Una nueva terapia molecular permite tratar el ictus en su fase aguda

En la búsqueda de mejorar los tratamientos ya existentes, una investigación liderada por la Universidad Complutense de Madrid ha desarrollado un tratamiento para reducir la inflamación cerebral

Una nueva terapia molecular permite tratar el ictus en su fase aguda
Una nueva terapia molecular permite tratar el ictus en su fase aguda
CS
29 junio 2018 | 15:38 h

Una molécula de DNA/RNA llamada aptámero es capaz de reconocer y unirse a dianas terapéuticas para el tratamiento de la fase aguda del ictus isquémico, según una investigación liderada por la Universidad Complutense de Madrid (UCM).

A punto de entrar en la fase de ensayos clínicos, los resultados de esta investigación se acaban de publicar en Molecular Therapy y es fruto del trabajo de más de una década.

“La mayor estabilidad y reproducibilidad de esta molécula y su menor inmunogeneicidad y tamaño la convierten en una alternativa muy ventajosa frente a otros fármacos”, destaca Ignacio Lizasoain, catedrático del departamento de Farmacología y Toxicología de la Facultad de Medicina de la UCM y uno de los autores del estudio.

El nuevo fármaco supondrá un nuevo enfoque para el tratamiento en la fase aguda del ictus

El candidato a fármaco bloquea el receptor de inmunidad innata Toll-like receptor 4 (TLR4), un receptor de inmunidad innata clave en la activación de procesos inflamatorios. “TLR4 ha sido implicado en un gran número de enfermedades como ictus, infarto de miocardio, aterosclerosis, sepsis, esclerosis múltiple, retinitis, enfermedades autoinmunes, cáncer”, añade Lizasoain.

El origen de la tecnología que ha dado lugar al desarrollo de este aptámero se encuentra en el ámbito académico. A partir de estas investigaciones, la compañía farmacéutica AptaTargets identificó y caracterizó un pool de moléculas frente a dianas farmacológicas en el área terapéutica del ictus y seleccionó este aptámero como el mejor candidato.

“Este nuevo fármaco no sólo supondrá un nuevo enfoque para el tratamiento en la fase aguda del ictus y la prevención de sus graves complicaciones como es la transformación hemorrágica, sino que también podría usarse en otras enfermedades como el infarto agudo de miocardio o la esclerosis múltiple, en las que el receptor TLR4 está implicado”, explica Ángeles Moro, codirectora del Grupo de Investigación Unidad de Investigación Neurovascular de la UCM.

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