El Consejo de Ministros ha aprobado este martes el inicio del procedimiento para fijar la sede física de la futura Agencia Española de Supervisión de la Inteligencia Artificial (AESIA). Se trata de un organismo que cumplirá con la demanda de la Unión Europea de que los Estados miembros cuenten con una entidad que supervise en esta materia y que beneficiará a distintos campos. Entre ellos, el de la salud.
A través de un comunicado, el Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital ha informado que la AESIA tendrá como principal misión “minimizarlosriesgos” que puede traer la Inteligencia Artificial (IA) “en campos como la seguridad, la intimidad y la salud de las personas, así como sobre los demás derechos fundamentales”.
El Gobierno valora el potencial del uso de la IA para "modernizar la atención médica" pero apunta a asegurar "un uso ético y humanista" de esta tecnología
A diferencia de lo que el Gobierno quiere hacer con la Agencia Estatal de Salud Pública (AESAP), que inicialmente ha impulsado su creación para posteriormente elegir la sede en la que se ubicará, con la AESIA han considerado necesario “la determinación de la sede física con carácter previo a su creación y a su puesta en marcha, con el objeto de crear un ecosistema y un polo de innovación y atracción de talento especializado”.
Según ha concretado el departamento que lidera Nadia Calviño, la creación de la Agencia Española de Supervisión de la Inteligencia Artificial (AESIA) cuenta con una partida de 5 millones de euros en los Presupuestos Generales del Estado (PGE) de 2022. Además, su puesta en marcha está recogida en la Agenda España Digital 2026 y en la Estrategia Nacional de Inteligencia Artificial.
MODERNIZAR LA SANIDAD DESDE LA ÉTICA
La apuesta del Gobierno por exprimir las potencialidades de la IA queda manifiesta en la Agenda España Digital 2026. En ella se apunta al uso de herramienta tecnológica para “transformas la economía y la sociedad, gracias a su capacidad de mejora de las predicciones, agilización de las operaciones y personalización de los servicios”. Por ejemplo, indican que puede servir para “modernizar la atención médica”.
No obstante, también exponen que las mismas técnicas pueden suponer “un gran riesgo para personas concretas o para la sociedad en su conjunto”. Por ello, se comprometen a “establecer las condiciones idóneas para la promoción y despliegue de la IA, así como garantizar un marco normativo de gobernanza, asegurando un uso ético y humanista de esta tecnología”. La revisión de estas cuestiones será tarea de la AESIA.
ACCIONES EN EL CAMPO DE LA IA
Al margen de la creación de la AESIA, el Gobierno está impulsando otras acciones dirigidas a impulsar la aplicación de la IA en el sector de la sanidad pública. Así queda recogido en la Estrategia Nacional de Inteligencia Artificial, donde subrayan como el campo de la sanidad y de la salud es el cuarto (11,4%) con “un mayorimpacto esperado de la IA” tanto a corto como a medio plazo.
El Ejecutivo afirma que el uso de la IA "permitirá el impulso de proyectos estratégicos como la simplificación de algoritmos en asistencia sanitaria o el triaje de pacientes"
Desde el Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital ponen en valor que la puesta en marcha de la IA en el campo de la investigación en salud “permitirá el impulso de proyectos estratégicos como la simplificación de algoritmos en asistencia sanitaria, como por ejemplo el triaje de pacientes, que por sí mismo puede suponer una reforma y aumento de la eficiencia en los sistemas de salud”.
Por otro lado, desde el departamento que dirige Nadia Calviño han anunciado la próxima creación de un centro de investigación multidisciplinar “que integre la inteligencia artificial junto con otras ciencias, con especial foco en las neurotecnologías”. Según avanzan, esperan que dicho centro albergue a “un total de 250 investigadores”.
Finalmente, el Ejecutivo ha ensalzado el papel que puede jugar la IA como respuesta a la pandemia del Covid-19. Por ejemplo, han citado los avances que esta técnica ha impulsado “de forma decisiva” en cuestiones como la investigación biomédica y clínica para el desarrollo y la aprobación de vacunas o fármacos y para conocer la biología del virus y de la respuesta inmune que genera. Mientras, exponen que ha tenido “menos impacto” en la gestión de los pacientes o en la gestión epidemiológica.