La Comisión Europea, liderada por Ursula von der Leyen, ha presentado este miércoles su programa de trabajo para el año 2020, plan que recoge la puesta en marcha de 43 nuevos planes políticos. De ellos, dos están relacionados directamente con el ámbito sanitario, los cuáles han sido defendidos desde el primer momento por la nueva administración.
Dentro de su objetivo de “promover nuestra europea forma de vida” y con el fin de proteger la salud, el equipo de Von der Leyen se ha propuesto presentar en el tercer trimestre de 2020 tanto el Plan Europeo de lucha contra el Cáncer como la Estrategia Farmacéutica para Europa. Ambas son iniciativas no legislativas.
La Comisión quiere apoyar a los Estados miembros a mejorar la atención del cáncer y garantizar también la calidad y la seguridad de los medicamentos
Con la primera de estas acciones, la Comisión Europea quiere “apoyar a los Estados miembros en sus esfuerzos por mejorar la prevención y atención del cáncer”. Hace unas semanas, avanzaron que comenzaría su debate con distintos actores políticos y sociales desde el 4 de febrero, coincidiendo con el Día Mundial del Cáncer. Además, el plan contendrá propuestas para cada etapa clave de la enfermedad.
Con respecto a la segunda de las propuestas, la administración de Von der Leyen buscará “continuar garantizando la calidad y la seguridad de los medicamentos y consolidando la competitividad global del sector”. Consideran, en este sentido, que “Europa también debe asegurarse que todos los pacientes puedan beneficiarse de la innovación al tiempo que resisten la presión de aumentar los costes de los medicamentos”.
PREOCUPADOS POR LA BAJA NATALIDAD
Junto a estas acciones, la Comisión Europea se ha mostrado preocupada por varias cuestiones que están “en el horizonte” y para las que ha prometido que implementarán “políticas que ayuden a Europa a adelantarse”.
"Debemos prepararnos para el impacto que tendrá una mayor esperanza de vida y el crecimiento de la población mundial"
En el documento presentado, subrayan por una parte que “debemos prepararnos para el impacto que tendrá una mayor esperanza de vida y el crecimiento de la población mundial en la disponibilidad de recursos naturales o en los flujos migratorios, las pensiones y la atención médica”. Además, proponen “centrarnos en el declive demográfico que afecta a gran parte de la UE, incluida la despoblación rural”.