El verano agrava la patología mental: “Muchos cuadros se desencadenan en esta época"

La portavoz de la SEPSM, Llanos Conesa Burguet, explica en ConSalud.es cómo afecta el verano a los pacientes con enfermedades mentales y aporta consejos para mantener la salud mental en esta época

La portavoz de la SEPSM, Llanos Conesa Burguet, explica cómo afecta el verano a los pacientes de enfermedades mentales (Foto. ConSalud.es)
15 julio 2024 | 07:00 h
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El calor es un factor estresante para las personas, por lo que el verano se puede volver una pesadilla para muchos. Mientras que para algunos los meses de junio a septiembre son una forma de desconectar y disfrutar, para otros puede ser todo un quebradero de cabeza, provocando síntomas desagradables de sus enfermedades físicas o agravando sus enfermedades mentales. En concreto, estos últimos pacientes pueden ver agravarse su situación o ralentizarse su recuperación.

“El calor es un factor muy agravante dentro de la salud mental, porque existe una intolerancia por parte de los pacientes a soportar las altas temperaturas. Muchos cuadros tienen más facilidad para desencadenarse en verano, como por ejemplo los trastornos bipolares, los episodios maniacos o los brotes psicóticos”, explica para ConSalud.esLlanos Conesa Burguet, jefe de Servicio de Psiquiatría del Hospital General Universitario de Valencia y secretaria de la Sociedad Española de Psiquiatría y Salud Mental (SEPSM).

El verano agrava las enfermedades mentales, por un lado, porque los pacientes tienden a hacer menos actividades al aire libre, especialmente las que son más estresantes bajo altas temperaturas. “El calor afecta, por ejemplo, a enfermos mentales graves al hacer excursiones o tareas de rehabilitación. Esto es un problema, ya que si las hacen no les sientan bien, pero si no las hacen, no están trabajando realmente en su rehabilitación”. Las personas con enfermedades mentales graves, como el trastorno bipolar o la esquizofrenia, sufren en gran medida los efectos de la exposición prolongada al calor, “mucho más que otros pacientes”.

“El calor es un factor muy agravante dentro de la salud mental, porque existe una intolerancia por parte de los pacientes a soportar las altas temperaturas"

Sin embargo, no son los únicos pacientes que sufren esta situación. En aquellos con afecciones mentales menos graves, el calor también afecta. “A veces, en pacientes con depresión o ansiedad, las altas temperaturas son un factor estresante, añadido a la dificultad que tienen de atención, concentración, estado de ánimo o de desempeñar las tareas de la vida cotidiana. El calor es un factor limitante en la recuperación”. A esta situación hay que añadir que uno de los efectos secundarios de la medicación es la deshidratación. Por ello, los medicamentos, unidos al calor, pueden fomentar que el paciente se deshidrate o no orine lo suficiente.

REPROGRAMAR LAS ACTIVIDADES DEL PACIENTE

Para mitigar los efectos de las altas temperaturas en verano, la experta recomienda reprogramar las actividades de cada paciente en función de sus circunstancias. “Practicar deportes acuáticos, cambiar los horarios de actividades como pasear y hacerlo a primera hora de la mañana o última de la tarde y hacer más actividades de interior son algunas medidas que se pueden adoptar. En resumen, no se deben fomentar horarios o actividades con gran exposición al sol y es necesario reprogramar horarios, actividades y espacios”.

Otro de los fenómenos asociados al verano es el incremento de la actividad social, que puede suponer tanto un punto positivo como un punto negativo. “El incremento de la actividad social es un baremo de cómo te encuentras. Si tienes un incremento de actividad social exitoso, te encuentras mejor a nivel de salud mental. Por el contrario, si hay un decrecimiento, tienes menos estímulos para mejorar la salud mental”. La experta incide en que, en cuanto se crea un estímulo social, se mejora a todos los niveles.

"No se deben fomentar horarios o actividades con gran exposición al sol y es necesario reprogramar horarios, actividades y espacios"

Finalmente, el tercer punto del verano son las vacaciones, que repercuten en lo relativo a la adherencia a los tratamientos. Por un lado, el problema viene por las vacaciones de los profesionales sanitarios, y sus ausencias no siempre están cubiertas. Esto hace que se amplíen mucho los espacios de visita. Por otro lado, las vacaciones del paciente entorpecen también el seguimiento. “Hay que tener mucha organización para que no se descuelgue nadie”.

CONSEJOS PARA CUIDAR LA SALUD MENTAL

A la hora de cuidar la salud mental en verano, la experta recuerda que es muy importante la hidratación y practicar deportes que no sean de alta exposición al sol durante muchas horas. “En lo relativo a las actividades al aire libre, se deben elegir horarios en los que no haya altas exposiciones al sol durante un tiempo prolongado, y las casas o domicilios deben estar adecuadamente ventilados con aires acondicionados, ventanas o corrientes de aire”.

Tomar el sol de una manera controlada, moderada y con adecuada protección solar es fundamental, no solo a nivel mental, sino también cutáneo. “Exponerse tanto al sol irrita, te pone de más mal humor, irascible, deshidrata o puede dar un golpe de calor. Es importante tener esto presente, especialmente en pacientes tratados con psicofármacos”, concluye la experta de la SEPSM.

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