Los videojuegos son mucho más que simples juguetes electrónicos. Ayudan a combatir el deterioro cognitivo, afianzan lecciones escolares y forman parte de los tratamientos de rehabilitación física. Y aún hay más. La Fundación Juegaterapia proporciona juegos y videoconsolas a los niños en tratamiento por cáncer desde los últimos once años para evadirles de sus dolorosas sesiones de quimioterapia. Pero, ¿y si esa mejora en su estado de ánimo reflejase también una respuesta positiva en su cuerpo?
La Fundación Juegaterapia buscó dar respuesta a esta pregunta mediante un estudio científico llevado a cabo por investigadores del Hospital La Paz de Madrid. Con el fin de comprobar si sus pacientes pediátricos oncológicos con mucositis post-quimioterapia, una de las consecuencias más dolorosas de todo el tratamiento, sufrían menos dolor al jugar videojuegos. Los resultados fueron sorprendentes. El trabajo constató una reducción del dolor de un 14%, una disminución del 20% en la administración de morfina yuna mejora del tono parasimpático, responsable en gran medida de la recuperación del organismo.
En el estudio, publicado en la revista Journal of Medical Internet Research, participaron 20 niños de entre 4 y 17 años desde enero de 2016 hasta diciembre de 2017. Se les ofreció la posibilidad de potenciar su tratamiento estándar, la administración de morfina, con el uso de los videojuegos en sesiones de juego de unas tres horas. Y así “nerfear” el dolor causado por la mucositis post-quimioterapia.
Según explica la anestesista pediátrica del Hospital La Paz y coautora del trabajo, Mercedes Alonso, la mucositis es un proceso inflamatorio que afecta fundamentalmente a la mucosa oral, de la boca y la garganta. En los casos más graves, como los niños participantes del estudio, apenas es posible tragar la propia saliva. Este problema no surge como consecuencia del proceso oncológico, sino como un efecto secundario de administrar fármacos quimioterápicos. “Escogimos pacientes donde el dolor era más intenso porque es en los que es más fácil evaluar el impacto de medidas que lo reducen”, detalla la anestesista.
La mucositis post-quimioterapia es un proceso inflamatorio que afecta principalmente a la mucosa oral, de la boca y la garganta
Efectivamente, se comprobó que el consumo de videojuegos reducía el dolor percibido a nivel global. Esto se certificó tanto de forma autoevaluativa, el propio paciente valora su intensidad en una escala de 0 a 10, como por medio de la cantidad de morfina recibida. Así, el dolor que los niños sintieron durante la observación fue menor porque disminuyó un 20% el consumo diario de morfina. Una disminución de hasta el 44% en los momentos de más intensidad.
De acuerdo con Mercedes Alonso, la morfina es actualmente el analgésico más eficaz en el manejo del dolor. Pero, al igual que cualquier otro medicamento, no está exento de efectos secundarios, como mareos, picores o náuseas. “Si el niño vomita o tiene arcadas se le estimula mucho más el dolor en la garganta y boca. De forma que puede potenciar los problemas de la mucositis”, indica la especialista. Así, el ocio electrónico favorece una menor aparición de estos problemas. “Y es una medida incluso gratificante para los niños”, añade la anestesista.
Más allá de esto, otro de los objetivos del estudio fue comprobar si esta reducción en la intensidad del dolor percibido se traducía en una disminución del nivel de estrés corporal. Es decir, una mejora del tono parasimpático. Tal y como explica el médico y coautor del estudio, Mario Alonso Puig, las funciones generales del organismo están reguladas por el sistema nervioso autónomo. Una parte del sistema nervioso que funciona de manera autónoma y consta de dos componentes en constante equilibrio: el simpático y el parasimpático.
REEQUILIBRAR EL SISTEMA NERVIOSO AUTÓNOMO
“El simpático es el que se dedica fundamentalmente a resolver las situaciones de estrés. Sin este sistema no podríamos sobrevivir a ningún tipo de peligro”, asevera Mario Alonso Puig. En cambio, continúa el especialista, el sistema parasimpático es todo lo contrario: activa todos los mecanismos dedicados al reposo y a la recuperación funcional.
En particular, los pacientes pediátricos del estudio sufrían un claro predominio del simpático sobre el parasimpático. Y eso es un problema. Ya que, como indica la Mercedes Alonso, “si eso se mantiene a medio y largo plazo es negativo para el cuerpo. Produce una mayor demanda del metabolismo en general en una situación en la que el cuerpo es frágil y no puede aportar tantos nutrientes ni oxígeno al cuerpo”. El consumo de ocio electrónico contrarresta este desequilibrio. “Los niños experimentaron un aumento del 14% en su tono parasimpático. Es más, sus efectos se mantuvieron 24 horas después de haber jugado”, destaca el médico Mario Alonso Puig.
Y todo esto se ha logrado, aclara el coautor del estudio, con juegos “de violencia cero” y en espacios de tiempo controlados. Según los investigadores, los resultados de este trabajo sugieren que los videojuegos podrían incluirse como analgésicos no farmacológicos en las mucositis oncológicas pediátricas y formar parte del protocolo de atención sanitaria a estos pacientes. Para la directora de proyectos de la Fundación Juegaterapia, María José Jara, este estudio “avala científicamente” el trabajo que llevan desarrollando desde los últimos once años. “No vamos a decir que el juego cura, pero sí que ayuda a curar”.