El verano es sinónimo de calor y de pasar los días a remojo en la piscina o en la playa. Sin embargo, precisamente estos factores ambientales pueden llegar a suponer un riesgo para de infección urinaria si se abusa mucho. El agua puede alterar la flora defensiva facilitando la aparición de la cistitis. Como explica el doctor Manuel Ramírez, urólogo del Hospital Universitario de Torrejón gestionado por el grupo Ribera, el calor "favorece la sudoración y disminuye el volumen de diuresis u orina, que es un factor de riesgo para infecciones", mientras que la humedad del baño, principalmente cuando se mantiene en la vagina, "facilita las cistitis debido al enfriamiento y a la falta de transpiración".
Según señalan los urólogos, las infecciones del tracto urinario son el segundo tipo de de infección más común en el ámbito ambulatorio, tras las infecciones respiratorias. La más frecuente es la cistitis o inflamación de la vejiga, que se suele sentir como ardor al orinar, sangre, molestias pélvicas o la necesidad irrefrenable o constante de orinar, y sobre todo ocurre en mujeres. “Las infecciones urinarias son tres veces más frecuentes en mujeres que en hombres”, expresa el doctor Francisco Javier Calahorra, jefe del Servicio de Urología de los Hospitales Universitarios de Torrevieja y Vinalopó, gestionados también por Ribera.
La mayoría de mujeres sufren cistitis al menos una vez en la vida, y una de entre cada cinco experimenta una segunda infección
La uretra femenina es más corta que la masculina, lo que disminuye la distancia que deben viajar las bacterias para alcanzar la vejiga”, según explica el doctor Calahorra, a lo que añade el doctor Ramírez que “los microorganismos existentes en la flora intestinal colonizan la vagina y pueden ascender a la vejiga”.
“La mayoría de mujeres sufren cistitis al menos una vez en la vida, y una de entre cada cinco experimenta una segunda infección, conocidas como cistitis recurrentes”, añade el doctor Calahorra. En concreto, según explica el doctor Luis Fariña, responsable del Servicio de Urología del Hospital Ribera Povisa, que señala que en las mujeres, “hay dos períodos de la vida en los que estas infecciones son más habituales: el periodo que coincide con el inicio de las relaciones sexuales, y el periodo de la vida adulta que coincide con los cambios que ocurren en la menopausia". El riesgo se amplía si se usan ciertos anticonceptivos como diagragmas
Pare prevenir estas infecciones, los expertos aconsejan "aumentar la ingesta de agua, cambiarse el bañador y secarse la zona íntima después del baño, no utilizar desodorantes en espray o productos femeninos en la zona genital y lavar suavemente la zona. La ingesta de arándano rojo puede servir de prevención para aquellas personas con tendencia a contraer la infección”.