La Comisión Europea (CE) emitió hace unos días un documento en el que aseguraba que Barcelona cumple con todos los criterios necesarios para albergar la Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés European Medicines Agency). El órgano ejecutivo de la Unión Europea (UE) destaca en el informe la disponibilidad inmediata que ofrecen las instalaciones de la Ciudad Condal, desde la que sería su sede, la Torre Glòries, hasta su extensa red hotelera.
Sin embargo, la situación política que está atravesando Cataluña, a raíz de la celebración del referéndum ilegal del 1-O, ha suscitado serias dudas en el entorno sanitario acerca de la viabilidad del proyecto barcelonés. Una solicitud en la que Dolors Montserrat, ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, ha volcado todos sus esfuerzos y de la que ha subrayado que "es el ejemplo que podemos crecer juntos".
Ante esta problemática, están surgiendo paulatinamente voces del ámbito político y sanitario que lamentan la decisión de la titular de salud pública y, por ende, del Ejecutivo de Mariano Rajoy. Y es que, durante el proceso de elección de la nueva sede de la EMA, fueron muchos los proyectos de ciudades españolas que se quedaron en el camino.
Alicante, Málaga, Granada o Alcalá de Henares mostraron su intención de acoger la nueva sede de la EMA y representar a España en el proceso de elección a nivel europeo
Uno de los primeros municipios en pronunciarse fue Alicante. El alcalde de la ciudad, Gabriel Echávarri, solicitó al Gobierno de España que su localidad fuese la abanderada de nuestro país. Fuentes municipales señalaron que la idea era situar la sede permanente en los terrenos de la tercera amplicación de la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea (Euipo) o incluso en los de una futura cuarta fase. Así, el edil destacaba que una de las ventajas de la localidad valenciana era el hecho de que se podría utilizar infraestructuras ya existentes, como el servicio administrativo o el informático.
En este contexto, la ciudad de Alcalá de Henares (Madrid) aprobó, en un pleno del ayuntamiento y por unanimidad, la propuesta del Partido Popular para pedir a la Unión Europea que la sede de la EMA se traslade de Londres a esta localidad madrileña. Tanto el Gobierno de España como la Comunidad de Madrid dieron el visto bueno inicial a la propuesta, aunque finalmente no prosperó.
El alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, también se posicionó al respecto, asegurando que la situación de Cataluña podía ser "una oportunidad" para llevar la sede de esta agencia europea a la ciudad andaluza. De la Torre anunció que “no dejaría de moverse hasta el último minuto”, dejando entrever que intentaría formalizar la candidatura malagueña.
Así mismo, el alcalde de Granada, Francisco Cuenca, defiende que situar la sede en su localidad aportaría cerca de 900 empleos directos y el aumento de visitas de los expertos en farmacia. "Lo que vamos a plantear al resto de grupos políticos es si Granada ahora se dirige al Gobierno de España para ver si podemos seguir siendo uno de los espacios posibles para la localización de la Agencia Europea del Medicamento", subrayó el político socialista.
Los últimos en sumarse a las reivindicaciones han sido los médicos interinos gallegos. La Asociación de Médicos Interinos de Galicia (Asmig) emitió hace unas semanas un comunicado en el que indicaban que era "el momento de que otras ciudades españolas tomen el relevo de Barcelona y vuelvan a entrar en el bombo". "Ahora llega el momento de las lamentaciones, a no ser que se actúe con rapidez y se proceda a promover la candidatura de Santiago, Coruña o Vigo", sentenciaban en la nota.