España es el país de la UE que más ha recortado en investigación durante la crisis

El déficit acumulado desde 2009 por el sistema español de innovación puede cifrarse en más de 20 mil millones de euros.

El informe también revela que casi un 62 % de los presupuestos no se acabó utilizando en 2016

Mientras que países como Alemania invertían en el desarrollo de la ciencia patria, la investigación en España caía en el ranking europeo hasta situarse a la cola de los países que más han recortado en I+D en los años de la crisis. Con casi un 35% menos de financiación, el presupuesto español destinado a ciencia se colocaba por debajo incluso de Grecia, Portugal e Italia. Así lo pone de manifiesto el informe de 2017 de la Confederación de Sociedades Científicas de España (Cosce), Análisis de los recursos destinados a I+D+i contenidos en los Presupuestos Generales del Estado (PGE), en el que, entre otras cuestiones, se destaca que el déficit acumulado desde 2009 por el sistema español de innovación puede cifrarse en más de 20 mil millones de euros a causa de la sucesión de recortes presupuestarios encadenados desde ese año, que supuso el momento de mayor financiación de la ciencia. De esta cantidad, la mitad correspondería a los fondos no financieros, es decir, a las subvenciones, lo que, en opinión de los expertos, “ha puesto en serias dificultades un sistema de innovación que lentamente se había construido en las décadas finales del siglo XX”.

Todas estas reducciones en los presupuestos se han hecho en un contexto de adelgazamiento del sistema de innovación y que el manido recurso de justificar esta situación a causa de la crisis “es hoy menos creíble que nunca, porque los hechos muestran una recuperación económica no despreciable”, recuerda la Cosce. El informe señala, además, que “la caída de los presupuestos para I+D+i ha sido superior a la caída de los presupuestos generales, lo que la nula prioridad que tienen las políticas de ciencia” y que en la mayoría de los países las cosas han discurrido de otra manera”.

PRESUPUESTOS DE 2016

En cuanto al presupuesto del último año, según los datos analizados disponen para 2017 de 6.513,78 millones de euros, lo que supone un incremento del 1,31%, pero que resulta inferior a la inflación prevista para 2017. Sin embargo, en la distribución por tipos de fondos, el destaca que en 2017 los fondos financieros (préstamos) volvieron a crecer –a pesar del importante aumento en volumen y en porcentaje de la no ejecución de estos fondos en 2016-mientras que los no financieros (subvenciones) disminuyeron. Si a esto se añade que los presupuestos incluyen partidas para pagos por obligaciones de años anteriores (no pagados posiblemente por el cierre anticipado del Ejercicio), resulta que el presupuesto real para el año es algo menor.

Cerca de 230 millones de euros, el 18 % del total de este tipo de recursos, se quedaron sin utilizar, lo que es, según Nazario Martín, presidente de la confederación especialmente preocupante, dada la escasez de recursos disponibles”

El informe también revela que casi un 62 % de los presupuestos no se acabó utilizando en 2016, lo que le convierte en el año con un menor porcentaje del presupuesto ejecutado. Aunque la mayor parte de los recursos no ejecutados corresponden a las partidas de créditos financieros, existe también un remanente respecto de los recursos no financieros. Según los datos que maneja la Cosce, cerca de 230 millones de euros, el 18 % del total de este tipo de recursos, se quedaron sin utilizar, lo que es, según Nazario Martín, presidente de la confederación “especialmente preocupante, dada la escasez de recursos disponibles”.

INDEFINICIÓN DE LA AGENCIA Y SUS RECURSOS

Para los expertos, una de las cuestiones más preocupantes de los presupuestos es que no los fondos que debe destinar la Agencia Estatal de Investigación (AEI) a su gestión y no los diferencia de los importes dedicados a formación y subvenciones, que anteriormente eran potestad del Fondo Nacional de Investigación.

Según el informe, los PGE consideran la AEI como una sección más de gasto de la Administración y, por lo tanto, sometida a las mismas limitaciones de gestión que cualquier órgano administrativo, cuando está demostrado que la ciencia requiere un sistema de gestión diferente. Con esto las expectativas que había generado la creación de la AEI pueden verse frustradas por las limitaciones de su funcionamiento.

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