Era mayo de 1981 cuando una misteriosa enfermedad empezó a afectar a distintas personas. 400 personas fallecieron en el primer año y medio, 3.800 por los efectos de esta enfermedad desde entonces. El síndrome del aceite tóxico (SAT) fue causado por el consumo de aceite de colza desnaturalizado con anilina al 2% que había sido importado para usos industriales y, desviado con posterioridad al consumo humano previa refinación vendiéndose como aceite de oliva.
Han pasado 41 años, 15.051 días, y finalmente este martes el Gobierno de España ha reconocido en una declaración institucional a las víctimas del SAT. "Han pasado 41 años desde el primer caso y aún hoy sigue habiendo miles de personas afectadas que en distinto grado dependen del apoyo de sus familias, precisan atención médica y apoyo psicológico para llevar el día a día del mejor modo posible", señala la declaración, que establece una futura revisión de las ayudas económicas a los pacientes y sus familiares.
"Por todo lo anterior, el Gobierno de España considera que es necesario y oportuno reconocer a las víctimas, a las personas afectadas y a sus familiares ante una enfermedad cuya causa nunca debió ocurrir, así como instar a los poderes públicos y a la sociedad civil a llevar a cabo los homenajes que honren su sufrimiento, impulsando los mecanismos de ayuda que sumen al bien común en el ámbito de su salud, que es la nuestra”, concluye el acuerdo firmado por el ministro de Inclusión Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, la ministra de Sanidad, Carolina Darias, y el ministro de Consumo, Alberto Garzón.
"A partir de ahora, juntos, debemos establecer mecanismos sólidos para que el Estado, esté el Gobierno que esté, actúe"
"Nos felicitamos por ser reconocidos por fin en esta Declaración Institucional como víctimas", señala el comunicado de la Plataforma Seguimos Viviendo, que durante estos años ha acompañado a los pacientes del síndrome del aceite tóxico.
Una enfermedad multisistémica que afecta actualmente a casi 20.000 personas. La patología provocaba mutaciones en el gen NAT2 (Nacetiltransferasa-2 arilamina) responsable del metabolismo de tóxicos químicos. Los pacientes, muchos niños y jóvenes entonces, han convivido en los últimos años con la fibromialgia, la fatiga crónica, el dolor crónico, artrosis, luxaciones, osteoporosis, síndrome subacromial, contracturas y deformidades articulares causadas por el envenenamiento.
"El SAR nos ha acompañado y nos ha obligado a ser diferentes", señala el comunicado. "Obligándonos a tener una vida no elegida", "perdiendo la ilusión de ser vivida en mucho de los casos, con el mayor del sufrimiento diario ,el del saber que tu cuerpo no puede responder a lo que a ti te hubiera gustado ser". Por eso celebran finalmente ser reconocidos como víctimas.
"A partir de ahora, juntos, debemos establecer mecanismos sólidos para que el Estado, esté el Gobierno que esté, actúe con la misma responsabilidad y esfuerzo que hizo esta Plataforma". Los pacientes agradecen que no se les haya olvidado, y piden que no se les olvide nunca "porque el olvido y el abandono es el mayor de los dolores para una víctima". "Que comience un nuevo presente y futuro para las víctimas que nunca debimos serlo", concluyen.