Desde el pasado 22 de mayo y hasta este martes, se ha celebrado en Suiza la 76.ª Asamblea Mundial de la Salud. Este órgano de la Organización Mundial de la Salud (OMS) se reúne cada año con la asistencia de las delegaciones de los Estados Miembros. En estos encuentros, los países determinan cuáles van a ser las políticas en materia sanitaria y adoptan el presupuesto propuesto. El propio ministro de Sanidad español, José Miñones, acudía estos días a Ginebra para participar en el encuentro.
Uno de los asuntos aprobados de mayor importancia ha sido el presupuesto acordado para cumplir el programa de trabajo propuesto para los próximos dos años (2024-2025). El montante asciende a los 6.850 millones de dólares, "el más ambicioso hasta la fecha". En esta línea, el director general de la OMS, Tedros Adhanom, celebraba este martes el aumento del 20% de las contribuciones.
Asimismo, los delegados debatieron acerca de uno de los programas para el que se ha destinado buena parte de los presupuestos: el programa de emergencias sanitarias. Los países valoraron positivamente el "fortalecimiento de la preparación y respuesta ante emergencias", aunque se destacó también la necesidad de aumentar los fondos en este sentido. Se aprobó también el proyecto de acogida y recepción de refugiados ucranianos y se ha extendido el Plan de acción mundial de la OMS sobre la promoción de la salud de los refugiados y los migrantes hasta 2030.
Por otro lado, se debatieron las prioridades del personal sanitario mundial. En este sentido, el director general de la OMS recordó a los delegados que todo lo discutido durante esta asamblea "depende de los trabajadores de la salud". Por ello, se determinaron una serie de recomendaciones como proteger al personal con medidas de salud y seguridad en el trabajo, dotación de recursos humanos y remuneración justa; proteger el espacio fiscal para el gasto social; mayor educación para los profesionales; invertir en la creación de empleo en la economía de la salud y en la reducción de las desigualdades de género entre el personal sanitario y asistencial, incluida la brecha salarial de género; y, finalmente, fortalecer la implementación por parte de los Estados Miembros del Código de prácticas mundial de la OMS sobre la contratación internacional de personal de salud.
El presupuesto acordado para cumplir el programa de trabajo los próximos dos años asciende a los 6.850 millones de dólares
Otro de los encuentros tuvo como protagonista la crisis de salud relacionada con el clima. Alemania se comprometió a invertir una financiación adicional de 2.000 millones de euros para el Fondo Verde para el Clima para "apoyar los esfuerzos de los países de ingresos bajos y medianos". La OMS destacó que ya se encuentra analizando si los mecanismos financieros existentes se pueden adaptar para enfrentar este desafío o si se necesitan nuevos instrumentos.
La Estrategia Global para la Salud de la Mujer, el Niño y el Adolescente también fue uno de los temas protagonista de las jornadas. "Los niveles de violencia contra las mujeres y las niñas siguen siendo alarmantemente altos, mientras que los problemas de salud mentalrepresentan una amenaza creciente para la salud de los adolescentes", de determinó. Para mejorar esta situación, los miembros subrayaron la importancia de un enfoque integrado del ciclo de vida, incluido el acceso a los servicios de salud sexual y reproductiva, así como mayores esfuerzos e inversiones para acelerar el progreso en los países más pobres.
Los estados acordaron también una resolución que apoya los preparativos para la Reunión de Alto Nivel de las Naciones Unidas (HLM) sobre Cobertura Universal de Salud (UHC) en septiembre de 2023. Además, expresaron su firme compromiso de reorientar sus sistemas de salud sobre la base de la atención primaria de salud "para lograr la salud para todos y llegar primero a los más alejados", se destacó.
Los niveles de violencia contra las mujeres y las niñas siguen siendo alarmantemente altos, mientras que los problemas de salud mental representan una amenaza creciente para los adolescentes
La OMS también pidió esfuerzos para fortalecer los servicios de emergencia, cuidados críticos y operativos. Igualmente, se aprobaron las recomendaciones de la OMS para ayudar a prevenir y controlar las enfermedades no transmisibles (ENT). Entre ellas destacan las intervenciones de prevención, como el apoyo para ayudar a las personas a dejar de fumar, la promoción y el apoyo a la lactancia materna y las políticas para proteger a los niños de la publicidad nociva de alimentos; el tratamiento del asma y las enfermedades pulmonares obstructivas crónicas; y el diagnóstico temprano y el tratamiento de cánceres. También integran la detección temprana y el tratamiento del cáncer para las personas que viven con el VIH.
Por otro lado, la asamblea también acordó extender la estrategia de medicina tradicional de la OMS hasta 2025, con la que se investiga y se integra este tipo de medicina en los distintos países. También aprobaron una resolución que reconoce el papel fundamental del oxígeno médico para el tratamiento de la hipoxemia, incluyendo el oxígeno en la Lista Modelo de Medicamentos Esenciales (EML) de la OMS. Asimismo, se puso el foco en la erradicación de la poliomielitis y la necesidad de fortalecer los programas de inmunización en los más pequeños. "Con 67 millones de niños a los que les falta al menos una vacuna esencial", lamentaron, "es una cuestión de urgencia".
Asimismo, la Asamblea Mundial de la Salud acordó una resolución histórica sobre el fortalecimiento de la rehabilitación en los sistemas de salud, y una resolución para fortalecer la capacidad de diagnóstico. Finalmente, se aprobaron también el desarrollo de un plan de acción mundial para la salud de los pueblos indígenas, una resolución para abordar los productos químicos, los desechos y la contaminación, y la realización de una revisión para contrarrestar los medicamentos deficientes y falsificados.
PRIMERA ESTRATEGIA MUNDIAL SOBRE PREVENCIÓN Y CONTROL DE INFECCIONES
Los estados también han acordado la primera estrategia mundial sobre prevención y control de infecciones (PCI), que "brinda a los Estados miembros direcciones estratégicas para reducir sustancialmente el riesgo continuo de infecciones asociadas a la atención de la salud (HAI), incluidas aquellas que presentan resistencia a los antimicrobianos", se ha explicado.
El acuerdo tiene como objetivo que, para 2030, las personas estén a salvo de las infecciones asociadas a la atención médica. Sus tres objetivos clave son prevenir la infección en la atención de la salud, actuar para asegurar que los programas de PCI estén establecidos e implementados, y coordinar las actividades de PCI con otras áreas y sectores.