El 21 de febrero de 2022 el Kremlin reconocía como repúblicas independientes las regiones ucranianas separatistas de Donetsk y Lugansk (en 2014 Rusia se anexionó Crimea, aunque la península sigue siendo reconocida como parte de Ucrania por la mayoría de países). Un paso que no tardó en ser condenado por Ucrania, la OTAN y los países occidentales, pero que posteriormente posibilito al presidente ruso Vladimir Putin movilizar sus tropas. Tres días después, el 24 de febrero, Putin comunicaba a través de un discurso televisado la orden de iniciar una “operación militar especial” en la región ucraniana del Donbás bajo la excusa de la “desmilitarización” y “desnazificación” de Ucrania, aunque los intereses de Putin se focalizaban en evitar el ingreso de Ucrania en la OTAN y mantener al país dentro de su órbita de influencia. 365 días después, la guerra no tiene visos de finalizar.
De acuerdo con los últimos datos hechos públicos por la Agencia de la ONU para los Refugiados (UNHCR ACNUR) la guerra en Ucrania ha provocado casi ocho millones de refugiados en Europa y más de cinco millones de desplazados internos. Según las cifras del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, hasta el 7 de febrero, se han producido más de 18,3 millones de movimientos fronterizos entre Ucrania y los países vecinos: alrededor de 9,6 millones lo han hecho hacia Polonia y más de 2,2 millones hacia Hungría.
En estos 12 meses 17,6 millones de personas se han visto afectadas por el conflicto bélico, más de 11.750 personas han sido heridas y las cifras oficiales han contabilizado 7.199 fallecidos hasta el pasado 15 de febrero. Se sabe que estas cifras son en realidad mucho mayores.
“Las consecuencias para la salud de la guerra en Ucrania han sido devastadoras”, ha lamentado en las últimas el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus. Así lo confirma el registro de ataques al sistema de salud ucraniano de la OMS. Este revela que desde el inicio de la guerra se han producido 802 ataques al sistema sanitario ucraniano de los que 713 han afectado directamente a infraestructuras como hospitales o centros médicos. Un total de 99 ataques se han dirigido contra transportes sanitarios, 202 contra centros de suministros médicos y 14 contra almacenes. La OMS ha contabilizado de forma oficial 135 heridos en estos ataques (65 profesionales de la salud y 26 pacientes) y 101 fallecidos.
En cuanto a la situación de las enfermedades transmisibles, hasta el 9 de febrero, el número promedio de nuevos casos de Covid-19 fue de 755, lo que supone un aumento desde los 350 de media diarios de la semana anterior. Una situación que puede explicarse por el incremento en el número de pruebas diagnósticas realizadas.
Uno de cada 10 ucranianos tiene dificultades para acceder a medicamentos por razones como los daños sufridos en multitud de farmacias o destruidas y la falta de suministros
Entre el 27 de enero y el 2 de febrero se han detectado dos focos de rabia en animales con 11 casos de contacto sospechosos en seres humanos. El número de casos de infección intestinal ha disminuido un 11% respecto a la semana anterior. Se han registrado seis casos nuevos de hepatitis viral. En la semana 5 de 2023 se han registrado más de 3.100 casos de infección respiratoria aguda en Chernivtsi, de los que el 52,5% se han diagnosticado en niños. El informe de la OMS recoge además la detección de 270 casos de infección por el virus de la influenza A, cuatro casos del tipo B, 15 casos de infecciones por adenovirus, 31 casos de infecciones por virus respiratorio sincitial y, en términos de vacunación, en 2022 se consiguieron inocular el 86% de las vacunas planificadas. Desde la semana 6 de 2023.
La OMS advierte que la guerra está exacerbando importantes necesidades sanitarias como la salud mental y el apoyo psicosocial, rehabilitación, tratamiento de enfermedades crónicas y otras como el cáncer, el VIH o la tuberculosis. La vacunación contra el sarampión, la poliomielitis, la neumonía y la Covid-19 también se están viendo afectadas. “Estas carencias son un riesgo para la salud de hoy y del futuro”, ha aseverado el director general de la OMS.
“La OMS ha entregado a Ucrania casi 3.000 toneladas de suministros médicos que salvan vidas, incluidas ambulancias, generadores, medicamentos ara enfermedades crónicas y suministros de emergencia para traumatología y cirugía, desde el inicio del conflicto”, ha informado.
Con motivo de este triste aniversario el director regional de la OMS para Europa, el doctor Hans Henri P. Kluge, ha informado de que se estima que casi 10 millones de personas pueden estar sufriendo en la actualidad un problema de salud mental, de los que alrededor de cuatro millones pueden tener condiciones moderadas y/o graves.
Los últimos datos de los que dispone la OMS revelan que uno de cada 10 ucranianos tiene dificultades para acceder a medicamentos por razones como los daños sufridos en multitud de farmacias o destruidas y la falta de suministros. Además, casi un tercio de las personas participantes en la encuesta de la OMS afirma que ya no puede pagar los medicamentos que necesitan.
“La guerra hace que todos sean vulnerables. Es por eso que estamos coordinando a casi 200 socios para brindar diversos servicios de salud en todo el país. El año pasado llegamos a 8,5 personas y el objetivo es que este año ese apoyo se extienda a 13,6 millones. Por eso hemos aumentado nuestro llamamiento para el 2023 pidiendo 240 millones de dólares: 160 millones para Ucrania y 80 millones para los países que reciben refugiados”, ha expuesto el doctor Ryan.