La estimulación eléctrica transcraneal, junto con la estimulación magnética transcraneal, son las dos técnicas más empleadas en la neuromodulación no invasiva. Mediante una pequeña máquina que induce corriente eléctrica de muy baja intensidad, se aumenta la actividad de las neuronas, que en enfermedades como la depresión o el alzhéimer tienen menor actividad. De este modo, se facilita una recuperación mejor y más rápida o enlentecer el deterioro cognitivo en ciertas enfermedades.
Ahora, investigadores de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), buscan potenciar el uso de estas técnicas en la práctica clínica, por lo que han creado la spin-off UNNE Instituto de Neuroestimulación, proyecto finalista del SpinUOC 2024. Este programa de de emprendimiento de la universidad celebrará su jornada final el 27 de junio, y dará a conocer ocho proyectos innovadores.
Pese a que la investigación clínica centrada en la eficacia de la neuromodulación no invasiva no tiene tanto recorrido como otras áreas de conocimiento, los resultados son prometedores
Pese a que la investigación clínica centrada en la eficacia de la neuromodulación no invasiva no tiene tanto recorrido como otras áreas de conocimiento, los resultados son prometedores y muestran mejoras clínicas en diferentes patologías. Además, los responsables de UNNE subrayan que no son tratamientos aislados, sino que deben combinarse con el resto de terapias que se conocen en la actualidad y que son eficaces en cada enfermedad, como pueden ser la estimulación cognitiva, la farmacoterapia, la logopedia, la actividad física o la alimentación.
Las terapias pueden ayudar, por ejemplo, a pacientes con depresión, la enfermedad mental más prevalente en España. En personas con depresión resistente a los fármacos, tanto la estimulación magnética como la estimulación eléctrica transcraneal se han demostrado muy eficaces. "En la depresión, como en el alzhéimer, hay una importante área del cerebro que está hipoactivada o caracterizada por un déficit de actividad”, Elena Muñoz Marrón, neuropsicóloga clínica y coinvestigadora principal del grupo Cognitive Neuroscience and Applied Data Science Lab (NeuroADaS Lab) del eHealth Center y profesora de los Estudios de Ciencias de la Salud de la UOC.
De acuerdo con la profesora, el uso de estas técnicas para la depresión, entre otras patologías, está aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de los Estados Unidos y por la Unión Europea. Otra de las patologías en las que se observan grandes beneficios es en el alzhéimer, una enfermedad que afecta a más de 800.000 personas en España. Numerosas publicaciones en revistas científicas avalan el uso de la neuromodulación no invasiva en estos pacientes.
En el caso de esta enfermedad neurodegenerativa, el protocolo con el que trabajan los profesionales de la spin-off de la UOC consiste, en una primera fase, en veinte sesiones diarias de veinte minutos cada una, de lunes a viernes, durante cuatro semanas. "Como todas las intervenciones en estas enfermedades, cuanto antes lo hagamos, mejor. En el caso de pacientes de alzhéimer muy deteriorados no funciona, porque se necesita que la plasticidad cerebral esté preservada en cierta medida; las neuronas necesitan tener algo de capacidad de funcionamiento", explica Muñoz Marrón.
Muñoz Marrón: "En el caso de pacientes de alzhéimer muy deteriorados no funciona, porque se necesita que la plasticidad cerebral esté preservada en cierta medida"
"Esta técnica mantiene las neuronas más activas. Haciendo un símil con el cuerpo, cuando vas al gimnasio todos los días y, de repente, paras, al volver te cuesta más hacer ejercicio. Lo que buscamos es facilitar que el cerebro vuelva a estar más activo tras perder actividad", añade Juan Luis García Fernández, miembro del equipo y neuropsicólogo clínico de la Asociación de Familiares de Personas con Alzhéimer y Otras Demencias de Barcelona (AFAB).
Con la creación de la spin-off, se busca dar un empujón a estas técnicas, “que son las que disponen de mayor evidencia científica dentro de las técnicas de neuromodulación no invasiva”, señala la investigadora. Por su parte,Juan Luis García indica que mejorarlas limitaciones motoras y cognitivas tras haber sufrido un ictus, ayudar a superar una depresión o la ansiedad, o enlentecer el deterioro cognitivo en la enfermedad de Alzheimer, tienen una gran repercusión en la calidad de vida de muchas personas que pueden beneficiarse de estas técnicas.
El instituto de neuroestimulación UNNE centrará sus servicios en tres ámbitos: formar a profesionales sanitarios interesados en aplicar las técnicas de neuromodulación no invasiva en su profesión; ofrecer asesoría y consultoría a los centros que deseen incorporar estas técnicas a su cartera de servicios, y facilitar tratamientos personalizados a pacientes.