La hipertensión se erige como un importante factor de riesgo modificable de accidente cerebrovascular y eventos cardiovasculares. Recientes investigaciones indican que las variaciones en la presión arterial pueden jugar un papel importante en la etiología del accidente cerebrovascular que pueda producirse. Un importante indicador, además del nivel de presión arterial por sí solo. La principal hipótesis que maneja la evidencia científica en este sentido indica que una mayor variación en la presión arterial incrementa el estrés mecánico en el sistema vascular lo que podría acelerar varios mecanismos fisiopatológicos, entre los que se incluye la aterosclerosis (acumulación de grasas, colesterol y otras sustancias dentro de las arterias y sobre sus paredes).
El principal problema al que se enfrentan los especialistas en este sentido a la hora de establecer conclusiones claras es que la mayoría de estudios previos que se han realizado sobre la variación de la presión arterial y el accidente cerebrovascular, se han desarrollado a través de ensayos clínicos, cuyas muestras han estado compuestas por personas de alto riesgo con hipertensión, elevado riesgo de accidente cardiovascular o cerebrovascular, ataque isquémico transitorio previo o en mujeres posmenopáusicas. Se cuenta con una limitada evidencia de estudios centrados en analizar este riesgo y asociación en población general.
En esta línea, centramos nuestra atención en los resultados de una investigación realizada en Países Bajos, cuyos resultados han sido publicados en la revista PLOS Medicine. Los responsables de este estudio de cohorte prospectiva explican que contaron con los datos de 9.958 participantes sin accidentes cerebrovasculares incluidos en el Estudio de Rotterdam, basado en la población de Países Bajos, entre 1990 y 2016. La edad media de los participantes fue de 67,4 años y un 58% mujeres.
“La variabilidad de la presión arterial puede ser un factor de riesgo modificable de accidente cerebrovascular, y los estudios futuros deben centrarse en si la reducción de la variabilidad de la presión arterial da como resultado una menor incidencia de accidente cerebrovascular”
La variabilidad de la presión arterial sistólica (PAS, por sus siglas en inglés) se calculó como la diferencia de la PAS absoluta por la PAS media en dos visitas de control separadas por un intervalo medio de 4,6 años. Se han realizado además análisis con intervalos de tres, seis y nueve años entre la medición de la variabilidad y la evaluación del accidente cerebrovascular.
Durante una media de seguimiento de 10,1 años, 971 (9,8%) participantes sufrieron accidente cerebrovascular: 641 accidentes cerebrovasculares isquémicos, 89 hemorrágicos y 241 no especificados. La variabilidad de la PAS se asoció con un mayor riesgo de accidente cerebrovascular hemorrágico y accidente cerebrovascular no especificado.
Los responsables de la investigación manifiestan que las asociaciones fueron más fuertes para todos los subtipos de accidentes cerebrovasculares con intervalos de tiempo más largos. El cociente de riesgo instantáneo para cualquier accidente cerebrovascular fue de 1,29 a los tres años; 1,47 a los seis años y 1,38 a los nueve años.
Cabe destacar que tanto el aumento como la caída de la PAS se asociaron con un mayor riesgo de accidente cerebrovascular no especificado. “La variabilidad de la presión arterial puede ser un factor de riesgo modificable de accidente cerebrovascular, y los estudios futuros deben centrarse en si la reducción de la variabilidad de la presión arterial da como resultado una menor incidencia de accidente cerebrovascular”, concluyen los autores del análisis.