De esta manera, el estudio muestra que al comienzo de la crisis, España realizaba un gasto del 5,7% del PIB en sanidad, siendo el segundo país de la UE que menos gastaba en dicha materia, sólo por delante de Luxemburgo. Por su parte, los que dedicaban más dinero eran Dinamarca, Austria y Francia con niveles superiores al 7% del PIB.
No obstante, tras siete años la posición de España no ha cambiado prácticamente. A pesar de incrementar el gasto sanitario hasta el 6,1% del PIB, en 2014 sólo ha adelantado una posición, colocándose como el tercer país que menos gasta en sanidad, por detrás de Grecia y Luxemburgo. En el lado contrario se encuentran Dinamarca, Finlandia y Francia que le dedican a sanidad más del 8% del PIB.
FASE EXPANSIVA Y DE CONSOLIDACIÓN FISCAL
Fedea distingue dos fases desde el punto de vista fiscal durante la crisis: una expansiva de gasto (2007-2009) y otra de consolidación fiscal (2009-2014). Durante la primera de ellas, se produjo un aumento del gasto en sanidad por parte de todos los países de la UE-15, tanto en variación del gasto en términos reales como en diferencia de puntos porcentuales de PIB.
En este sentido, España fue el país europeo que más aumentó el gasto en sanidad en términos reales (16%). Por su parte, en cuanto a puntos del PIB, el aumento fue del 1,1%. Con respecto al conjunto de los 28 países europeos, el aumento en términos reales fue de 9% y 0,9% en pp. PIB.
Con respecto a la fase de consolidación fiscal, se produjo una caída del gasto de España en sanidad en términos reales del 14%, por detrás de Grecia (-46%) y Portugal (-25%). Mientras tanto, Alemania, Bélgica y Suecia aumentaban en torno al 0,5% en términos reales.
REFORMA FISCAL
Tras este análisis, desde Fedea han lanzado un comunicado en el que han pedido a los distintos organismos competentes que la solución debe girar en torno a “una reforma fiscal que permita aumentar significativamente la recaudación tributaria con el fin de evitar recortes en el estado del bienestar”.
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