El uso medicinal del cannabis está a la orden del día y cada vez es más protagonista de la actualidad Española. De hecho, el Grupo Parlamentario Ciudadanos le preguntó hace unos días al Gobierno sobre ese producto y la respuesta de la comitiva de Pedro Sánchez fue clara, la legislación actual “ya permite el uso de cualquier sustancia estupefaciente (no sólo de derivados del cannabis) con finalidad terapéutica”.
Muchos han sido los países que en los últimos meses lo han legalizado, siempre para uso médico. Esto es lo que ha llevado al Observatorio Europeo de Drogas y Toxicomanías (Emcdda) ha publicado esta semana el informe ‘Uso médico de cannabis y cannabinoides: preguntas y respuestas para formulación de políticas’.
En España es legal el uso terapéutico de medicamentos importados que contengan dronabinol, principal constituyente psicoactivo del cannabis
El objetivo de este documento proporcionar una visión objetiva de la evidencia actual, la práctica y la experiencia en este campo y describir el complejo mosaico de enfoques adoptados en los diversos países de la Unión Europea. Los avances en América, que incluyen la legalización de la droga en algunos territorios, han permitido el rápido desarrollo de un mercado comercial de cannabis.
Estados Unidos es uno de los últimos países que ha aprobado el consumo de cannabis en el ámbito sanitario. Países como Australia, Israel o Canadá son otros de los estados que ya forman parte de la lista.
El Ministerio de Sanidad ha dejado claro que el uso terapéutico en España es legal, sin embargo, es un tema que causa muchas dudas. El informe publicado por el Emcdda explica que en España se pueden adquirir sin problemas medicamentos que contengan dronabinol, principal constituyente psicoactivo del cannabis y nabilone, cannabinoide sintético con uso terapéutico, pero siempre y cuando se trate de productos importados.
Tal es la presencia del cannabis entre la sociedad española, que el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) ha incluido un par de preguntas sobre esta sustancia en su último barómetro. A pesar de que la población española está dividida en lo que a su legalización se refiere, el 47% está a favor, la posición es mucho más clara si es para uso medicinal. El 84% apoya esta idea.