Recién llegado al Parlamento Europeo, Nicolás González Casares (A Coruña, 1972) es la voz sanitaria de los eurodiputados españoles del grupo de Socialistas y Demócratas (al que pertenece el PSOE) en la Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria. En una entrevista realizada en la Oficina de la Eurocámara en España, situada en el madrileño Paseo de la Castellana, González habla para ConSalud.es sobre las consecuencias sanitarias del Brexit, de la repercusión en la Unión Europea del brote de listeriosis, de la precariedad laboral de las enfermeras, del movimiento antivacuna o de la relación entre los eurodiputados españoles.
Se estrena en el Parlamento Europeo. ¿Qué líneas sanitarias va a defender representando al grupo socialista en la Comisión de Salud?
En un momento de ebullición medioambiental, parece que la salud quedara un poco aparte. Desde el grupo socialista reforzamos esta comisión con cuatro personas. Yo me encargaré fundamentalmente de los temas de salud, porque soy sanitario y porque tengo mis inquietudes. Ahora estamos en el proceso de llegada de los nuevos comisarios, lo que va a marcar mucho el futuro de la legislatura. Estos días tendremos la audiencia de la candidata a comisaria de Salud, Stella Kiryakides, donde veremos por dónde va el camino. La carta de misión que le ha mandado la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, tiene cosas buenas pero tiene otras que no nos gustan. Vamos a ver si conseguimos detallar un poco más las medidas.
"La carta de misión que le ha mandado la presidenta de la Comisión Europea a la candidata a comisaria de Salud tiene cosas buenas pero también ausencias: se olvidan de las enfermedades cardiovasculares"
Europa es un marco grande, amplio, en el que las políticas europeas llegan hasta donde llegan. Marcan grandes directrices pero la competencia de la asistencia sanitaria es de los gobiernos, y aquí descentralizada en los autonómicos. Son grandes temas relativas a medicamentos, a tecnologías sanitarias y también a investigación. A través del programa Horizonte 2020, la investigación en salud tiene allí una importante financiación.
¿Qué opinión le merece la candidata a comisaria de Salud, Stella Kiryakides? ¿Qué le van a exigir?
La designación de los candidatos, a priori tiene dos dimensiones. Una que es la política y otra la técnica. Parece que en la primera, con respecto a esta candidata no hay muchas discusiones porque no tiene demasiadas aristas. Pero es cierto que recibimos ciertas sorpresas en la carta de misión que le manda Ursula von der Leyen, porque hay ausencias. Queremos que nos las expliquen. Por un lado, ¿cómo va a aplicar aquello que se le encomienda? Y por otro lado, las ausencias.
Entrevista a Nicolás González Casares (Foto: S&D)
Por ejemplo, me parece muy importante que se refuerce un programa europeo de inversión en la lucha contra el cáncer, no sólo en el papel, que tenga dinero para investigación y que se marquen claramente los campos. Pero también es cierto que se olvidan de las enfermedades cardiovasculares, que a día de hoy son la primera causa de muerte en Europa. Sé muy bien que hay diferencias en ambas patologías, pero también que causalmente tienen elementos comunes: la obesidad, la diabetes y todo lo relacionado con la alimentación tienen influencias determinantes también en el cáncer. No he encontrado una sola palabra sobre diabetes, hipertensión, obesidad, que son problemas paneuropeos. Nuestros jóvenes no se alimentan como los de hace 50 o 70 años, y eso está provocando enfermedades. Eso sí que nos preocupa y vamos a preguntarle sobre ello para que tengan también su papel.
La actualidad pasa por la seguridad alimentaria con el mayor brote de listeriosis en España y la detención de los dueños de la empresa Magrudis. ¿Cómo se ha visto desde Bruselas?
"Pensábamos que el brote de listeriosis tendría más ruido pero es algo que en la Unión Europea prácticamente ni se comentó. Hubo problemas pero nuestros sistemas de seguridad alimentaria están bastante avanzados"
La verdad es que pensábamos que tendríamos más ruido. Es algo que allí prácticamente no se comentó. En cuestiones judiciales no voy a entrar, pero hay dos asuntos que son ciertos. Evidentemente hubo un problema, pero tenemos unas redes de vigilancia epidemiológica que detecta los problemas y actúan en consecuencia. Por lo tanto, nuestros sistemas de seguridad alimentaria están bastante avanzados, fueron capaces de detectar el brote, de hacer un seguimiento de los casos y localizar algunos de gente que había estado en España y que había salido. En todo caso, también está en la carta de misión, y es una de las prioridades, seguir avanzando en ese camino porque no sólo son los productos que producimos en la UE los que tienen que tener una serie de garantías sino saber evaluar al detalle aquellos que vienen de fuera y con los que nos alimentamos. No es una cuestión de proteccionismo, pero es posible que en algunos casos estemos jugando en dos divisiones: la de aquí, de una seguridad alimentaria con un gran control, y una externa que a veces no lo es tanto y tenemos que reforzarla. Hay que seguir avanzando en la trazabilidad. No sólo debemos trazar aquello que se consume y produce en nuestras fronteras, sino también lo que llega desde fuera. En ese campo se va a avanzar, en la línea sanitaria y en la de comercio exterior.
La sensación que ha habido aquí es que ha destacado más la disputa política que la coordinación entre administraciones. Más allá de estas controversias, ¿son necesarios cambios en el reparto de las competencias de control?
Lo relativo a las competencias, en Europa no lo jugamos. No entro ni salgo porque creo que en temas sanitarios debemos dar la imagen de coordinación entre administraciones. Es tremendamente importante. Soy consciente de que hubo cierta disputa política a la hora de la responsabilidad. Está claro que quien tiene que hacer el primer trabajo es la administración autonómica y de ahí reportar rápidamente a la administración del Estado. Pero es algo que tampoco conozco al detalle.
"Nuestro SNS nunca deja a nadie tirado en situaciones de emergencia. Pero un Brexit duro puede suponer un problema para los británicos que vienen a España si allí no se atiende debidamente a nuestros ciudadanos"
También son actuales los cambios sobre la salida del Reino Unido de la Unión Europea. Se habla de consecuencias sanitarias como el desabastecimiento de fármacos. ¿Se está realmente preparado para el Brexit?
El Brexit tiene una parte de imprevisibilidad, porque a día de hoy nadie sabe si va a ser duro, blando, o si habrá prórroga. Puedes prepararte para diferentes escenarios pero es imposible hacerlo a detalle para lo que pude pasar en cada uno de ellos porque el nivel de imprevisibilidad es enorme, no sólo en el campo de la salud sino en todos los que afectan a la vida de las personas. Es poner una nueva frontera donde no la existía.
Nicolás González Casares, eurodiputado del PSOE en la Comisión de Salud Pública (Foto: S&D)
Sí que es cierto que hay una preocupación, pero más que por el desabastecimiento de fármacos dentro de los países de la UE, por el que puede haber en el Reino Unido porque es mayoritariamente un importador de fármacos. Eso significa que, aunque ellos estén abasteciendo, en el momento que se cierre la frontera durante varios días, no hay manera abastecer. Es posible que haya. Y otros países como Irlanda se pueden ver afectados, lo que se está tratando en los planes de contingencia. Y otra cuestión que preocupa es la asistencia sanitaria de los ciudadanos españoles en el Reino Unido. Por eso el Gobierno envió una carta hace unos días de reciprocidad, diciendo un poco que “lo que se le haga a nuestros ciudadanos allí será lo que se haga aquí”, porque nosotros prestamos asistencia sanitaria a miles de británicos residentes en España. Tienen esa advertencia. Nuestro Sistema Nacional de Salud nunca deja a nadie tirado en situaciones de emergencia y no vamos a hacerlo, porque es tremendamente garantista. Otro asunto es la asistencia sanitaria continuada, y un Brexit duro puede suponer un problema para los británicos que vienen a España si allí no se atiende debidamente a nuestros ciudadanos.
"El alza de la fiscalidad del tabaco sí lo está recomendando la Comisión Europea y la Oficina Europea de Lucha Contra el Fraude (OLAF). Pero el nuevo consumidor se mueve por internet. Hay que estar muy atentos a un posible fraude"
Recientemente ha reclamado acciones frente al vapeo y los cigarrillos electrónicos. El Ministerio de Sanidad también quiere actuar contra todas las formas de consumo de tabaco. ¿Preocupa el aumento de la adicción?
Sí que hay una preocupación, primero en el crecimiento exponencial de las personas que vapean y la juventud de las mismas. Eso se está generalizando a nivel europeo con una cierta banalización de algo que es también una adicción. En gran parte, los vapeadores tienen nicotina, que es una sustancia adictiva. Entonces, si a través de la nicotina se consiguen nuevos adictos al vapeo, también es mucho más fácil el acceso al tabaco porque al final la adicción es a esa sustancia. Nos preocupa también que se dé una especie de misión de benignidad del vapeo aquellas personas que están intentando dejar de fumar y que se les diga que eso es mejor y no se expliquen todos los riesgos. Nosotros no queremos alarmar pero sí queremos decir que tiene riesgos. Hay que evaluarlos todos e informar al consumidor. El tabaco y fumar es legal en Europa y mientras lo sea habrá que regularlo. Algo que sí se están planteando seriamente los países es prohibir los sabores, porque es uno de los atractivos para la gente más joven. Por otro lado, exigimos investigación. También hay una directiva de tabaco y seguramente vayamos a nuevos escenarios.
El Comité Nacional de Prevención del Tabaquismo (CNPT) valora positivamente la campaña de Sanidad pero reclama medidas más directas, como el empaquetado genérico, subir la fiscalidad, ampliar los espacios sin humo o cumplir fielmente la actual ley. ¿Ha perdido España el liderazgo en este sentido?
Con esta ley, España marcó un liderazgo a nivel europeo y mundial. Anticuados no somos porque tampoco tiene tantos años. Pero sí que hay un nuevo escenario. El Ministerio de Sanidad seguramente ya está evaluando qué camino seguir. Por el lado de la fiscalidad, es algo que sí que lo está recomendando la Comisión Europea y la Oficina Europea de Lucha Contra el Fraude (OLAF). Pero ojo, a mayor fiscalidad, ese nuevo consumidor hoy en día se mueve por internet. Puede haber un nuevo campo donde la fiscalidad no llegue y habrá que estar muy atentos a un posible fraude.
"Si el movimiento antivacuna no ha llegado a su culmen, tenemos un problema. El escepticismo a la vacunación es el movimiento más anticientífico que he visto en los últimos años"
La OMS y la Comisión Europea impulsaron medidas para aumentar la tasa de vacunación y la confianza sobre ellas. ¿Cree que el movimiento antivacuna ha llegado a su punto más alto o puede seguir haciendo más daño?
Si no ha llegado a su culmen tenemos un problema. Esperemos que así sea, porque el escepticismo a la vacunación es el movimiento más anticientífico que he visto en los últimos años. Si había enfermedades que mataban a miles de personas, como la viruela, y hoy la tenemos erradicada, plantearse que las vacunas pueden crear problemas a nuestros niños es una barbaridad. Tenemos que hacer un esfuerzo desde todas las administraciones dejando a ese movimiento claramente en evidencia. Hay que seguir avanzando en la investigación de las vacunas, no sólo de enfermedades que no las tienen aún sino también mejorando aquellas de las que ya disponemos, evaluando continuamente las tecnologías. Esperemos que se deje de hablar de esto. La vacuna y su efectividad dependen de la gran tasa de vacunación. Se ésta se merma, puedes poner en peligro a terceras personas. Es casi un parasitismo vacunal. En casos de “yo no vacuno a mis hijos pero los llevo a la guardería donde todos están vacunados”. Con lo cual, la inmunidad de mi hijo se aprovecha de las de los otros. Me parece un egoísmo sangrante.
Precisamente la Xunta de Galicia ha impulsado que la vacunación sea un requisito en para la matriculación de niños en escuelas infantiles. ¿Le parece bien esa medida? ¿Debería extenderse al resto de regiones?
En otros países europeos creo que ya lo han puesto, y lo van a hacer otras comunidades autónomas, sobre todo aquellas que cuenten con un mayor movimiento antivacuna. Si el sistema de escuelas infantiles es público, los requisitos de acceso se pueden dirigir a aquellas cuestiones de interés en la salud pública. Esa puede ser una de ellas. No me parece una mala medida.
El eurodiputado del PSOE en la Comisión de Salud Pública, Nicolás González Casares (Foto: S&D)
Con formación y experiencia como enfermero, ¿qué puede hacer desde la Unión Europea para demandar mejores condiciones laborales para la profesión?
Creo que fue lo que dije en el primer pleno, en Estrasburgo. Llamar la atención sobre la situación de muchas enfermeras que son eventuales. La enfermería tiene un problema de eventualidad, pero en el Sistema Nacional de Salud no hay una falta de ellas. Entonces, lo que reclaman es estabilidad. Eso se consigue, fundamentalmente, a través de la creación de plazas y de la Oferta Pública de Empleo porque miles de personas viven en la interinidad con una situación laboral muy precaria, lo que significa un gran estrés. Además, gran parte de la enfermería son mujeres y esta situación está retrasando la posibilidad de muchas de ellas de ser madre. Y tenemos problemas de natalidad y demográficos en este país. No le quitemos a miles de personas la posibilidad de crear una familia. Esto está estudiado: el primer hijo de una enfermera suele venir mucho más tarde que el de alguien que no lo es. Lo que podemos hacer por ellas es llamar la atención, en el ámbito de la salud pero más en lo relativo a lo laboral. Siempre hemos reclamado unos ratios claros porque no los tenemos.
"Ni en el ámbito sanitario, ni en otros, veo ninguna parálisis. Al contrario, veo bastante normalidad. Aunque todos somos conscientes de que necesitamos un Gobierno"
Entrando en el ámbito político, ¿cómo se ve desde la UE la parálisis que se da en España?
Bueno, tenemos un Gobierno en funciones pero no uno que no funciona. No ha parado de trabajar y lo hemos visto este verano. Todos los ministros han trabajado a pleno rendimiento. No he visto a la ministra ni un minuto parada. Ni en el ámbito sanitario, ni en otros, veo ninguna parálisis. Al contrario, veo bastante normalidad. Aunque todos somos conscientes de que necesitamos un Gobierno. El actual, en el aspecto sanitario fue tremendamente bueno. Siempre que hay un Ejecutivo socialista, los tenemos en cuenta sobre todo los aspectos de salud pública. Eso creo que se transmite y se comunica de manera bastante acertada.
¿Qué espera de las elecciones del 10-N? ¿Teme que se haya una oportunidad?
Estamos viendo que la oportunidad la han perdido otros. Este Gobierno y el PSOE lo que hicieron fue actuar con mucha responsabilidad. Hizo unas ofertas, no fueron atendidas y parece que el tiempo le da la razón. Creo que los ciudadanos saben medir, saben evaluar, saben que necesitamos un Gobierno fuerte, reforzado y no me cabe ninguna duda que las urnas el 10 de noviembre van a dar un amplio respaldo al refuerzo de Gobierno que dirige Pedro Sánchez.
"Los eurodiputados españoles no tenemos esa disputa. Hay políticas que nos diferencian, pero hay más colaboración porque tratamos de mantener ese interés país"
Entre los eurodiputados, ¿también se muestra la rivalidad que se da aquí en las Cortes o se lucha más por el bien común?
Los eurodiputados no tenemos esa disputa pero quizás porque no tengamos un escrutinio tan directo de los medios. Sí hay más colaboración porque hay diferentes intereses, uno de ellos es el interés país. En él, lo más habitual es que coincidamos. Hay políticas que nos diferencian, desde la derecha a la izquierda, y vamos a tenerlas. Pero hay otros temas en los que vamos a trabajar de manera común y lo haremos en diferentes comisiones. Tratamos de mantener ese interés país, siempre en el marco de los valores del Partido Socialista, de aquello en lo que creemos: una Europa social, integrada y cohesionada e igual para todos los ciudadanos. Es un lugar bueno para vivir en el mundo y defendemos esos valores. Otros dicen menos Europa. Nosotros, más Europa. Pero no nos peleamos. También porque no coincidimos tanto (risas).
Para finalizar, ¿qué le gustaría conseguir en el aspecto sanitario para esta legislatura?
No es fácil marcar un objetivo claro. Depende mucho de la iniciativa de los comisarios porque toda la legislación emana en gran medida de la Comisión Europea. Pero deberíamos ir a que el Horizonte 2020 refuerce la lucha contra el cáncer, la seguridad alimentaria y también lo relacionado al control ambiental de la contaminación, por ejemplo en las ciudades. Hay que revisar las redes de vigilancia y la directiva de calidad del aire, en cuanto a controles.