La última actualización realizada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre la situación en Ucrania revela que, desde el inicio de la guerra, se han producido más de 9,2 millones de refugiados y más de 6,3 millones de desplazados internos. Hasta el pasado 13 de julio, 11.544 civiles han sido heridos y 5.024 han fallecidos.
Según el Sistema de Vigilancia de Ataques a la Atención de la Salud de la OMS, se han producido 382 ataques a infraestructuras y servicios sanitarios que han provocado 64 heridos y 82 muertos, entre el 24 de febrero y el 13 de julio de 2022. Estos ataques incluyen aquellos contra instalaciones sanitarias, transporte, profesionales sanitarios, pacientes, suministros y almacenes. “Estos ataques privan a las personas de la atención que necesitan con urgencia y ponen en peligro la prestación de los servicios de la salud”, denuncia el informe de la OMS.
A medida que la guerra y la crisis sanitaria evolucionan, los patrones de desplazamiento y movilidad continúan cambiando. Una fotografía que requiere de una respuesta que aborde las necesidades emergentes y existentes. Según los datos oficiales recopilados por la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), de los más de 9,2 millones de refugiados que han huido del horror de la guerra en Ucrania, el 51% se encuentra en Polonia, el 17% en Rusia, el 10% en Hungría, el 9% en Rumanía, 6% en Eslovaquia y 6% en Moldavia.
Los organismos internacionales alertan de los riesgos y dificultades que los 6,3 millones de ucranianos desplazados (14% de la población total del país) dentro del país tienen que afrontar.
La OMS alerta de que el 23% de los ucranianos no ha podido acceder a los medicamentos que necesitan para el cuidado de su salud debido al conflicto bélico. Esta es solo una de las barreras que ahora mismo están afectando gravemente al acceso a la atención médica. Los problemas de seguridad, la movilidad restringida, los desplazamientos en masa de personas y la ruptura de las cadenas de suministro están limitando el acceso a los medicamentos.
La OMS alerta de que el 23% de los ucranianos no ha podido acceder a los medicamentos que necesitan para el cuidado de su salud debido al conflicto bélico
“A través del compromiso con el Ministerio de Salud de Ucrania, las autoridades sanitarias nacionales, los socios y donantes, la OMS ha podido proporcionar a las poblaciones suministros de equipos y medicamentos vitales. Sin embargo, alcanzar algunas de las áreas más afectadas, donde los sistemas sanitarios se han visto gravemente dañados, continúa siendo un desafío”, expone el informe.
La OMS denuncia que los servicios médicos de emergencia y las unidades de cuidados intensivos se han visto sobrepasadas, en un contexto en el que el acceso a la atención médica esencial es cada vez más limitado y gran parte de los servicios se han visto interrumpidos o colapsados. Entre estos servicios preocupa la prestación de aquellos relacionados con la salud de las embarazadas ya que el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA, por sus siglas en inglés) estima que más de 265.000 mujeres estaban embarazadas en Ucrania en el momento en el que estalló el conflicto.
Las enfermedades no transmisibles son la principal causa de morbilidad y mortalidad en Ucrania. Entre estas destacan las enfermedades cardiovasculares, diabetes, cáncer, enfermedades respiratorias y problemas de salud mental que, en conjunto, representan el 84% de la mortalidad de todas las muertes en el país. Alrededor de 120.000 personas vivían en Ucrania con diabetes tipo 1 antes de iniciarse la guerra.
“Entre los principales desafíos identificados se encuentran las dificultades para controlar la diabetes, la falta del suministro continuo de medicamentos para el tratamiento de las enfermedades crónicas y la falta de compatibilidad de los medicamentos para los retornados a Ucrania debido a las diferencias en la concesión de licencias y registro en la Unión Europea y Ucrania”, recoge el informe.
Ucrania tiene la segunda mayor carga de VIH/sida de Europa con una prevalencia estimada del uno por ciento entre los ucranianos con edades comprendidas entre los 15 y los 49 años. Se calcula que alrededor de 59.000 personas que reciben tratamiento antirretroviral se encuentran en las zonas de conflicto
Desde el inicio de la guerra los brotes de enfermedades infecciosas han sido una de las grandes preocupaciones. El escenario que se observa en muchas regiones de Ucrania supone un alto riesgo de resultados adversos para las personas que viven, por ejemplo, con VIH o tuberculosis. “Se informa de que mientras el 92% de los centros de VIH en todo el país continúan brindando tratamiento, solo el 9% de los centros de tratamiento están operativos”.
Si bien la OMS no ha suspendido el suministro de tratamientos antirretrovirales y contra la tuberculosis a las provincias de Donetsk y Lugansk, “la escalada de hostilidades ha hecho que las entregas supongan un gran desafío”. En este sentido cabe señalar que Ucrania tiene la segunda mayor carga de VIH/sida de Europa con una prevalencia estimada del uno por ciento entre los ucranianos con edades comprendidas entre los 15 y los 49 años. Se calcula que alrededor de 59.000 personas que reciben tratamiento antirretroviral se encuentran en las zonas de conflicto.
En cuanto a la tuberculosis, Ucrania es el quinto país con el número más elevado de casos confirmados de tuberculosis extremadamente resistente a los medicamentos a nivel global. “El conflicto ha debilitado la capacidad de vigilancia de la tuberculosis e interrumpido los tratamientos. Las condiciones de hacinamiento, los desplazamientos de población, los daños en las infraestructuras y factores agravados como la falta de agua potable y sistemas de saneamiento, podrían aumentar el riesgo de enfermedades respiratorias y diarreicas”.
En relación a la Covid-19 entre el 23 de febrero y el 10 de julio, el número total de camas disponibles y camas ocupadas por pacientes con infección por SARS-CoV-2 ha disminuido un 51 y un 96%, respectivamente, reflejando la tarea prácticamente imposible de acceder a los hospitales.
Se suma el hecho de que toda la población afectada por el conflicto bélico se encuentra en riesgo de desarrollar distintos problemas de salud mental. “Existe una necesidad urgente de servicios continuados de apoyo psicosocial y de salud mental. Los trabajadores de la salud se enfrentan al desafío de trabajar por encima de sus capacidades debido a la falta de personal, y están en mayor riesgo de desarrollar angustia psicológica, agotamiento y distintos problemas de salud mental en un contexto de sistemas sanitarios ya sobrecargados debido a la pandemia”, alerta la OMS.