Violencia, ataques, muertes, pérdidas… el contexto en una situación de conflicto es devastador para cualquier ser humano y vivir un horror así desde dentro tiene graves consecuencias. Las vidas de las personas que se encuentran en el epicentro del desastre corren peligro, y para ayudarlas aparece la encomiable figura de los profesionales sanitarios. “En las circunstancias actuales la capacidad de actuación es nula”, lamenta Felipe Noya, facultativo de Médicos del Mundo en las comisiones médicas de Gaza.
La atención sanitaria dentro de un conflicto es una tarea descomunal, pues no sólo corre peligro la vida de quienes reciben atención médica, sino también de quienes la brindan. No en vano, en las últimas horas, un ataque a un hospital gazatí, ha dejado más de medio millar de muertos. La entidad Médicos del Mundo ha calificado estos ataques de “inaceptables”. Esta situación, unida al bloqueo que se está produciendo, deja un escenario en el que “no se puede hacer nada”. Noya comenta que, llegados a esta fase, desde la organización se está tratando de “hacer acopio de materiales médicos para que, cuando se abran los corredores humanitarios, puedan llegar a quienes los necesitan”.
Por el momento nadie puede entrar ni salir de la zona, lo que nos deja “secuestradas a dos millones y medio de personas que no pueden recibir atención sanitaria”. Dado que la organización cuenta con agentes locales, pese a que los facultativos de otros países por el momento no pueden atravesar la franja, una decena de médicos de la entidad, muchos de ellos gazatíes, sí que se encuentra en esta zona en concreto. Los efectivos locales ayudan a mejorar la asistencia, ya que conocen tanto el contexto como el idioma, lo que mejora la calidad de la atención.
“En las circunstancias actuales la capacidad de actuación es nula”
En cuanto al tipo de asistencia que se ofrece en un contexto como este, el facultativo explica que “en los hospitales en este momento la situación es de guerra, están siendo bombardeados y ya son miles de muertos”. Esto se une a que los pacientes que dependen de medicación hospitalaria más compleja no pueden recibirla, ya que ésta “se está empezando a agotar”. Más allá de la evidente atención de emergencia derivada de las bombas y los ataques, no debemos olvidar la situación de los pacientes crónicos. Al igual que en el resto de países del mundo, existen pacientes que necesitan, por ejemplo, diálisis o quimioterapia. Dado que los hospitales no cuentan con posibles para ofrecer estos suministros, “casi todos estos pacientes ya han muerto”, lamenta el médico. “Las últimas noticias que hemos recibido nos dicen que los pacientes oncológicos en tres o cuatro días se van a quedar sin medicación”.
Por otro lado, como ya se ha hecho referencia, están los pacientes heridos, “son unas 30.000 personas”. No obstante, las UCI “están ya a tope”, es decir, que llegados a este punto “solamente están entrando en la UCI los pacientes que tienen más posibilidades de sobrevivir, porque no hay sitio”. Además, suministros como por ejemplo las anestesias, tampoco están llegando. La situación en una crisis humanitaria como esta, sin duda, es crítica y para muchas personas “cualquier posibilidad de solución ya llega tarde”.
Felipe Noya también elogia la profesionalidad de los facultativos del propio sistema sanitario local. Lamentablemente, “son profesionales que están entrenados para este tipo de circunstancias porque no es nuevo para ellos”. Lo que sucede, añade, “es que todo tiene un límite y las posibilidades en este momento son enormemente limitadas, y empeoran a medida que pasan los días”. Estos profesionales locales, que viven y han nacido en el mismo lugar en el que se está produciendo la situación, “más allá de su actividad profesional, están pensando en la vida de sus parientes”. La actividad sanitaria en sí es peligrosa. Pese a que no se conoce el número exacto de sanitarios que han muerto, lo cierto es que ya han fallecido muchos de ellos.
El sistema de defensa habitual de los niños es el bloqueo absoluto de la realidad
Los heridos, los pacientes crónicos y los propios sanitarios son víctimas de la situación, pero existen otros grandes damnificados: los niños. Alrededor del 40% de los habitantes en esta zona es menor de 15 años. “La fase de atención psicológica en la que estamos estos días es de respuesta al estrés”, explica. “El sistema de defensa habitual de los niños es el bloqueo absoluto de la realidad. Los niños están bloqueados, sobre todo aquellos a los que se les ha caído la casa o los que han perdido su estructura familiar porque se les han muerto sus padres”. El trabajo posterior de los psicólogos será vital.
La atención psicológica es importante también para los propios sanitarios que se encuentran diariamente cara a cara con la tragedia. No obstante, “durante la crisis no es posible”, aunque posteriormente sí existen programas del “cuidado de cuidadores”. Cada vez se tiene más en cuenta este aspecto y se va dando mayor importancia a este cuidado. Los hospitales reciben impactos directos, por lo que se encuentran en alerta las 24 horas del día. En estos momentos el mayor reclamo de la entidad es la apertura de corredores humanitarios. “Nosotros sólo podremos aportar nuestra ayuda si se abren los corredores”. En todo caso, “para muchas personas llegaremos tarde” y, de no abrirse, “asistiremos en directo a la muerte de miles de personas”.
Noya comenta que la organización internacional Médicos del Mundo tiene ya una larga experiencia en el lugar. “Llevamos trabajando en Palestina desde hace más de 20 años, casi desde el inicio de la propia organización tenemos proyectos allí”. Desde la entidad el trabajo se basa en el “refuerzo de las capacidades de respuesta a emergencias”. Concretamente, tienen toda una línea de trabajo en traumatología, atención psicosocial relacionada con contextos de violencia, cirugía ortopédica infantil, capacitación de los médicos locales… etc. En esta línea “intentamos minimizar el impacto del bloqueo”. De esta manera, desde la organización sanitaria se seguirá intentando prestar la atención médica a las personas que más lo necesitan.