Los equipos de Inserm liderados por Laurent Reber (Infinity, Toulouse) y Pierre Bruhns (Humoral Immunity, Institut Pasteur, París) y la empresa francesa NEOVACS han desarrollado una vacuna que podría inducir una protección a largo plazo contra el asma alérgica, reduciendo la gravedad de sus síntomas y, por tanto, mejorando significativamente la calidad de vida del paciente. Su investigación en animales se ha publicado en la revista Nature Communications .
El asma es una enfermedad crónica que afecta a unos 4 millones de personas en Francia y a 340 millones en todo el mundo. El asma alérgica se caracteriza por la inflamación de los bronquios y molestias respiratorias causadas por la inhalación de alérgenos, con mayor frecuencia ácaros del polvo. Esta exposición a los ácaros del polvo y otros alérgenos conduce a la producción de anticuerpos llamados inmunoglobulina E (IgE) y citocinas tipo 2 (como interleucina-4 (IL-4) e IL-13) en las vías respiratorias. Esto conduce a una cascada de reacciones que resultan en hiperreactividad del tracto respiratorio, sobreproducción de moco y eosinofilia (cuando hay demasiados eosinófilos, un tipo de glóbulo blanco, en las vías respiratorias).
Los corticosteroides inhalados son el estándar de oro para controlar el asma. Sin embargo, en el caso de asma grave,este tratamiento no es suficiente. Entonces se requiere el uso de anticuerpos monoclonales terapéuticos que se dirijan a IgE o las rutas de IL-4 e IL-13. Sin embargo, estos son costosos y requieren la administración de inyecciones a largo plazo o incluso de por vida.
La vacuna pudo disminuir fuertemente los niveles de IgE, eosinofilia, producción de moco e hiperreactividad de las vías respiratorias en un modelo de asma alérgica a los ácaros del polvo
Para superar este problema, investigadores de Inserm, Institut Pasteur y la empresa NEOVACS han desarrollado una vacuna conjugada, denominada kinoide, mediante el acoplamiento de las citocinas recombinantes IL-4 e IL-13 con una proteína transportadora llamada CRM197 (una no patógena forma mutada de la toxina diftérica, utilizada en muchas vacunas conjugadas).
Los resultados preclínicos (en modelos animales) muestran que esta vacuna induce la producción sostenida de anticuerpos dirigidos específicamente contra IL-4 e IL-13. De hecho, seis semanas después de la primera inyección de la vacuna conjugada, el 90% de los ratones presentaba niveles elevados de anticuerpos. Más de un año después de la inmunización primaria, el 60% de ellos todavía tenían anticuerpos capaces de neutralizar la actividad de IL-4 e IL-13.
Los investigadores también mostraron un efecto sobre los síntomas del asma: la vacuna pudo disminuir fuertemente los niveles de IgE, eosinofilia, producción de moco e hiperreactividad de las vías respiratorias en un modelo de asma alérgica a los ácaros del polvo. Por lo tanto, este estudio sugiere tanto la eficacia profiláctica como terapéutica de la vacuna en este modelo de asma y no se observaron efectos adversos en los animales.
Los hallazgos del equipo de investigación ahora deberán probarse en un entorno de ensayo clínico.