfermedades como cáncer y tumores provienen específicamente de la contaminación industrial, éste es un factor que puede tener incidencia en su desarrollo.
Este plan también aborda las radiaciones, tanto la radiactividad natural, como los campos electromagnéticos y la radiación ultravioleta. Su efecto consiste en aumentar linealmente la probabilidad de desarrollar alteraciones en el ADN que den como resultado el desarrollo de procesos tumorales, sin que exista un umbral inferior que podamos considerar seguro.
Finalmente, en cuanto a lo relacionado con el hábitat y la salud, se pone de manifiesto la incidencia del ruido, la calidad de los ambientes interiores y las ciudades saludables. Por ejemplo, la OMS estima que se han perdido 1,6 millones de años de vida saludable como resultado del ruido de tráfico. En el caso de la calidad de los ambientes, se destaca que la ventilación, temperatura, humedad, y la luz artificial afectan también a la salud. Finalmente, se pone sobre la mesa que la planificación urbana y territorial es clave en la calidad de vida de las poblaciones. En relación con el urbanismo, diferentes aspectos determinan el entorno y el bienestar de sus habitantes; como la movilidad, los espacios verdes, la calidad del aire, la seguridad alimentaria, el paisaje o aspectos relacionados con la vivienda. La forma y el diseño del entorno urbano y su territorio circundante tienen un gran impacto en la salud de sus habitantes, tanto física como mental.