En primavera de 2017, el periodista, humorista, monologuista y streamer, Ángel Martín comenzó a vivir “en un sitio muy alejado de la Tierra”. Un mundo creado por su mente con sus propias normas y la compañía de sus voces. No se dio cuenta de que su cabeza no estaba funcionando bien, que estaba sufriendo un brote psicótico, hasta que se encontró ingresado en el Hospital Puerta de Hierro de Madrid en el ala de Psiquiatría. Y cuando salió del centro hospitalario nada fue lo mismo.
“Tuve la sensación de estar en el pozo más profundo sin saber cómo remontar”, relata en una entrevista en Consalud Podcast. A base de trabajo y de utilizar distintas herramientas consiguió remontar. En un proceso lento que precisó de mirarse al espejo y preguntarse quién era. “Tomé la decisión de dar por muerto al tipo que era antes y reconstruirme desde cero”, narra. “Sé que si no hubiera pasado por lo que pasé seguiría construyendo mi personalidad por pura inercia sin prestar atención a si las cosas que digo que me gustan son las que me gustan de verdad, si me comporto como quiero”.
Después de haber sufrido y superado un brote psicótico, Ángel Martín ha decidido plasmar todo lo vivido en el libro ‘Por si las voces vuelven’
Fue un proceso largo en el que buscó una historia de alguien que hubiera pasado por lo mismo y hubiera remontado y salido del pozo profundo en el que cayó. Un libro que le diera pistas y herramientas de las que precisara “No lo encontré”. Por eso ahora, siendo ese hombre que ha vivido lo que supone tener un brote psicótico y que lo ha superado, ha decidido plasmarlo todo en un libro, ‘Por si las voces vuelven’.
Un libro en el que, como explica en la entrevista, cuenta su experiencia y comparte las herramientas que a él le han servido, por si a alguien más le ayudan. Con ello visibiliza la salud mental y los problemas que todos podemos tener. Hasta ese momento nunca le había prestado atención, tampoco al cerebro, “la herramienta más poderosa que tenemos y más desconocida”, pero ahora ha visto lo necesario que es atenderla y “compartirla”.