El Ministerio de Sanidad ha sacado a audiencia pública este pasado lunes el borrador del real decreto por el que regulará el cannabis terapéutico en nuestro país. El planteamiento inicial trasladado por el departamento de Mónica García prevé aprobar su dispensación solo para cuatro enfermedades y siempre que no resulten el resto de tratamientos disponibles. En concreto, el documento se refiere a la espasticidad por esclerosis múltiple, las formas graves de epilepsia refractaria, las náuseas y vómitos por quimioterapia y el dolor crónico refractario. Asimismo, la adquisición de estos productos con cannabis será solo a través de farmacias hospitalarias.
De esta manera, España ha iniciado el camino para sumarse a otros países de nuestro entorno europeo que disponen ya de un marco legal sobre cannabis medicinal, como el Reino Unido, Alemania, Italia, Grecia o Portugal.
En el caso del Reino Unido, la legalización del cannabis medicinal llegó en noviembre de 2018. Los británicos optaron por una estrategia más conservadora y estricta que otros estados vecinos, que se basa en un empleo muy específico y restringido. En esta línea, el acceso a estos productos se limita a ciertos pacientes graves, como aquellos que padecen epilepsia refractaria, esclerosis múltiple o náuseas severas causadas por tratamientos de quimioterapia en pacientes con cáncer. La prescripción se circunscribe a los médicos especialistas, que solo la recetarán bajo un riguroso seguimiento y en circunstancias muy concretas. Además, los productos de cannabis medicinal están sujetos a estrictos controles de calidad.
Grecia dispone también de una regulación del cannabis terapéutico desarrollada en los años 2018 y 2021, aunque no ha sido hasta comienzos de este año cuando se ha comenzado a recetar por parte de los doctores
Nuestro país vecino, Portugal, se embarcó en la regulación del cannabis medicinal en 2019. Su primer paso se limitó a un único compuesto disponible en farmacias llamado 'Tilray flor seca'. Este se consume vaporizado y requiere prescripción médica y un seguimiento continuo por parte del profesional sanitario. Sin embargo, este mismo año la autoridad nacional del medicamento (Infarmed) extendió la aprobación de uso a otros cuatro productos a base de cannabis. Pese a todo, todavía resulta poco frecuente que los facultativos portugueses opten por la prescripción de estos tratamientos, dado que suelen priorizar los medicamentos opiáceos en los casos de enfermos con dolor crónico.
A su vez, Grecia dispone también de una regulación del cannabis terapéutico desarrollada en los años 2018 y 2021, aunque no ha sido hasta comienzos de este año cuando se ha comenzado a recetar por parte de los doctores. Los pacientes helenos que se pueden beneficiar de esta posibilidad son aquellos que padecen dolores o enfermedades crónicas, como enfermos de cáncer, epilepsia, sida, esclerosis múltiple o artritis psoriásica, quienes pueden solicitárselo a anestesiólogos, neurólogos, oncólogos y reumatólogos.
El medicamento está disponible en cualquier farmacia griega -siempre con receta- y es costeado íntegramente por el propio paciente. Finalmente, tras seis meses de tratamiento, un especialista médico autorizado reevalúa la situación. Además del tetrahidrocannabinol (THC), en Grecia se encuentran reguladas otras sustancias cannabinoides, como es el caso del cannabidiol (CBD), el cual se puede obtener sin receta.
El país germano permite a las empresas cultivar y comercializar libremente sus cosechas, pero siempre bajo la supervisión del Instituto Federal de Medicamentos y Productos Sanitarios
En Alemania, la regulación del cannabis medicinal llegó por 'imperativo legal'. Durante el año 2000 un grupo de ocho pacientes llevó el asunto hasta el Tribunal Constitucional Federal, donde recibieron una sentencia favorable para poder consumir legalmente cannabis como un calmante ante los estragos de sus respectivas enfermedades. Tiempo después, la jurisprudencia permitió que se despenalizase el uso de cannabis terapéutico en Alemania bajo prescripción médica en marzo de 2017. El facultativo puede recetar estos productos en una receta normal, siempre y cuando su consumo esté justificado y dentro de los pormenores marcados por la ley -composición, nivel de THC, etc-.
Paralelamente, el país germano permite a las empresas cultivar y comercializar libremente sus cosechas, pero siempre bajo la supervisión del Instituto Federal de Medicamentos y Productos Sanitarios, que periódicamente realiza inspecciones para garantizar la seguridad de los productos. Además, el coste para el paciente es reembolsable por parte de la Administración.
Por su parte, Italia enfocó principalmente la legislación sobre el uso terapéutico de cannabis -de 2007- en los casos de pacientes en circunstancias de salud graves. Así, los facultativos están habilitados a prescribir estos productos para sobrellevar episodios como el dolor crónico, la espasticidad en la esclerosis múltiple, el glaucoma resistente a otros tratamientos o las náuseas o vómitos provocados por los tratamientos de quimioterapia. Igualmente, el cannabis medicinal se puede retirar únicamente en las farmacias del país y con la oportuna receta médica.
España cuenta con diferentes modelos que le pueden servir de ejemplo a la hora de impulsar un marco legal para el cannabis con fines terapéuticos
Con todo ello, España cuenta con diferentes modelos que le pueden servir de ejemplo a la hora de impulsar un marco legal para el cannabis con fines terapéuticos. Pues, ahora sí, parece que la disposición del Gobierno es avanzar en este ámbito que pretende ampliar las posibilidades para mitigar el dolor de muchas personas que conviven con enfermedades graves e incapacitantes.