El acuerdo firmado ayer entre Sánchez e Iglesias tiene a la sanidad como uno de sus ejes principales de acción política del que será el futuro gobierno de coalición. Si el socialista es investido como presidente del Gobierno se acabaría con el bloqueo político y el Ministerio de Sanidad que actualmente dirige la socialista María Luisa Carcedo dejaría atrás sus 7 meses en funciones y retomaría la normalidad. Asimismo, las Cortes Generales, es decir, el Congreso de los Diputados y el Senado echarían a andar nuevamente con lo que se podría en marcha toda la maquinaria parlamentaria para aprobar iniciativas como la Ley de regularización de la eutanasia.
Esta normativa es uno de los puntos comunes que comparten en su ADN político el PSOE y Unidas Podemos. En el punto 5 del acuerdo se puede leer lo siguiente: "Aprobación de nuevos derechos que profundicen el reconocimiento de la dignidad de las personas como el derecho a una muerte digna, a la eutanasia, la salvaguarda de la diversidad y asegurar España como país de memoria y dignidad". El principio de acuerdo sitúa a la protección de la sanidad pública como una de sus prioridades.
En el preacuerdo, la Sanidad aparece como uno de los ejes principales del gobierno de coalición progresista de Sánchez e Iglesias
En el punto 2, lo dejan claro entre los ejes prioritarios del gobierno de coalición progresista está "proteger los servicios públicos, especialmente la educación – incluyendo el impulso a las escuelas infantiles de cero a tres años-, la sanidad pública y la atención a la dependencia". Además, hablan de controlar la extensión de las casas de apuestas ante el incremento de la adicción al juego entre los más jóvenes.
PROGRAMAS ELECTORALES, PROPUESTAS NEGOCIADAS Y ACUERDOS
Los acuerdos políticos entre PSOE y Podemos del último año muestran como en lo que respecta a la política sanitaria ambas formaciones políticas han evidenciado más puntos en común que desencuentros. Muestra de ello fue la firma conjunta de un acuerdo para los Presupuestos Generales del Estado que finalmente fueron rechazados por la mayoría del Congreso pero incluían varias iniciativas en materia de sanidad.
La medida más destacada fue la decisión de eliminar los copagos farmacéuticos para algunos de los colectivos más vulnerables, como los pensionistas y familias con hijos a cargo con ingresos bajos (en torno a los 6,8 millones de personas). En este punto, la formación morada siempre se ha mostrado más a favor de acabar con los copagos por completo, mientras los socialistas han preferido hacerlo de forma progresiva.
En lo que respecta a la política sanitaria ambas formaciones políticas han evidenciado más puntos en común que desencuentros
Por otra parte, también ha habido una apuesta clara de PSOE y Unidas Podemos por blindar la universalidad de la asistencia sanitaria. A buen seguro, entre las primeras acciones que se presenten en la legislatura que se acaba de inaugurar estará la propuesta de continuar con la tramitación como proyecto de ley del RD de universalidad, aprobado el pasado año por el Gobierno.
Además, en los programas electorales de ambas formaciones se puede ver cómo comparten bastantes medidas de política sanitaria: la salud bucodental o el abordaje de la salud mental, entre los puntos en común.
Asimismo, entre los guiños sanitarios del PSOE a Unidas Podemos están completar la transferencia de la sanidad penitenciaria a las comunidades autónomas; impulsar el retorno de los profesionales sanitarios que han tenido que salir de España o garantizar la transparencia en la fijación de precios en la industria farmacéutica, entre otras medidas.