Hay pacientes especialmente vulnerables a las enfermedades infecciosas. Son aquellos con sistemas inmunitarios debilitados bien por una enfermedad o por un tratamiento: aquellos con trasplante de médula o de órgano sólido, los que se encuentran en diálisis, que tienen una enfermedad oncológica u oncohematológica, una patología de inmunodeficiencia primaria o una infección por VIH, entre otras muchas.
Estos pacientes tienen más riesgo de desarrollar una enfermedad grave tras una infección y para ellos las vacunas, las principales herramientas para prevenir algunas de estas enfermedades víricas, son esenciales. Sin embargo, la inmunización de estas personas no es algo sencillo, varía dependiendo de las patologías, de la propia serología del paciente o de su situación sanitaria.
Como recogen en un documento publicado por el Ministerio de Sanidad los especialistas Luis Carlos Urbiztondo Perdices y Eva Borràs López, estos pacientes conviven con una alta heterogeneidad, por lo que la vacunación se ha de establecer de una manera individualizada. No es lo mismo pacientes que están a la espera de un trasplante como aquellos que ya han recibido el tratamiento inmunosupresor, los que sufren una enfermedad grave crónica que los que están afectados por una enfermedad inmunosupresora.
Los profesionales sanitarios tienen que hacer un seguimiento continuado de los anticuerpos con los que cuentan los pacientes, al mismo tiempo que incidir en la importancia de cumplir con las campañas de vacunación anuales
En 2018, el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (CISNS) publicó el primer calendario vacunal común a lo largo de la vida que incluyó un apartado para este grupo poblacional. Aunque no está del todo actualizado, recoge tanto las vacunas recomendadas a aquellos en situación de riesgo, como es un embarazo o puede ser aquellos hombres que tienen sexo con otros hombres, y aquellos con patologías inmunodeficitarias.
VALORACIONES INDIVIDUALES, CASO DE PACIENTES RENALES
Con los pacientes en situación riesgo por enfermedad o tratamiento, los profesionales sanitarios tienen que hacer un seguimiento continuado de los anticuerpos con los que cuentan los pacientes, al mismo tiempo que incidir en la importancia de cumplir con las campañas de vacunación anuales: la de la gripe, ahora también la Covid-19, y cada cinco años la del neumococo. Patologías todas ellas que pueden suponer un riesgo para la vida de esta población vulnerable.
Algunos de estos pacientes de riesgo son aquellos con insuficiencia renal, como los que sufren enfermedad renal crónica (ERC). Tal y como explica a ConSalud.es la Dra. Auxiliadora Mazuecos, miembro de la Junta Directiva de la Sociedad Española de Nefrología (S.E.N.), la pérdida de la función renal altera la inmunidad celular y humoral. Con el tiempo, además, van perdiendo la respuesta inmunológica conseguida por las vacunas recibidas con anterioridad.
“Las infecciones son muy frecuentes en este grupo de población. A ello se suma que contamos con un menor arsenal para enfrentarlas al ser de naturaleza viral”. De esta forma, la correcta vacunación de estos pacientes y su seguimiento es esencial. En primer lugar están las campañas de vacunación anual. “La adherencia a estas siempre ha sido más difícil. Sin embargo, tras la experiencia que han tenido con la Covid-19, se han concienciado más sobre la necesidad de vacunarse”, cuenta la Dra. Mazuecos. En concreto, se estima que actualmente se podría haber alcanzado un nivel de adherencia del 60% en este grupo de personas. Ahora, con la inclusión de la inmunización frente al herpes zóster, los expertos esperan que también se refleje en ella la confianza ganada en estos pacientes.
“En general nos encontramos que estos pacientes tienen confianza en las vacunas y cuando les indicamos la necesidad de reforzar su estado serológico lo hacen"
Las Unidades de Diálisis y las consultas de trasplante realizan una intensa visibilización de estas campañas anuales, e incluso facilitan la administración de los ‘sueros’ para no hacer acudir a los pacientes al médico más de lo necesario, “no olvidemos que los que están en diálisis van tres días por semana al hospital”.
En segundo lugar, las vacunas durante toda la vida y los estudios inmunológicos para conocer la necesidad de administrar o no una dosis de refuerzo es otra de las atenciones que se realizan en las consultas con pacientes en tratamiento renal sustitutivo, tanto trasplantados como en diálisis. Algunas de las vacunas en las que más se incide en estos casos son las de la hepatitis, pues algunos pacientes incluso podrían necesitar dosis de recurso cada cierto tiempo. “En el caso de aquellos que están en espera para recibir un nuevo órgano hay que repasar su estado serológico respecto a la varicela o la triple vírica, entre otros. Teniendo en cuenta que alguna de estas vacunas están contraindicados en pacientes como los inmunodeprimidos o algunos con infección con VIH”.
La vacunación en estos casos no es obligatoria, pero sí altamente recomendable. “En general nos encontramos que estos pacientes tienen confianza en las vacunas y cuando les indicamos la necesidad de reforzar su estado serológico, bien porque va a comenzar el proceso del trasplante o bien porque así lo requiere su estado inmunológico actual, se vacunan sin problema”, celebra la doctora.