La gran mayoría de los organismos internacionales han dado la voz de alarma frente a la resistencia antimicrobiana. Desde la OMS hasta le EMA pasando por el propio ministerio de Sanidad tienen claro que es el gran desafío sanitario de los próximos años. En el año 2050 se espera que fallezcan hasta diez millones de personas por la resistencia a los antibióticos.
Una resistencia que es común a todas las especialidades médicas pero que es todavía más importante si cabe en dermatología, donde más de la mitad de las prescripciones dermatológicas llevan antibióticos, la gran mayoría para el acné. Son los propios dermatólogos los que tienen que ser los primeros en reaccionar: “El primer paso lo tenemos que dar los profesionales, tenemos que tenerlo claro y explicar a los pacientes los riesgos de la antibioterapia indiscriminada”, asegura a ConSalud Podcast la dermatóloga Lorea Bagazgoitia.
“Las guías nos dicen que primero recurramos a bactericidas o retinoides y en el caso de usar antibióticos nunca como monoterapia, es decir, siempre combinándolo con algo más”
La resistencia antibiótica en el acné ha ido creciendo a lo largo de los últimos años: desde el 25% en la década de los 70 hasta alcanzar su máximo del 75% a principios de este siglo. Por eso es importante buscar alternativas terapéuticas. La doctora Bagazgoitia señala los tratamientos anteriores a prescribir los antibióticos. Por un lado tópicos, como jabones y cremas, y por otro los sistémicos como los medicamentos orales. En este sentido la doctora lo tiene claro, la vía oral es la más eficaz: “Indudablemente tiene resultados mejores que cualquier antibiótico”
La dermatóloga explica que las guías clínicas en ningún caso recomiendan los antibióticos como primera línea: “Las guías nos dicen que primero recurramos a bactericidas o retinoides y en el caso de usar antibióticos nunca como monoterapia, es decir, siempre combinándolo con algo más”, explica Bagazgoitia. Además, las guías aconsejan que el tratamiento nunca dure más de tres meses.
En definitiva, lo mejor para tratar el acné es consultar con el médico de familia o un especialista y nunca automedicarse, y menos con antibióticos. En esta semana mundial de concienciación del uso de los antimicrobianos debe quedar claro que el acné se puede curar y controlar desde un diagnóstico individualizado en el que los antibióticos no son, en ningún caso, el primer y mejor tratamiento.