La vacunación frente a enfermedades prevenibles se erige como una de las intervenciones más rentables en el campo de la salud pública global. Gracias a los programas de inmunización de rutina la humanidad ha conseguido controlar ciertas enfermedades infecciosas altamente letales y, hasta la fecha, ha logrado la erradicación de una: la viruela. A lo largo de las últimas cinco décadas se han producido importantes avances a nivel global en este sentido, pero en los últimos años este progreso se ha ralentizado y, en algunos países, incluso ha comenzado a revertirse. Una situación que se torna preocupante en las naciones de medios y bajos en términos de vacunación infantil.
La inmunización infantil ante enfermedades infecciosas comunes como el sarampión, la poliomielitis o la difteria se ha convertido en una práctica rutinaria en los países de altos ingresos en los que ha salvado la vida de millones de personas. Sin embargo, en los países con menos recursos la carga de estas enfermedades continúa siendo demasiado alta. Los últimos datos muestran que alrededor de 1,5 millones de niños menores de cinco años mueren cada año en todo el mundo como consecuencia de enfermedades prevenibles por vacunación. La gran mayoría de estos decesos se registran en el África subsahariana y el sudeste asiático.
Una reciente investigación publicada por PLOS Medicine pone de manifiesto no solo las brechas que existen en materia de vacunación entre los países de altos y bajos ingresos, sino también las disparidades identificadas entre las naciones con menos recursos. Los responsables de este trabajo han analizado los datos de vacunación de más de 220.000 niños en 1.366 regiones administrativas en 43 países de medios y bajos ingresos. Se estimó la cobertura de inmunización esencial a nivel nacional y subnacional y se cuantificaron las desigualdades socioeconómicas en dicha cobertura mediante el uso de índices de concentración ajustados.
En base a este trabajo se han identificado grandes brechas en la inmunización infantil en África occidental y central, así como en el sur de Asia, particularmente en regiones de Angola, Chad, Nigeria, Guinea y Afganistán donde menos del 10% de los niños están completamente vacunados.
En dos tercios de los países incluidos en el estudio se han alcanzado tasas de inmunización del 50% o superiores, pero en cuatro países (Guinea, Chad, Angola y Nigeria) menos de un tercio de los niños se encuentran completamente vacunados
El estudio muestra que los niños que viven en estos países carecen de forma constante de cuatro vacunas básicas que están incluidas en el programa de vacunación recomendado para niños pequeños por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Concretamente indica que más de 10,5 millones de niños de entre 15 y 35 meses carecen de estas vacunas básicas como consecuencia de un acceso deficiente a los servicios de salud e inmunización. Una situación que supone un importante problema en el África subsahariana, Afganistán, Haití y algunas regiones del sudeste asiático.
“En general, se pueden observar grandes disparidades entre países”, recoge la investigación. De todos los países evaluados Ruanda reporta la tasa de inmunización más alta entre los países que se han incluido en el análisis (95%), seguido por Albania y Bangladesh con tasas de vacunación que rondan el 90%.
El análisis revela que en dos tercios de los países incluidos en el estudio se han alcanzado tasas de inmunización del 50% o superiores, pero en cuatro países (Guinea, Chad, Angola y Nigeria) menos de un tercio de los niños se encuentran completamente vacunados.
A nivel subnacional se han observado importantes disparidades dentro de las fronteras de algunos países. Algunas de las tasas de vacunación más bajas se han detectado en el continente africano, particularmente en algunas regiones de Angola, Chad, Nigeria, Guinea y Mali en las que menos del 10% de los niños que residen en ellas están vacunados. De forma similar se han reportado niveles de inmunización muy bajos en el suroeste de Afganistán y en el noroeste de India.
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible contemplan entre sus metas brindar acceso universal a las vacunas para 2030. Los autores del estudio enfatizan en que el único modo de mantener los progresos en este sentido pasa por la identificación de las comunidades en las que se registra una elevada proporción de población sin vacunar, y abordar las barreras que impiden que estas personas accedan a las vacunas.