La Organización Mundial de Gastroenterología, con motivo del Día Mundial de la Disfagia, ha informado de que una de cada 17 personas padecerá disfagia (problemas al tragar) a lo largo de su vida.
Con el objetivo de concienciar a los profesionales sanitarios del primer nivel asistencial y ofrecerles pautas para identificar este problema, así como su valoración y tratamiento, la Fundación Jiménez Díaz ha celebrado la I Jornada de disfagia para Atención Primaria: evaluación, tratamiento y continuidad asistencial en la disfagia orofaríngea.
“Los profesionales de Atención Primaria son la puerta de entrada al abordaje de la disfagia en la mayoría de los pacientes, y los que llevan su seguimiento integral; sin embargo, actualmente no todos están específicamente formados e informados sobre las complicaciones severas que puede producir”, declara en este sentido la doctora María Benavides, especialista en Otorrinolaringología y miembro de la Unidad de Disfagia del hospital madrileño.
“Con esta jornada queremos optimizar sus conocimientos teórico-prácticos para abordar la disfagia de manera multidisciplinar, deteniéndonos especialmente en la coordinación con Atención Especializada para mejorar el cumplimiento terapéutico y el seguimiento de los pacientes afectados”.
La Fundación Jiménez Díaz cuenta con una Unidad de Disfagia integrada por otorrinolaringólogos, rehabilitadores, endocrinos y personal de Enfermería, en la que se atiende al paciente con factores de riesgo.
Raquel Cutillas, especialista en Rehabilitación del centro y miembro de la citada Unidad, explica que a través de esta “se pauta a los pacientes una vía de nutrición y se adapta una dieta, que irá modificándose según la evolución del paciente”.
La Fundación Jiménez Díaz cuenta con una Unidad de Disfagia integrada por otorrinolaringólogos, rehabilitadores, endocrinos y personal de Enfermería
En caso de estar contraindicada la alimentación oral, señala la doctora Carmen Aragón, del Servicio de Endocrinología y Nutrición de la Fundación Jiménez Díaz, se realiza una valoración nutricional del paciente y se le prescribe una nutrición enteral, “en la que se deben tener en cuenta sus enfermedades asociadas y también el tiempo previsto de utilización de este método de soporte nutricional”. Además, como comenta la especialista, que forma parte igualmente de la Unidad de Disfagia del hospital, si el paciente es candidato, será seguido por esta unidad a través del otorrinolaringólogo y del Servicio de Rehabilitación.
Una vez se ha producido el alta hospitalaria el paciente debe continuar en su domicilio con esta dieta y con la adaptación de líquidos, además de con las recomendaciones posturales y ambientales que le han sido marcadas. Motivos por los que resulta fundamental que el equipo de Atención Primaria sea conocedor del problema que tiene el paciente.
“Para facilitar esta transición llevamos a cabo una petición a Enfermería de Continuidad Asistencial, que contacta con el centro de salud o la residencia correspondiente para informar de que el paciente tiene disfagia y cuáles son las pautas que se han dado”, apunta la doctora Cutillas.
Si hablamos de pacientes que requieran una nutrición enteral en su domicilio, tanto el paciente como sus cuidadores deberán recibir educación en el manejo de esta por parte del personal adecuado.
Desde la Unidad de Disfagia de la Fundación Jiménez Díaz se observa que las dietas de disfagia y el uso del espesante, en ocasiones, tienen baja adherencia. “Comer, y más nuestro país, no solo es un acto de nutrición, sino también es un acto social y familiar”, asevera la rehabilitadora, reconociendo que “es frecuente que los pacientes se acaben ‘confiando’ y modifiquen las características de la dieta o las pautas indicadas por los expertos”.
Resulta fundamental que el equipo de Atención Primaria sea conocedor del problema que tiene el paciente
Y es que las dietas túrmix de disfagia pueden convertirse en monótonas y aburridas, admite, indicando que, para evitarlo, “desde la Unidad de Disfagia se dan ideas para modificar las características organolépticas de los platos y así poderlos hacer más atractivos, y se estimula la ingesta del agua espesada añadiendo distintos sabores y temperaturas”.
En cuanto a la rehabilitación, es fundamental que los pacientes continúen realizando los ejercicios en su domicilio y las maniobras posturales durante la comida. “El paciente, progresivamente, se va adaptando a su discapacidad y tiende a abandonar los ejercicios y las pautas antes de la valoración por nuestra parte. Por eso, al alta de Logopedia insistimos en la importancia de continuar con la terapia en domicilio para evitar posibles complicaciones secundarias”, insiste la doctora Cutillas.
REHABILITACIÓN DE LA DEGLUCIÓN
El objetivo que persigue la rehabilitación es mejorar la función de tragar, normalizando en todo lo posible la dieta y entorno en el que esta se realiza. De esta forma se reducen los principales riesgos asociados a la disfagia como son la neumonía broncoaspiratoria, desnutrición y deshidratación.
En términos de intervenciones nos encontramos con dos tipos. El primero son las técnicas compensatorias. Estas tratan de redirigir el bolo, no modifican la función de tragar y no requieren una gran participación del paciente, pero sí un cuidador que recuerde, supervise y ayude al afectado a llevarlas a cabo correctamente.
Las segundas, en cambio, están diseñadas para cambiar la fisiología de la deglución y requieren la colaboración del paciente, ya que se trabajan la fuerza y la movilidad de las estructuras que participan en la deglución y se realiza una estimulación sensitiva. Además, en la Unidad de Disfagia de la Fundación Jiménez Díaz se realizan terapias más complejas como la electroestimulación neuromuscular, que facilita la deglución y ayuda a mejorar la funcionar la función.
“El éxito del tratamiento está en la repetición de los ejercicios y en la realización de maniobras posturales durante la deglución”, subraya la rehabilitadora, haciendo hincapié en la “importancia de tener en cuenta los signos de alerta, como la tos y el carraspeo durante la comida, atragantamientos o infecciones respiratorias de repetición, así como de monitorizar el peso del paciente y el estado de hidratación”.
ABORDAJE ESPECÍFICO Y DIFERENCIAL DE LA DISFAGIA INFANTIL
La Unidad de Disfagia de la Fundación Jiménez Díaz también contempla la disfagia infantil. Esta afecta a niños con enfermedades neurológicas, entre otro tipo de patologías.
De esta forma, tal y como comenta la doctora Carmen Mateos, también especialista del Servicio de Rehabilitación del hospital madrileño, en la consulta monográfica de deglución infantil “se observa una comida completa con alimentos y utensilios aportados por la familia, para favorecer la colaboración del paciente, intentando recrear una situación similar a la que ocurre en casa”.
De hecho, incluso en la videofluoroscopia participan los padres y se utiliza comida real. Además, es esencial establecer una comunicación fluida con los terapeutas del centro escolar en el que se trata al paciente y donde también comen a diario estos niños, garantizando así, de nuevo, la continuidad asistencial.