Era uno de los objetivos del Ministerio de Sanidad para este año: conseguir la interoperabilidad de la receta electrónica en todas las autonomías antes de 2018. Así lo ha anunciado en varias ocasiones el secretario general de Sanidad, José Javier Castrodeza. Sin embargo, esta previsión se les ha vuelto en contra ya que no será así. A falta de escasos días para que acabe el año, aún faltan seis regiones por implantarla.
Precisamente en esta semana, ha habido dos comunidades autónomas que han anunciado su incorporación al proyecto de interoperabilidad de Sanidad: Asturias y Cantabria. De esta manera, ciudadanos asturianos y murcianos podrán recoger su medicación en las farmacias de otras comunidades en las que también se ha implantado con sólo tener su receta electrónica activa y presentando la tarjeta sanitaria.
La próxima CC.AA. en implantar la interoperabilidad será Cantabria, que ha anunciado que será en enero después de recibir el correspondiente certificado del Ministerio de Sanidad
Tras estas nuevas incorporaciones, son ya once las autonomías en las que los usuarios de los sistemas de salud públicos pueden dispensar medicamentos en las farmacias sin tener que presentar la receta de papel tradicional. Por orden de implantación son Canarias, Extremadura, Castilla-La Mancha, Navarra, Comunidad Valenciana, Galicia, Aragón, La Rioja, Castilla y León, Asturias y Murcia.
Asimismo, la Consejería de Sanidad de Cantabria ha informado este mismo jueves que el Servicio Cántabro de Salud ha obtenido el certificado de interoperabilidad que concede el Ministerio de Sanidad, siendo este el primer paso para poner en marcha este sistema. Desde el Gobierno cántabro han avanzado que será en enero cuando se unan a este proyecto.
Para poder incorporarse a este proyecto, las comunidades autónomas necesitan realizar una inversión compleja y adaptarse a las exigencias que establece el Ministerio de Sanidad. Así, los sistemas sanitarios públicos junto con los colegios de farmacéuticos de cada autonomía han tenido que adaptar sus tecnologías para que tanto la prescripción como la dispensación sean efectivas en todas las oficinas de farmacia de cada autonomía y, además, estén correctamente conectadas entre ellas.
Este puede ser uno de los motivos por los que la implantación completa del proyecto, que empezó su pilotaje en 2015, se haya ido demorando en el tiempo. De hecho, la gran prueba será cuando se incorporen a él autonomías como Andalucía, Cataluña y Comunidad de Madrid, ya que son las que mayor número de habitantes y red de farmacias presentan.