La Presidencia Española del Consejo de la UE ha acogido en las últimas horas la Reunión Informal de Ministros europeos de Telecomunicaciones y Asuntos Digitales. Tras el encuentro, los mandatarios de la unión han alcanzado un acuerdo histórico en materia de neurotecnología: la Declaración de León.
¿Por qué era necesaria una regulación en este sentido? Según define la UNESCO, "la neurotecnología hace referencia a los dispositivos y procedimientos utilizados para acceder, controlar, investigar, evaluar, manipular y/o emular la estructura y función de los sistemas neuronales de animales o seres humanos".
Es decir, ofrece grandes oportunidades para el tratamiento de algunas patologías como por ejemplo el alzhéimer. "Destaca como una de las tecnologías más prometedoras de nuestro tiempo por el amplio abanico de oportunidades que ofrece en cuanto a tratamientos nuevos y medicina preventiva para personas que padecen enfermedades mentales y neurológicas", recalca el acuerdo.
La neurotecnología destaca como una de las tecnologías más prometedoras de nuestro tiempo
Algunos ejemplos de la neurotecnología pueden ser ciertas interfaces cerebro-ordenador (BCI), la neurorretroalimentación de bucle cerrado y métodos no invasivos, como la resonancia magnética (RM), la electroencefalografía (EEG) y la estimulación magnética transcraneal (EMT). En la declaración, eso sí, los ministros se han centrado en las técnicas no invasivas. Estas últimas técnicas pueden ser, por ejemplo, dispositivos "ponibles" para conectar nuestros cerebros a ordenadores, y además los consumidores pueden acceder fácilmente a ellos.
El sector privado también está invirtiendo "activamente" en este campo. "En concreto, el mercado de las interfaces cerebro-ordenador (ICO) experimentó un notable aumento el pasado año, y una parte significativa se destinó a las tecnologías no invasivas", se explica.
No obstante, esta tecnología necesita de una regulación que garantice la protección de los usuarios
No obstante, y al igual que ocurre con otras tecnologías emergentes como la inteligencia artificial, estos procedimientos que se están desarrollando cada vez con más rapidez, necesitan de una regulación que garantice la protección de los usuarios. Igualmente, y como se plantea en el acuerdo, "plantea cuestiones cruciales que requieren debate, por ejemplo, en lo referente al respeto de los derechos humanos".
Además, hay que tener en cuenta las implicaciones para la privacidad y la salud (física y mental) de cada usuario, además de las consecuencias más amplias para la salud pública. "Manipular, recopilar, conservar, procesar y almacenar datos cerebrales requiere suma delicadeza".
En la declaración se pone como ejemplo un análisis que se realizó con algunas empresas de neurotecnología del mundo. Todas procesaban los datos cerebrales de los usuarios mediante mecanismos de consentimiento, y todas menos una tenían permiso para compartirlos con terceros. De esta manera pueden producirse "transgresiones" de la intimidad de las personas o "influir en sus pensamientos y comportamientos, de forma intencionada o no". Esto abre la puerta a un nuevo mecanismo de ciberataques y difusión de desinformación.
EL COMPROMISO DE LOS ESTADOS MIEMBRO
Con este contexto, desde la Unión Europea se ha visto la necesidad de implementar acuerdos comunitarios en cuanto a esta tecnología. "El Consejo de Europa ha estado trabajando en la intersección entre neurotecnologías y derechos humanos". Así, el consejo ha tenido la oportunidad de determinar si el marco de derechos humanos existente puede ser apropiado para este uso, "incluso en sus aplicaciones biomédicas". Como resultado, ha propuesto los principios éticos que deben seguirse en el desarrollo y aplicación de la neurotecnología.
Con esta declaración, los estados firmantes se han comprometido a fomentar la cooperación entre los sectores público y privado; alimentar un ecosistema dinámico; considerar medidas de acompañamiento e inversión; facilitar debates especializados de expertos de alto nivel, fomentar el diálogo con la Comisión Europea y entre los Estados miembros; obligar a los líderes en innovación en neurotecnología europeos a tomar conciencia y adherirse a un enfoque centrado en el ser humano; crear un ecosistema fiable, transparente y responsable para que los ciudadanos de la UE utilicen la neurotecnología; y colaborar con los organismos de normalización.