La campilobacteriosis y la salmonelosis han sido las dos zoonosis más notificadas en humanos durante el pasado año. Ambas, además, aumentaron sus casos en comparación con el anterior periodo. Así lo ha dado a conocer el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC) en sus resultados sobre las actividades de seguimiento y vigilancia de las zoonosis que ha ido realizando durante el año 2023.
Si bien estas han sido las enfermedades infecciosas más comunes, lo cierto es que no han sido las más graves. En este sentido, el ECDC informa de que las infecciones por L. monocytogenes y el virus del Nilo Occidental tuvieron el mayor porcentaje de hospitalizaciones de todo el año. Además, han tenido también las tasas de letalidad más altas del conjunto de enfermedades monitorizadas.
Dentro de las zoonosis y agentes zoonóticos estudiadas por la entidad durante este año, destaca la Yersinia, un género de bacterias que pueden causar yersiniosis, afectando comúnmente al tracto intestinal. En 2023 se produjeron un total de 8.738 casos en humanos. Si bien esta afección provocó únicamente una muerte, sí que se realizaron 651 hospitalizaciones. Según estos últimos datos, se ha producido un aumento en la tendencia de esta afección.
La Yersinia causó 651 hospitalizaciones en todo el 2023
Por otro lado, el documento recoge los datos sobre la Fiebre Q. Los casos en humanos no fueron tan numerosos como en otras afecciones. Así, en 2023 se confirmaron 805 casos de fiebre Q humana. Esta cifra deja una tasa de notificación en la Unión Europea de 0,19 casos por cada 100.000 habitantes. Si bien se trata de una cifra baja, cabe destacar que supone un aumento del 11,5% en comparación con 2022, cuando la tasa era de 0,17 casos por cada 100.000 habitantes.
Pese a este ligero aumento con respecto al anterior año de referencia, el ECDC aclara que la tendencia general de las infecciones humanas no mostró ningún aumento o disminución significativa en el período 2019-2023. Cabe destacar que más de la mitad de las personas infectadas no presentan síntomas. En quienes sí los presentan, la fiebre Q puede variar en gravedad, desde una enfermedad leve hasta una enfermedad más grave y potencialmente letal como hepatitis o neumonía.
Respecto a las enfermedades que más alerta han causado este verano en nuestro país, destaca la infección por el virus del Nilo Occidental. Cabe recordar que, dada la incidencia de esta afección, hasta 24 estados miembros de la UE realizan una vigilancia obligatoria de los casos.
En 2023 se confirmaron 805 casos de fiebre Q humana
Los datos apuntan que el pasado año hubo 751 casos confirmados, lo que corresponde a una tasa de notificación en la Unión Europea de 0,17 casos por cada 100 000 habitantes. El ECDC explica que estos datos representan una disminución del 32,7% en la tasa de casos contraídos dentro de la UE en comparación con el 2022. En ese año, el total de casos confirmados fue de 1.140.
Finalmente, tenemos los datos sobre la tularemia. Esta enfermedad sí que sería grave en humanos, pues es muy fácil contagiarse (la bacteria puede incluso penetrar la piel intacta), por lo que el patógeno es objeto de estudio por parte de la Salud Pública y ya se ha clasificado como un arma biológica, lo que requiere rigurosas medidas de vigilancia y control. Además, es resistente a muchos antibióticos comunes.
En el caso de la UE la bacteria está ampliamente distribuida y presenta más casos entre julio y noviembre, “lo que indica una tendencia estacional vinculada al ciclo de vida de los vectores artrópodos y a una mayor exposición a las actividades al aire libre durante el verano y el otoño”. De manera más concreta, en 2023 se confirmaron 1.185 casos de tularemia humana, lo que corresponde a una tasa de notificación en la Unión Europea de 0,27 casos por cada 100 000 habitantes. Sería un aumento del 89,3 % en comparación con la tasa de 2022 (0,14 por cada 100 000 habitantes).