Las quinielas que se habían estado formando estos días atrás en torno al voto CERA o voto del extranjero, finalmente no se han llegado a producir. Si algo está marcando estas elecciones, es la imprevisibilidad. Parecía que el voto del extranjero podía traer grandes cambios en la composición del Congreso de los Diputados, y se hablaba de hasta siete escaños que podrían cambiar de manos. Finalmente, con la participación de 233.688 personas, de los 2,3 millones que podían votar, el escenario ha sido muy diferente.
Lejos de aclararse la situación, tenemos un panorama todavía más complicado para la formación de un Gobierno y la posibilidad de tener un nuevo ministro o ministra de Sanidad cuanto antes. Tras el recuento, los escaños se han quedado prácticamente igual, a excepción de uno de ellos en Madrid: el PSOE perdería un diputado en favor del PP. Este diputado sería Carlos García Adanero, tránsfuga de UPN, que sustituiría a Rodríguez Palacios. Es decir, en Madrid, el PP obtiene el escaño 16 y el PSOE pierde el número 11 y se queda tan solo con 10.
Así, el Partido Socialista se queda con 121 diputados y el Partido Popular con 137. El resto de bloques se quedaría igual. La mayoría absoluta quedaría prácticamente igual: imposible para ambos bloques. No obstante la mayoría simple, necesaria para la segunda vuelta de una posible investidura, es más relevante. En teoría con este cambio, una mayoría de PP con Vox, UPN y Coalición Canaria sumaría 172 diputados, uno más que los 171 que sumarían PSOE, Sumar, ERC, Bildu, BNG y PNV. Todo quedaría pendiente de la decisión de Junts que tiene 7 diputados.
Si bien existe la posibilidad numérica de tener un ministro popular, este escenario no es muy probable
Matemáticamente hablando, el PP tendría más posibilidades de una mayoría simple en segunda vuelta. Si bien en sus pactos debería entrar Vox y pedir algún ministerio, no es de esperar que la formación ceda una cartera con la magnitud de la sanitaria.
Feijóo, líder del partido, estaría dispuesto a gobernar, pero dependería no sólo de Vox, sino también de los síes de Coalición Canaria y UPN. Ambos partidos se han negado ya a favorecer un gobierno en el que quepa Vox, por no hablar de que el PP también necesitaría la abstención de Junts. Así, si bien existe la posibilidad numérica de acabar teniendo un ministro popular, este escenario no es muy probable.
COALICIÓN CANARIA DA ALAS AL PSOE
Por otro lado está el caso del PSOE que, teniendo menos escaños, tiene más probabilidades de formar gobierno. Esto es posible gracias a la predisposición del resto de partidos de la cámara. Así, Sumar, PNV, BNG, Bildu, ERC y Junts deberían darle un sí, y Sánchez podría formar un gobierno con un ministro sanitario del PSOE. Otro de los escenarios que se acaba de abrir esta misma mañana para el PSOE es el que podría facilitar Coalición Canaria.
Por otro lado está el caso del PSOE que, teniendo menos escaños, tiene más probabilidades de formar gobierno
Según este supuesto, el PSOE ya no necesitaría el sí de Junts, pero sí su abstención. De esta manera, tendríamos 172 síes para los socialistas y 171 noes, conformando una mayoría simple con la que es posible gobernar y no necesitar a Junts, y con la que el ministerio de Sanidad podría ser socialista.
De hecho, esta misma mañana, Pedro Sánchez ha enviado un comunicado a su militancia que estaría dispuesto a gobernar: “toca ahora traducir esa mayoría social en una mayoría parlamentaria en el Congreso de los Diputados. Y es lo que vamos a hacer en cuanto se constituyan las Cortes: trabajar para lograr una investidura que nos permita seguir avanzando cuatro años más”, ha dicho concretamente.
Con este panorama, los plazos corren igualmente. El jueves 17 de agosto se celebra la sesión constitutiva de las Cortes Generales en el Congreso y en el Senado. Las mayorías o no mayorías que salgan de este día, nos llevarán o no a un nuevo debate de investidura, ya con la posibilidad de la mayoría simple en el aire. De no lograr acuerdos entre los partidos del congreso, estaríamos abocados a una repetición electoral en navidades, con lo que el nuevo ministro de sanidad no llegaría hasta el 2024.