Aunque el bruxismo es una dolencia que se asocia a los adultos, lo cierto es que en los últimos años se ha registrado un incremento de los casos en edades tempranas. Según los datos del Estudio Sanitas de Salud Bucodental 2019, uno de cada diez niños de entre 4 y 13 años ha sufrido este trastorno en el último año. Esto supone un aumento de cuatro puntos porcentuales sobre la anterior edición del estudio.
En la mayoría de las ocasiones, el bruxismo infantil aparece entre los 6 y los 10 años como parte de un proceso fisiológico natural que estimula el crecimiento de los músculos y huesos de la cara, por lo que suele desaparecer al llegar a la adolescencia, con la aparición de los incisivos y muelas permanentes. Sin embargo, hay que considerar que esta dolencia puede llegar a causar “un elevado desgaste dental, dolor en la cavidad oral y distintos grados de afectación muscular”, apunta Berta Uzquiza, odontóloga de la Dirección Asistencial de Sanitas Dental.
Si el rechinado de los dientes se mantiene en el tiempo, es recomendable visitar al odontopediatra
Si el rechinado de los dientes se mantiene en el tiempo, es recomendable visitar al odontopediatra para que determine las causas y evalúe posibles soluciones. La prevención en estos casos es fundamental, ya que puede evitar posibles males mayores. Para disminuir el hábito del bruxismo, desde Sanitas Dental identifican las necesidades de sus pacientes de tal modo que se puedan aplicar las mejores soluciones para él.
Como explica Berta Uzquiza, “en casos de bruxismo persistente la férula de descarga es fundamental, puesto que protege el sistema masticatorio”. Sin embargo, “cuando se trata de bruxismo severo en dentición temporal, especialmente cuando los molares definitivos están empezando a salir, el uso de coronas que rehabiliten la mordida es la elección adecuada”, indica la odontóloga.
Fernando Dorrego, fisioterapeuta de Blua de Sanitas, recomienda realizar un mínimo de 30 minutos de ejercicios diarios para reducir la tensión de la mandíbula, preferiblemente antes de dormir.
Cinco ejercicios divertidos para hacer con niños son: el pez globo, llenar la boca de aire, hinchar los carrillos, aguantar la respiración y soltar el aire, relajando la musculatura; la culebra dibujar a lo largo de la mandíbula el recorrido que haría una culebra al moverse; la piraña, sacar la mandíbula hacia fuera y cubrir el labio superior con el inferior o tirón de orejas, tirarse de las orejas para descomprimir el hueso temporal.