Con motivo del Día Internacional de la Niña, celebrado el 11 de octubre, la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap) ha hecho un llamamiento recordando que las niñas y adolescentes son aún víctimas de la violencia de género. Según datos de Unicef, a escala mundial, sin contar los matrimonios infantiles forzosos que afectan a una de cada cinco niñas menores de 18 años, una de cada cuatro menores viven en un hogar donde su madre es maltratada, casi una de cada cuatro adolescentes de entre 15 y 19 años han esperimentado violencia física o sexual por parte de su pareja, y una de cada tres estudiantes de 11 a 15 años ha experimenteado acoso escolar, en España se detectaron 11.229 casos de bullying o ciberbullying grave de enero de 2020 a diciembre de 2021, según datos de Bullying sin Fronteras.
Las menores pueden ser acosadas por sus parejas o amigos, "es algo que ya detectamos desde las consultas de Pediatría de Atención Primaria”
El impacto a nivel físico, psicológico y social de esta violencia es importante y "erosiona la capacidad de desarrollar mecanismos de cuidado y aptitudes para toda su vida", indican desde Unicef. “En Pediatría de Atención Primaria somos mayoría de mujeres, estamos muy sensibilizados con la violencia de género que se practica en la mayoría de las veces contra las niñas y sus madres. Y sobre los abusos sexuales, que son también más frecuentes en las niñas y adolescentes”, destaca la presidenta de AEPap, la Dra. Concepción Sánchez Pina.
DOS FORMAS DE VIOLENCIA
Evitarlo “es una labor que implica a toda la sociedad, pero, de manera especial, a los profesionales que estamos más implicados en su cuidado”, explica la Dra. Concepción Sánchez Pina. Por eso es esencial identificarlo y abordarlo lo más precoz posible.
Las menores pueden ser acosadas por sus parejas o amigos, "es algo que ya detectamos desde las consultas de pediatría de Atención Primaria”, asegura el Dr. Pedro Gorrotxategi, vicepresidente de AEPap. Así hay chicas a las que “su novio les controla, les mira el móvil para comprobar con quien habla, trata de limitar otras amistades… todos ellos son signos de violencia de género”.
También hay una segunda forma de violencia de género, que afecta tanto a niñas como a niños. Esta se produce cuando son testigos, directos o indirectos de la violencia contra sus madres. "Es un tipo de violencia que no debemos olvidar”, señala la Dra. Sánchez Pina. “Los pediatras de Atención Primaria, los docentes, trabajadores sociales, pero también los jueces y fiscales, que somos los que más relación directa tenemos con estos casos, debemos estar alerta para garantizar a todos los menores la especial protección que merecen”, afirma. “Pedimos a los tribunales y autoridades que sean sensibles a este problema y sigan defendiendo el ‘interés superior del menor’”, subraya.