El Consejo Económico y Social de España (CES) ha presentado su informe sobre el estado actual del Sistema Nacional de Salud, haciendo especial hincapié en la "preocupante" situación de la salud mental en nuestros días, que se suma a "la insuficiencia de los dispositivos públicos existentes para su correcta atención".
No en vano, y como se explica en este detallado informe, la salud mental es uno de los aspectos clave del bienestar personal. A pesar de ello, su abordaje ha sido algo más limitado dado el estigma histórico que se cernía sobre este tipo de enfermedades. "Ello ha repercutido desfavorablemente en su visibilidad, en la capacidad diagnóstica, en el acceso a los tratamientos necesarios y por tanto en la calidad de vida de quienes, necesitándolos, no se han beneficiado de ellos", se lamenta.
No obstante, más recientemente se ha dado mayor visibilidad a esta problemática, y se ha hecho hincapié en la importancia que tienen los determinantes sociales en la misma, siendo ahora una de las líneas de acción de muchos sistemas sanitarios. En cualquier caso, estamos viviendo un crecimiento (o al menos una mayor visibilidad) de los problemas de salud mental, especialmente tras la pandemia.
El estigma ha repercutido desfavorablemente en su abordaje
Esta misma semana una joven se precipitaba desde el edificio de su facultad para quitarse la vida, en uno de los muchos casos de suicidios en jóvenes que se están produciendo actualmente. Además, según apunta el CES, el Observatorio del suicidio en España apunta a un aumento notable de los casos de suicidio, con cifras de hasta 11,2 personas al día y un aumento del 2,3% en el año 2022. En estos casos se trata en su mayoría, concretamente en el 74% de los casos, de hombres.
Es más, uno de los informes más recientes del SNS sobre salud mental en el año 2022 evidenciaba que en España casi 4 de cada 10 personas padece algún trastorno de salud mental, es decir, un 37% de la población. Pero si observamos los datos concretos de las personas mayores de 75 años el porcentaje aumenta hasta el 75%. Además, las mujeres ser ven especialmente afectadas por los casos de depresión y ansiedad.
Ansiedad, depresión, estrés, conductas autolíticas, adicciones comportamentales... son algunos de los ejemplos más comunes en nuestra sociedad. Poniendo en el punto de mira el abordaje de estos casos, desde el CES se hace una diferenciación entre los dos principales niveles asistenciales: la Atención Primaria y la Atención Especializada. En este sentido, nuestro sistema "concede cada vez más importancia a la intervención preventiva desde el ámbito de la salud pública, el papel de la atención primaria y el uso racional del medicamento, así como la coordinación sociosanitaria".
Nuestro sistema "concede cada vez más importancia a la intervención preventiva"
Dentro de la Atención Primaria encontramos principalmente actividades de prevención y promoción, o consejo y apoyo para el mantenimiento de la salud mental. Por ejemplo, en este nivel se producen los diagnósticos de ansiedad, depresión, conductas adictivas, o trastornos del comportamiento. Si es necesario, desde este nivel se derivan los casos a los servicios especializados. En el caso de la Atención Especializada, se abordan los casos más complejos o graves, que requieren psicofármacos o la hospitalización.
Ahora bien, ¿cuáles serían las principales debilidades del abordaje de la salud mental en España? Según el CES, sería necesario un aumento de los recursos en ambos niveles asistenciales. A pesar de la importancia de los datos epidemiológicos, y sus implicaciones en los ámbitos del bienestar y la economía, "la salud mental recaba una porción reducida de los recursos del sistema en términos de personal especializado". Concretamente, tenemos 10 psiquiatras por cada 100.000 habitantes, una tasa inferior a la media de UE. Teniendo en cuenta que se ha pasado de 14.000 consultas realizadas en 2010 a las 26.000 en 2021, la "insuficiencia de recursos" es evidente.
"La salud mental recaba una porción reducida de los recursos del sistema"
Esto "ha propiciado el auge del sector privado en este área asistencial, de modo que ocho de cada diez consultas en psiquiatría se realizan en ese sector mientras que el sistema público responde solo de dos de cada diez". Por ello, se recomienda una mejor utilización de la Estrategia de Salud Mental del SNS, haciendo hincapié en mejorar la autonomía y los derechos de los pacientes con una atención centrada en la persona, y la promoción de la salud mental unida a una mejor prevención y detección precoz, especialmente en los casos de suicidios.
También se proponen modelos de atención en el ámbito comunitario, una mayor coordinación entre niveles y aumentar la participación de la propia ciudadanía. De cara a los profesionales, además de aumentar su número, se propone mejorar la formación en los ámbitos de salud mental y dar un empujón a la investigación, innovación y conocimiento.