Gracias a los avances de la ciencia y la medicina, el ser humano cada vez vive más años. En el último siglo, la esperanza de vida al nacer ha aumentado rápidamente debido a una serie de factores, entre los que se encuentra la reducción de la mortalidad infantil, el aumento del nivel de vida, la mejora de los estilos de vida, la mejora de la educación y los avances en la atención sanitaria y la medicina. Sin embargo, pese a que la mayoría de gente es consciente de que las generaciones sucesivas viven más tiempo, se sabe menos sobre la salud de la población envejecida de la Unión Europea.
Vivir más no significa necesariamente vivir mejor: ¿los años de vida adicionales obtenidos gracias a una mayor longevidad se viven con buena o mala salud? Para responder a esta pregunta, Eurostat ha publicado nuevas estadísticas de años de vida saludable. Partiendo de que la esperanza de vida al nacer no es capaz de responder plenamente a si los años adicionales se viven con buena o mala salud, se han desarrollado indicadores de la esperanza de salud, como los años de vida saludable, también llamados esperanza de vida sin discapacidad. Estos se centran en la calidad de vida vivida en un estado saludable, en vez de en la cantidad de vida, medida a través de la esperanza de vida. Por ello, los años de vida saludable son una medida importante de la salud relativa de las personas en la Unión Europea.
Los indicadores sobre los años de vida saludable introducen el concepto de calidad de vida, centrándose en los años que pueden disfrutar las personas sin las limitaciones de la enfermedad o la discapacidad. Las enfermedades crónicas, la fragilidad, los trastornos mentales y la discapacidad física tienden a ser más frecuentes en la vejez y pueden dar lugar a una menor calidad de vida para quienes las padecen, mientras que la carga de estas enfermedades también puede repercutir en las prestaciones de atención sanitaria y pensiones.
El informe de Eurostat revela que, en 2022, el número de años de vida saludable al nacer en la UE fue de 62,8 años para las mujeres y de 62,4 años para los hombres, una brecha de género de 0,4 años
Ahora, el informe de Eurostat revela que, en 2022, el número de años de vida saludable al nacer en la UE fue de 62,8 años para las mujeres y de 62,4 años para los hombres, una brecha de género de 0,4 años. En el caso concreto de España, el número fue de 60,6 para las mujeres y 61,7 para los hombres.
Además, en la UE la esperanza de vida fue de 83,3 años para las mujeres y de 77,9 años para los hombres, una brecha de 5,4 años. Dado que la brecha de género fue menor en términos de años de vida saludable que en términos de esperanza de vida general, la mayoría de los años adicionales de esperanza de vida de las mujeres tienden a vivirse con limitaciones de actividad. Así, los hombres tendieron a pasar una mayor parte (80,1%) de sus vidas algo más cortas libres de limitaciones de actividad que las mujeres (75,4%).
Concretando en países de la UE, la esperanza de vida al nacer de las mujeres en 2022 osciló entre 77,9 años en Bulgaria y 85,9 años en España, una diferencia de 8,0 años. De forma similar para los hombres, la esperanza de vida más baja en 2022 se registró en Letonia, con 69,4 años, y la más alta en Suecia, con 81,4 años; un rango de 12,0 años. Además, en 19 países de la Unión Europea, el número esperado de años de vida sana al nacer fue mayor para las mujeres que para los hombres. En general, la diferencia entre ambos sexos fue relativamente pequeña.
En 2022, una mujer nacida en Dinamarca podría esperar vivir el 65,7 % de su vida sin ninguna limitación de actividad, en comparación con el 88,5 % de una mujer en Bulgaria
En concreto, hubo cuatro países en los que la brecha aumentó más de 3,0 años a favor de las mujeres: Bulgaria, Lituania, Eslovenia y Polonia. Por su parte, Países Bajos es el único país en el que la brecha aumentó más de 3,0 años a favor de los hombres. La consecuencia de todo esto es que las diferencias entre los países de la UE en términos de calidad de vida que las personas pueden esperar vivir son considerablemente más amplias que las diferencias generales en la esperanza de vida.
Por ejemplo, en 2022, una mujer nacida en Dinamarca podría esperar vivir el 65,7 % de su vida sin ninguna limitación de actividad, en comparación con el 88,5 % de una mujer en Bulgaria. A su vez, un hombre nacido en Dinamarca podría esperar vivir el 71,8 % de su vida sin ninguna limitación de actividad, en comparación con el 91,4 % de un hombre en Bulgaria.
Además, un análisis que compara los años de vida saludable entre los sexos a los 65 años en 2022 muestra que había 19 países de la UE en los que las mujeres podían esperar más años de vida saludable que los hombres, uno en el que el número de años de vida saludable era el mismo para mujeres y hombres y siete en los que los hombres podían esperar más años de vida saludable que las mujeres. En concreto, las mujeres de 65 años podrían esperar vivir entre 1,5 y 1,7 años más libres de discapacidad que los hombres en Bulgaria, Eslovenia, Lituania y Francia. En Portugal, los hombres de 65 años podrían esperar vivir 1,3 años más libres de discapacidad que las mujeres.