El paludismo o malaria es, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), una enfermedad potencialmente letal transmitida a los humanos por algunos tipos de mosquitos. Se trata de una patología que se da especialmente en países tropicales y contra la que se lucha desde hace muchos años para lograr su erradicación. A pesar de su letalidad, esta enfermedad causada por un parásito que no se transmite de persona a persona, es prevenible y curable.
En el marco del Día Mundial del Paludismo, José Manuel Ramos Rincón, médico internista miembro del Grupo de Enfermedades Infecciosas y portavoz de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), ha abordado en ConSalud.es los últimos avances en materia de tratamientos y erradicación de la malaria en el mundo.
"A nivel mundial, la Región de África sigue soportando la mayor carga de malaria”
“Actualmente tenemos el Informe Mundial de Malaria de la Organización Mundial de la Salud del año 2023, que registra los datos de 2022. Así, observamos que, a nivel mundial, la Región de África sigue soportando la mayor carga de malaria”, explica el experto. Los datos reflejan que esta zona concentró el 94% de todos los casos de malaria y el 95% de todas las muertes por esta causa. Además, en torno al 78% de todas las muertes por malaria en la zona se produjeron en niños menores de cinco años. A esta zona, le sigue Asia Sudoriental y el Mediterráneo Oriental. A su vez, el Informe detecta también casos, aunque en menor medida, en la Región de las Américas y en la del Pacífico Oriental.
Los avances en la lucha contra la malaria han dado lugar a que, en la actualidad, se disponga de dos vacunas. “Una de ellas, que cuenta con el visto bueno de la Organización Mundial de la Salud, es la vacuna RTS,S. Ahora mismo, esta inmunización se encuentra en zonas como Kenia o Malawi”. Por otro lado, la vacuna más reciente es la R21, pero la OMS aún no ha dado su visto bueno, de acuerdo con el doctor del Servicio de Medicina Interna del Hospital General Universitario Dr. Balmis de Alicante.
“Esto es lo que tenemos ahora mismo. Las vacunas, generalmente, siempre han sido la mejor manera de prevenir las enfermedades, pero en el caso de la malaria son un poco complicadas de hacer. A pesar de ello, contamos con otras iniciativas, como la mosquitera”. La mosquitera evita la picadura de los insectos transmisores de la enfermedad, pero no en todos los países la implementan.
En tercer lugar, los países intentan prevenir la enfermedad con “quimioprevención”. “El objetivo es prevenir a los niños, que son los que tienen mayor riesgo de mortalidad, y a las embarazadas”. Así, los niños de entre tres meses y cinco años reciben dos dosis de una pastilla que protege de desarrollar malaria ante la picadura de un mosquito. Dicho fármaco se proporciona en determinadas épocas del año.
“La malaria no incide igual durante todo el año, de forma que generalmente suele darse durante y después de las épocas de lluvias. En época seca no hay prácticamente mosquitos, por lo que el riesgo de malaria es mucho menor. Además, cada país o región del mundo tiene sus momentos de incidencia de la enfermedad”. Sin embargo, los programas de erradicación tienen que enfrentarse a determinados retos, siendo los costes el principal. “Los costes de implementación de los programas son elevados en determinadas áreas, y muchos requieren ayuda de entidades como, por ejemplo, la Organización Mundial de la Salud. A su vez, la correcta implementación depende del buen funcionamiento del país en materia de sistemas sanitarios”.
La malaria es una patología que tiene un gran impacto económico, pues afecta a millones de personas en todo el mundo y tiene elevadas tasas de mortalidad, especialmente entre la población infantil. Además, se trata de una enfermedad que puede derivar en infección por malaria crónica, que repercute negativamente en la calidad de vida de las personas. Todo ello hace que su erradicación sea fundamental, pero aún hay que hacer frente a una gran cantidad de desafíos. “En los últimos años ha habido un descenso en el número de casos de malaria en el mundo, pero aún hay que seguir reduciendo el impacto de la enfermedad, luchando también contra el mosquito”, continúa el doctor.
"Hay una resistencia a los antimaláricos, especialmente en determinadas áreas geográficas del mundo"
La lucha contra los mosquitos es fundamental, aunque se trata de una labor complicada. “Para ello son importantes las campañas, que recuerden que hay que fumigar, pero todo depende de la situación climática y de las lluvias en las zonas”, añade, al tiempo que comenta el factor de la resistencia a los medicamentos.
“Hay medicamentos que ya no podemos utilizar como, por ejemplo, la cloroquina. Hay una resistencia a los antimaláricos, especialmente en determinadas áreas geográficas del mundo. Para luchar contra esto, actualmente estamos empleando un tratamiento combinado con dos fármacos para evitar la generación de resistencias, pero las sigue habiendo”, concluye el doctor José Manuel Ramos Rincón.
El paludismo o malaria es una enfermedad que aún sigue causando estragos en determinadas zonas del mundo, provocando la muerte en 2022 de en torno a 608.000 personas. A pesar de los avances en vacunación y a la disminución de los casos en algunas zonas, continúa siendo una patología preocupante que hay que combatir.