El pasado 12 de diciembre la Comisión Europea adoptó la renovación por cinco años del glifosato tras llegar a la conclusión, como explicó en un comunicado, de que no existe ningún vínculo entre la sustancia y el cáncer en los humanos. Sin embargo, expertos consultados por ConSalud.es consideran que hubiera sido deseable haber aplicado el principio de precaución debido a la cantidad de organizaciones ciudadanas y científicas que reclaman la no aprobación.
El affaire del glifosato ha puesto a prueba el funcionamiento de las instituciones europeas. Se trata de una sustancia controvertida como demuestra el hecho de que en 2011 la Agencia Internacional de Investigación sobre Cáncer de la Organización Mundial de la Salud (OMS) declarara que el glifosato era un probable carcinógeno en humanos.
"Preferiríamos una actitud más decidida y constructiva como ha hecho el Gobierno de Francia exigiendo una mejora de la reglamentación de los procedimientos de aprobación"
Por su parte, la actitud del Gobierno español en este asunto y su gestión por las autoridades europeas ha sido criticada por los especialistas. El director del Departamento de Salud Pública de la Facultad de Medicina de la Universidad Miguel Hernández y expresidente de la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (Sespas), Ildefonso Hernández explica a este diario que se caracteriza por “la escasa información aportada sobre los fundamentos de su oposición”.
En cualquier caso, afirma este experto, “nos gustaría un mayor liderazgo y protagonismo de las autoridades estatales de salud. Preferiríamos una actitud más decidida y constructiva como ha hecho el Gobierno de Francia exigiendo una mejora de la reglamentación de los procedimientos de aprobación o retirada de pesticidas”.
Hernández lamenta que con la decisión europea se ha haya hecho caso a “muchos estudios no independientes, estudios financiados por las industrias e informes producidos por grupos de expertos o entidades financiadas por actores interesados”. Por otro lado, este experto destaca que hay un problema de base en el origen del conocimiento que usan tanto la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) como la Agencia Europea de Sustancias y Mezclas Químicas (ECHA). A su juicio suelen despreciar los estudios epidemiológicos en beneficio de los toxicológicos.
“Debería emplear todas las aproximaciones disponibles. Desde luego, lo que es exigible a la Unión Europea al menos es que sólo haga uso de estudios publicados en revistas científicas que permiten la evaluación externa y el escrutinio de otros científicos y deseche estudios internos secretos de las industrias que usan la confidencialidad de forma dudosa”, concluye Ildefonso Hernández.